COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

domingo, 19 de agosto de 2018

BAJO EL MISMO DOGMA



BAJO EL MISMO DOGMA

Los que regularmente me leen sabrán que mis posteos son recurrentes respecto de las críticas al liberalismo. Y constantemente trato de fundarlas refiriendo tanto a la historia como al presente. Si pretendes un enclave decimonónico donde tus recursos provengan de exportar granos y tener a tu clase trabajadora trabajando "hasta los domingos", sin representación sindical, sin derechos y reprimiendo cualquier manifestación callejera, date el gusto, dejá todo liberado a la oferta y demanda. Si pretendes un país moderno, democrático, inclusivo, industrializado y con un mercado interno pujante, el liberalismo es lo peor que podés elegir como sistema. Ya lo dijo Alexander Hamilton, el diseñador del sistema económico de Estados Unidos y su primer Secretario del Tesoro en 1790 al aclararle al propio Adam Smith que sus teorías no se podían aplicar a un país que siendo básicamente agrario pretendía desarrollar su industria y su mercado interno. Los resultados están a la vista. Mientras el 100% de los gastos del Estado se financiaban con derechos aduaneros que protegían su industria, Estados Unidos pasó a ser una potencia industrial en pocas décadas y luego el país más poderoso del mundo. Con tamaño ejemplo seguir insistiendo con la apertura plena de la economía y dejar todo el mercado de productos y de capitales librado a la marchanta del mercado produce exactamente los resultados que vivimos a diario, tal como anticipé antes de las elecciones del 2015 con exactamente el mismo ejemplo relatado aquí.
Y encima decir a los 4 vientos que este es "el único rumbo" y que se lo seguirá a muerte preanuncia justamente eso: vamos hacia la muerte del Estado Argentino y al colapso de su sociedad como consecuencia directa. Y se hace con las medidas macro tomadas por esta gestión pero también con las decisiones diarias que siguen el mismo dogma.
Veamos. Argentina tiene una carencia de dólares crónica producto de exportar menos de lo que importa. La apertura comercial tomada en nombre del libre mercado empeoró esta realidad. Ya expresé que 2017 terminó con el déficit comercial más alto de la historia y 2018 lo está superando. Dejemos esta idea aquí y pasemos a otra anécdota.
Hace un tiempo Macri visitó una fabrica automotriz que solía pertenecer a la familia. Y en esa visita interactuó con un trabajador que fue dirigente sindical y le hizo recordar un acuerdo logrado durante los años 90 que permitió, en palabras de Macri, salvar las fuentes de trabajo. Lo que estaba ensalzando el presidente es haber logrado, bajo presión de la patronal, torcer el brazo de los trabajadores y llegar a un acuerdo por fuera del convenio para que ellos resignen derechos y condiciones de trabajo en favor de la empresa. Y vale recordar que durante esos años no había discusiones salariales porque todo estaba congelado producto de la paridad 1 peso 1 dólar. Salvo, por supuesto, las tarifas que se ajustaban automáticamente con la inflación de EEUU, más alta que la argentina en esos años. Eso logrado como empresario Macri lo replica como presidente, con los resultados a la vista. Lo que Macri oculta y el dirigente sindical probablemente ignoraba es que ninguna automotriz se fue del país por excesivos beneficios de sus trabajadores. Sí se fueron cuando el mercado interno menguaba o algún iluminado desde el Ministerio de Economía abría las puertas de par en par a la competencia externa. Congelemos esta idea aquí.
Volviendo a la falta de dólares, solo el dogma liberal y la apetencia por negocios espurios pueden explicar por qué se le compró a Israel en 54 millones de dólares (que no tenemos) patrulleros fluviales que tranquilamente podríamos haber fabricado en Argentina. Y aquí hilvanemos las historias narradas. Astilleros Río Santiago, que fabrica desde enormes buques petroleros hasta destructores y corbetas militares, tranquilamente podría haber construido patrulleros semejantes. Pero mientras que Macri en los 90 festejaba haberle torcido el brazo a un dirigente sindical en su provecho propio, los laburantes del astillero mencionado se resistían a las enormes presiones privatizadoras, con detenciones y muertes incluidas. Y fue uno de los pocos centros productores del Estado que permanecieron en el Estado luego de la década destructora menemista, proceso aplaudido por muchos que hoy se hacen los distraídos en el gran movimiento del general cuanto valés que no tuvieron empacho en traicionar a su base electoral cuando los vientos del Consenso de Washington soplaban. Pero lejos está Macri de convalidar justamente a ese enorme complejo industrial dándole tareas concretas para que muestren su valor tanto productivo como estratégico. Mejor pedir prestado dólares, que los pague las generaciones venideras de argentinos, comprar naves foráneas y hoy batir palmas diciendo que a los Astilleros Río Santiago habría que dinamitarlos con el apoyo explícito de la Hada Buena que soñaba con comprar los votos necesarios para llegar a la presidencia en 2019. Esa es la calaña de dirigentes con quienes nos deleitamos mientras nos vamos a la mierda atado a un dogma que nadie en el mundo sigue. Menos producción nacional, menos exportaciones, más importaciones, más déficit comercial, más desocupación, más endeudamiento, año tras año. Mientras el rebaño de creyentes del discurso liberal como mi amigo Marco Díaz hablan de tormentas, de Turquía, de Trump y de paros salvajes como las causas de la debacle actual y los medios descubren que los desequilibrios los causan 8 cuadernos, la realidad va siguiendo el único rumbo que este gobierno trazó: directo al abismo. Esto lo dije en términos demasiado similares a lo que ocurre el 15 de noviembre de 2015 a puro análisis de la historia, mundial y la argentina en particular. Tengo amigos que aun insisten que fue un emboque al estilo de esos videos de Facundo Campazzo tirando desde el otro extremo de la cancha. Mis reflexiones domingueras y otros escritos con algo de sustancia están subidos a mi blog de manera que cualquiera puede consultar mis opiniones desde el 2003 a la fecha y extraer de allí las pifiadas que quieran en cuanto a diagnóstico de la realidad se refiere. Y de paso no necesitar meter palabras en mi boca o interpretaciones inexistentes.
Que al Estado no le cierren los números no es una calamidad del destino, es una decisión política. E intentar cerrar el desequilibrio ajustando gastos y no haciendo nada por aumentar la recaudación también.
Para cerrar cito dos ejemplos concretos. Para 2012 YPF en manos de Repsol extraía menos petróleo que una década antes. Se perforaban entre 25 y 40 pozos nuevos al año y debíamos importar cada vez más petróleo. Luego de la nacionalización YPF pasó a perforar algo de 1000 pozos al año. Y esto no le costó un centavo a las arcas del Estado. Simplemente se canalizaron a tareas de exploración las ganancias que daba la petrolera que antes se remitían directamente a sus accionistas, la mayoría extranjeros, dólares que salían de Argentina a sus países de origen. Una muestra de cómo una empresa mayoritariamente estatal puede incidir en el desarrollo del país con políticas activas comparada con las mezquinas políticas de renta fácil y rapiña de una empresa privada lucrando con bienes y valores que pertenecen a todos los argentinos. Con Aerolíneas Argentinas pasó parecido. Recuperar la empresa para el Estado significó que el ingreso por venta de pasajes, fletes y servicios pasó a ser del Estado y de esta manera se la pudo equipar con una flota nueva de aviones, recuperar rutas, conectar mejor el interior, comprar nuevamente simuladores para sus pilotos. Tenía un déficit operativo pero el principal gasto que significó su recuperación salía en gran medida de los ingresos recuperados. Imaginemos por un momento que los peajes que empresas privadas cobran de rutas nacionales construidas con nuestros impuestos fueran a parar a Vialidad Nacional en lugar de grandes grupos económicos como Autopistas del Sol, en manos de la familia Macri. Argentina podría autofinanciar la construcción de caminos sin tener que recurrir al deficitario presupuesto nacional. Ya se probó favoreciendo a estos grupos concentrados y el fracaso está a la vista. Salir de esta significará tocar los intereses de algunos por más que lo pinten como calamidad. Deberá haber nuevos perdedores en la construcción de una Argentina exitosa. Ya probamos haciendo perder a los laburantes, a los jubilados y a la clase media y fracasamos. La gestión venidera deberá tocar otros privilegios, mucho más sustanciosos y perjudiciales para las cuentas públicas que los remedios para jubilados y la construcción de radares, por ejemplo. Pero para eso deberemos desembarazarnos de las creencias y los dogmas rotundamente fracasados. Y tener una dirigencia con ideas, huevos para llevarlas adelante y por sobre todo, la honestidad y patriotismo que hasta ahora carecen muchos. Feliz Domingo.        

     
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