COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

domingo, 22 de junio de 2014

Día de la Bandera


Luis O. Corvalán
20 de junio de 2007

Hoy nos reunimos para celebrar el "Día de la Bandera". Y no hay mejor oportunidad para reflexionar sobre los hechos que han dado lugar a su establecimiento como fecha patria. A diferencia de lo que el sentido común nos indica, el día 20 de junio no corresponde a la fecha de la creación de la bandera, sino que es el día en que fallece don Manuel Belgrano, su creador.
Conmemorar el día de su fallecimiento como "Día de la Bandera" es, de alguna manera, un acto de injusticia para con uno de los personajes más íntegros y fundacionales de nuestra nación, que la historia oficial ha dejado sin "su día".
Mencionemos brevemente que el 27 de febrero de 1812, Belgrano, que se encontraba defendiendo las costas del Paraná, en las proximidades de Rosario, de los ataques que ordenaba el gobernador español de Montevideo, hizo formar a sus tropas frente a una bandera que había cosido una vecina de Rosario llamada María Catalina Echeverría y les ordenó jurarle fidelidad con las palabras "Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será templo de la Independencia y de la Libertad."
Las autoridades de Bs. As., en particular el secretario del Triunvirato Bernardino Rivadavia, criticaron fuertemente estas manifestaciones de independencia y este último ordenó por carta guardar esa bandera y seguir usando la española, preocupado por no molestar a los británicos que ahora eran aliados de España contra Napoleón.
Los indicios de la época parecen sugerir que esta primera bandera tenía dos franjas verticales, una blanca y otra celeste, como la que usaría más adelante el Ejército de los Andes al mando de San Martín durante las campañas libertadoras.
En Buenos Aires y el Litoral, a partir de 1813 comienza a usarse la bandera con tres franjas horizontales, celeste, blanca y celeste. Estos eran los colores de la casa de Borbón, a la que pertenecía Fernando VII, el rey de España que por entonces estaba cautivo de Napoleón. Esta coincidencia con los colores adoptados por Belgrano un año antes parece finalmente haber conformado tanto al bando conciliador con las potencias extranjeras como a los más comprometidos con la total liberación del continente, cuyos máximos exponentes eran Belgrano y San Martín, entre otros. Así perdururará hasta nuestros días la bandera argentina.
Pero, como mencionamos al principio, un acto de justicia sería dedicar este día para recordar aunque sea brevemente parte de las ideas y la obra que nos dejó este auténtico héroe de nuestra historia que fue don Manuel Belgrano.
Belgrano fue uno de los más notables economistas argentinos, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional, la justicia social, ideólogo del movimiento de sublevación americano entre muchas otras cosas.
Esta semana ocurrieron hechos, como la derogación de leyes mal habidas, que nos deben recordar que en nuestro país soplan aires de cambio para bien, que es nuestra obligación como soberanos saber percibir y valorar en su justa medida. Cambios que permiten esperanzarnos con un país mejor.
Es por eso que hoy debemos rescatar al Belgrano pensador, innovador, revolucionario y profundamente coherente entre sus dichos y sus hechos. La historia nos recuerda cada año que Belgrano murió pobre, pero casi nunca menciona que nació rico y que invirtió su capital económico y humano en perseguir su ideal revolucionario. Jamás se resignó a morir en la pobreza, ya que reclamó hasta sus últimos días los sueldos atrasados que le correspondían, y que se aplicaran a los fines establecidos los 40 mil pesos oro que había donado para la construcción de escuelas, que fueron robados por las autoridades políticas de entonces, cuyas conductas lamentablemente tuvieron muchos más adeptos a lo largo de la historia que la integridad y honestidad de don Manuel Belgrano.
Belgrano nació el 3 de junio de 1770 en Bs. As. y después de recibirse en el colegio San Carlos viajó a España y estudió en las prestigiosas universidades de Valladolid y Salamanca, donde llegó a ser presidente de la Academia de Derecho Romano, Política Forense y Economía Política. En Europa tomó contacto con las obras de los grandes pensadores del siglo XVIII: Rousseau, Voltaire, Montesquieu, Adam Smith y otros.
Esta formación lo lleva a tomar conciencia que la tierra es fuente de riqueza, que la prosperidad de las naciones se logra gracias al trabajo de sus habitantes, de la importancia de la educación y la capacitación de la población en oficios: creó escuelas de dibujo técnico, de matemáticas y de náutica. Su meta era la construcción de un país mucho más justo que el heredado de la época colonial. Adelantado a la época, propuso la absoluta igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer. En 1798 escribió el primer proyecto de enseñanza estatal, gatuita y obligatoria. Tenía una profunda sensibilidad social y una extraordinaria conciencia política que dejaba muy atrás a cualquier pensador de su época. En 1801 colaboró en la fundación del primer periódico que se editó en nuestro país: el Telégrafo Mercantil  y redactó el primer proyecto constitucional del Río de la Plata.
Aparte de todos estos aspectos menos conocidos pero de enorme valor humano en Belgrano, no olvidemos sus hazañas más conocidas: su mando al frente del Ejército del Norte, el éxodo Jujeño, las gloriosas victorias en las batallas de Tucumán y Salta. 
Con todo el respeto y significado que tiene nuestra enseña patria, creo que hacemos justicia al conmemorar de una manera mucha más amplia la persona y el legado de ese formidable prócer que fue  don Manuel Belgrano, que entre tantas cosas de enorme trascendencia que realizó en su vida, además creo nuestra bandera.   
Ya que la historia oficial, con mucho retraso pero con justicia, terminó llamando a San Martín el "Padre de la Patria", para terminar este acto recordemos un comentario de Belgrano muy anterior a esta definición: "Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella".