COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

domingo, 3 de septiembre de 2017

DATOS MAS, DATOS MENOS…IGUALITO A MI SANTIAGO

Reflexiones Domingueras

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial no existían ni por asomo la variedad y popularidad de medios y plataformas de comunicación de hoy en día. Existían los diarios, la radio, revistas y libros. Salvo la radio, las noticias no “llegaban”, había que buscarlas. Y lo que no se publicaba o difundía por radio, directamente no existía como hecho. Por esta razón Eisenhower, al ingresar a Alemania y descubrir los campos de concentración, no solo documentó todo en fotografías y filmaciones, sino que hizo desfilar a los ciudadanos alemanes para mostrarles en directo las atrocidades que el gobierno de Hitler había estado cometiendo y ocultando de su propio pueblo. Y esto último lo hizo también convencido que si no lo hacía lo más público posible en poco tiempo aparecerían los negacionistas, que aparecieron igual.
Hoy, si yo quiero enterarme de una noticia, un tema en particular, una hecho histórico o una disciplina, en menos de 10 minutos me puedo descargar una docena de fuentes, comparar el tratamiento del tema en cada una, enterarme de la trayectoria de los autores, ver las coincidencias y las discrepancias y luego en base a mi criterio y convicciones archivar la data en mi cabeza de la manera más creíble o convincente y que se concilie con el resto de la “realidad” que previamente me fui construyendo con similar procedimiento. O puedo escuchar TN mientras tomo café en un bar y darme por enterado. La realidad en uno u otro caso será muy diferente, eso al menos les garantizo. ¿Todos deberían aplicar mi método? Para nada, es una decisión personal y que funciona para mí. Hay variadas maneras de informarse si esa es la intención.
Mirtha Legrand fue el medio elegido por el gobierno para sostener a una golpeada Patricia Bullshit y perfumar su pasado con una guionada pregunta falsamente incómoda: “¿vos fuiste montonera?” A lo que la impresentable mintió: “No, fui JP.” El episodio lo relata Horacio Verbitsky en una columna hoy y trascribe de varias páginas de un libro editado hace 30 y pico de años detalladas narraciones de la mejor ministra de los últimos 50 años donde se explaya a gusto contando sus actividades como “montonera”. La mentira tiene patas cortas pero aun así logra escabullirse si nosotros no somos capaces de levantar el culo del sillón.
Este breve ejemplo no es algo aislado. Es la madre de todas las estrategias. El gobierno persevera gracias a la pasión por estar desinformada de gran parte de la población. Respecto de la difusión de los montos blanqueados por parte de familiares de Macri y sus funcionarios más cercanos, no preocupa para nada el hecho escandaloso sino que la información se haya escabullido del riguroso secreto en que debía permanecer. Todo va de eso, intentar que permanezcas tranquilo en tu departamento el mayor tiempo posible mientras debilitan todos los cimientos y columnas sobre las cuales se sostiene el edificio. Si el derrumbe, inevitable tarde o temprano, te sorprende por completo como ocurrió en 2001, la tarea se considerará exitosa, no para el país, pero sí para los gerentes y las empresas que hoy lo manejan en beneficio propio. El relato es vital para sostener algo innegablemente impopular y que un 35% apoye se celebra como un gran triunfo tratándose de ideas y políticas que en más de un siglo de elecciones libres jamás lograron ni por cerca semejantes porcentajes.
En ese contexto de narcotización de la realidad paradójicamente apareció la desaparición de Santiago Maldonado. Un tema demasiado sensible para una Argentina que dio un contundente Nunca Más como para tapar con las mismas y torpes estrategias de maquillar la realidad con Mirthas, Lanatas, Majules y cía. Y las incontinencias propias de estirpe que no faltan, como Rodríguez Larreta celebrando como avance que 30 personas detenidas en una protesta permanezcan detenidas, en un contexto tan delicado como el que estamos viviendo. Para el ciudadano pegado a su sillón que solo se nutre de los medios hegemónicos mi sospecha de desencanto surgiría el día que note que no puede ver el fútbol sin pagar una pequeña fortuna todos los meses. Pero ese día será posterior a las elecciones en otra muestra más de manipulación. Pero la desaparición de Santiago está produciendo, no la reacción del típico “potus poteñus sedentarius”, pero sí del arco político no oficialista casi completo que pone en riesgo la casi segura obtención de primera minoría que se veía segura de cara a octubre. Y esto gracias a (y solo posterior) la reacción espontánea e indignada de enormes segmentos de la población y de diferentes posturas ideológicas. La desinformación oficial no puede evitar que el tema se cuele por los canales alternativos, las redes sociales, masivas manifestaciones callejeras y logre, al menos en este tema, aglutinar a dirigentes normalmente enfrentados en otros aspectos, diferencias muy bien aprovechadas por el gobierno para aparentar una salud de la que carece. Es la información y por eso la obsesión por limitarla, lo que va a esmerilar la base de sustentación de esta administración. Pero para eso hay que levantar el culo y hacer un mínimo esfuerzo por buscarla. Feliz domingo.