COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Obama - McCain El Primer Debate


Que un debate entre candidatos de una campaña presidencial de otro país sea motivo de análisis en una pequeña provincia de un país “periférico” debería llamar la atención, salvo que ese país sea los Estados Unidos.
En este caso los resultados de la elección del próximo noviembre debería preocuparnos más que nada por lo tratado en este primer debate público: la política exterior. Los programas expuestos por uno y otro candidato son dramáticamente distintos, al menos en lo discursivo, y esto involucra de manera directa en la futura relación de la potencia del norte con nuestra América latina.


Sabemos por experiencia que no hay diferencias de fondo entre los dos grandes partidos, ni expectativas de cambios de rumbo importantes en el derrotero de ese país. Celebran elecciones de manera sorprendentemente regular desde 1792, cada cuatro años el primer martes de noviembre y la asunción del presidente electo el 20 de enero del año siguiente. La primera elección, aunque incompleta, que consagró a George Washington como primer presidente se realizó en 1789, única realizada en un año impar y con la constitución nacional todavía no ratificada por todos los estados.
En síntesis nos concentraremos en los tramos del debate que nos deberían preocupar. Ante la pregunta de cómo tratar a los gobiernos “hostiles” a los Estados Unidos, hay una diferencia notable de estilos. Empezando por la definición de “hostiles” y siguiendo por la palabra que generó controversia en el debate mismo: precondiciones.
John McCain propuso como manera de paliar los efectos del actual debacle financiero, en el primer tramo del debate, recortar todos, repito, todos los gastos federales salvo el presupuesto militar y los fondos para los veteranos de guerra, y algún otro gastito que por ahí se determine vital. A esto Obama respondió que donde hace falta un bisturí, McCain propone un hacha. Pero la conclusión de cara a nuestro análisis, debería al menos preocuparnos por el concepto de estado de este viejo veterano de guerra: con un buen ejército, no hace falta nada más.
Con respecto a lo que considera un país hostil, su abanico es un poco más amplio que el de Obama. Aunque ambos condenaron la incursión rusa en Georgia y ya consideran a este país de la ex - URSS prácticamente un miembro pleno de la OTAN, que merece ser protegido del re-expansionismo ruso, McCain se niega al diálogo bilateral con el líder ruso sin las famosas “precondiciones”. Obama respondió con una ironía al considerar poco probable que exigir como condición previa a un diálogo que el contrincante se ponga de acuerdo con todos nuestros puntos de vista. Por otra parte, propuso que un diálogo con Rusia y China, considerados prácticamente enemigos por McCain, podría arrojar acuerdos en el área de la no proliferación nuclear, ya que ambos países tienen a Iran no lejos de sus fronteras, y no ven con buenos ojos a un gobierno teocrático algo imprevisible con armas de destrucción masiva, multilateralizando un tema que Bush y su pollo McCain prefieren solucionar a tiro limpio sin engorrosos trámites previos. Esto último se desprende de un comentario que hizo Obama en un punto del debate. Al criticar la guerra de Irak, a la que Obama se opuso desde el primer momento, y que lo pone frente a la opinión pública que condena esta guerra en una posición más cómoda que la que hubiera tenido Hillary de ganar la interna, mencionó el poco resto que queda en tropas y presupuesto para el conflicto afgano, donde hay una resistencia armada importante y se supone deberían estar los esfuerzos puestos si la intención es matar a Bin Laden, el verdadero malo de la película y que según él los republicanos dejaron de perseguir hace años. Habló de la permeable frontera de Afganistán y Pakistan, donde los talibanes se refugian y el gobierno pakistaní no patrulla. Al respecto dijo que si no se logra acción decidida por parte del gobierno pakistaní habría que atacar esa zona como manera de perseguir a Al-Qaeda y los talibanes, a lo que McCain respondió de manera condescendiente que “eso no se dice públicamente”, criticando, no la idea de Obama, sino el hecho de anunciarla y encima en un debate con enorme audiencia: “se ataca y listo”, dice.
Esto, que una importante porción de los votantes de EE.UU. ven como la actitud de un lider firme, decidido y patriota debería ser motivo de profunda preocupación en el resto del mundo. En particular nuestro continente, que con todos sus problemas internos y conflictos permanece libre de guerras e intervenciones justamente gracias a que los ojos del gendarme están puestos en otra parte del planeta. Pero es importante notar que entre los “hostiles” McCain ubica a líderes como Hugo Chavez y Evo Morales, aparte de los Castro, siempre presentes en la lista de indeseables. Insinuó hace un tiempo incluso que Rodríguez Zapatero, del PSOE español (un partido cuyo nombre tiene dos de sus cuatro palabras prohibidas para los republicanos) debería cumplir con “precondiciones” para ser merecedor de una mesa bilateral, comentario que recordó Obama como ridículo durante el debate, considerando que España es miembro pleno del tratado del Atlántico Norte, y por lo tanto aliado militar de los Estados Unidos.
Obama, durante el debate, mencionó al pasar cuando se rozó el tema Venezuela, su propuesta de sentarse a hablar, actitud que lo diferencia de McCain. En una entrevista realizada por Andrés Oppenheimer, (un periodista argentino naturalizado norteamericano, ex CNN y que ahora tiene un programa propio que propala desde Miami a todo Latinoamérica, de profundas características pro-mercado y anticastrista recogido aquí por América los domingos a la medianoche), Barak Obama desarrolló un poco más su idea sobre Latinoamérica. Comentó que EE.UU. debe sentarse a dialogar con los líderes de la región para tratar los temas que interesan a ambas partes y que ya no se puede hacer lo que históricamente se hacía que era fijar las políticas para la región desde Washington e imponerlas de una manera u otra. Incluso estaría dispuesto a conversar con Raúl Castro, lo que motivó la esperable crítica de los cubanos de Florida. Esto es un tibio avance, al menos en palabras y una clara diferenciación de la política que está proponiendo John McCain.
La única esperanza que la plataforma de McCain tiene para nuestro sub-continente es que planea estar indefinidamente luchando en Irak y con planes concretos de invadir Irán, lo que probablemente lo mantenga ocupado y con su cuota de tiros, sangre y muerte medianamente colmada.
Resumiendo, mi conclusión del debate, al menos en lo que concierne a nuestra región, es el siguiente análisis algo inductivo: para McCain en América del sur hay gobiernos hostiles, para conversar con ellos primero se los debe doblegar, es decir, imponer “precondiciones”, de lo contrario no se sentará a dialogar. Sin diálogo el camino que queda es el militar y si este es el camino elegido, no se avisa, se ataca y listo. Obama, sin ser garantía de nada, propone al menos en la campaña, una visión diferente y su comportamiento como senador da la esperanza de que la opción militar no será necesariamente una primera opción.
Que un debate entre candidatos de una campaña presidencial de otro país sea motivo de análisis en una pequeña provincia de un país “periférico” debería llamar la atención, salvo que ese país sea los Estados Unidos.
Luis Octavio Corvalán
Tucumán, Argentina
28 de Septiembre de 2008