COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

sábado, 28 de mayo de 2016

PEQUEÑO LIBERAL ILUSTRADO

Resumen de 200 años de historia económica.
Luis O. Corvalán

El siglo XVIII fue un momento de enorme transformación. Ahí surgieron las ideas de la ilustración que darían forma más adelante a las democracias modernas que reemplazarían en gran parte del mundo a las monarquías, sistema de gobierno que por entonces era lo habitual. Esta revolución de las ideas en lo social tuvieron su correlato en las letras, las artes y en las ciencias.
Adam Smith
Me gusta ubicar dentro de este movimiento el aporte intelectual de Adam Smith, el pensador inglés que hoy consideramos el padre del liberalismo. En su libro “La Riqueza de las Naciones” comienza ubicando lo que será su teoría en un contexto histórico muy amplio que propone una interesante interpretación del desarrollo del hombre como especie. Nos cuenta como el hombre pasa de ser un simple cazador y recolector a ser un individuo social, con comunidades organizadas y un carácter urbano. Esto se da primero en la Mesopotamia y Egipto. Nos hace notar que estos fenómenos tienen en común la presencia de ríos importantes, lo que explica ese salto tan grande que da el hombre. No es por la riqueza de la tierra ni por tener un líder carismático o rey prodigioso. El fenómeno se explica por la aparición del comercio, el intercambio entre los diferentes asentamientos. Este fenómeno es el que explica el surgimiento de las sociedades y fomenta el trabajo artesanal, la agricultura, los servicios. Este análisis que se proyecta hasta su tiempo permite a Adam Smith elaborar tu tesis que ubica al individuo como el generador de la “riqueza de las naciones”. Y su búsqueda, considerada natural, del beneficio propio es la que, sumada con las voluntades de otros individuos, será el motor de la riqueza de la comunidad en su conjunto. Es interesante para nosotros no olvidar el contexto de estas propuestas. Si el generador de la riqueza es el individuo, el trabajador, el burgués, el campesino, el artesano, esto redunda en el cuestionamiento del sistema monárquico presente en la mayor parte de Europa y América en ese momento. Si la riqueza no proviene de la casta de nobles puestos ahí por la providencia, es cuestionable que el poder político siga en esas manos. Ese fue el trasfondo revolucionario de sus propuestas.
Y la propuesta de gestión que hace Smith es dejar liberadas las fuerzas económicas para estimular el ejercicio libre de estos “emprendedores” y de esta manera los países alcanzarán el máximo de sus posibilidades. De aquí que los seguidores de estas propuestas breguen por una nula o mínima intervención del estado en asuntos económicos. Y por esta razón los economistas de esta escuela de pensamiento se llaman “liberales”, en alusión a esta “libertad económica”.
Ahora, en los países centrales de ese momento y que aun hoy son potencias: Inglaterra, Francia, Países Bajos, Alemania y el recién independizado Estados Unidos, estas ideas no se llevaron a la práctica con la naturalidad que nos intentan hacer creer hoy, siglo XXI, los liberales.
Fue Gran Bretaña, el mayor imperio de ese momento, cuya casta dominante abrazó con entusiasmo las ideas de su pensador Adam Smith para tratar de derribar las barreras con que las demás potencias y países de la época protegían su comercio. El principal interés de Gran Bretaña era colocar su producción textil y proveer de materias primas a su industria, la más desarrollada del mundo. En este contexto se entienden muchos conflictos de ese período incluidas las dos invasiones que sufre Buenos Aires a principios del siglo XIX.
El libro de Smith se publico en 1776, año en que EEUU declaró su independencia. Y luego de una larga guerra y un proceso de organización nacional, en 1789 asume George Washington como el primer presidente del nuevo país. Adam Smith ve en esta joven nación, un experimento de república democrática basada en las ideas de la ilustración, como el campo ideal para aplicar sus propuestas. Alexander Hamilton, uno de los padres de la patria, fue el primer Secretario del Tesoro, virtual Ministro de Economía de Washington. En 1791 Smith le propone a Hamilton con vehemencia la apertura de la economía en total sintonía con los deseos de los barones británicos. Ellos querían limitar a la recientemente emancipada colonia al rol de proveedor de material primas y consumidor de productos elaborados, manteniéndola así dentro de su zona de influencia. Hamilton rechaza de plano la propuesta con el argumento de que la nueva nación no está en condiciones de competir con el aceitado aparato industrial británico y que la protección aduanera es indispensable si pretenden, como lo estaban haciendo, convertirse en un país industrial e integrado con un fuerte mercado interno. Aquí se produce la madre de los debates que persiste hasta nuestros días: apertura o protección. Lo que Hamilton establece como norma no es taxativamente una u otra opción, es el concepto que explicita: “haré lo que se necesite para garantizar el bienestar de la nación.” Es decir, Hamilton no se casa con una idea rígida sino que adoptará las políticas que el lugar y la situación demanden. Y el tiempo dio la razón a Hamilton, no a Smith. Estados Unidos con esta premisa se convirtió en la mayor potencia mundial, desplazando al Reino Unido en el Siglo XX.
Alexader Hamilton
La economía de mercado basada en el liberalismo económico de Smith explica gran parte del enorme desarrollo que sufrió el mundo desde fines del siglo XVIII a esta parte. Pero vemos que nunca se cumplió con la ausencia del estado. Y veremos con más detalle como fue esa intervención. Del universo de emprendedores que formarían la riqueza de los Estados Unidos, algunos se convirtieron en verdaderos magnates gracias a la evolución de sus negocios dentro de un contexto de revolución industrial. Nombres como Rockefeller (petróleo), o JP Morgan (acero) o Vanderbilt (transporte) fueron los estereotipos de este tipo de empresario exitoso, entre miles.
En el período desde los tiempos de Smith hasta 1978-1980 se produjo un avance notable en los medios de producción que permitió a las empresas y al agro aumentar notablemente la productividad. Por productividad llamamos a cuanto puede producir un individuo por hora o jornada de trabajo. Y durante todo ese período este aumento de productividad se fue transformando en aumento de sueldos para los trabajadores o mejoras en las condiciones de trabajo, o ambas. De jornadas de 12 o 14 horas diarias sin descanso a comienzos del período industrial se pasó a las 60 horas laborables por semana para el año 1900 y desde entonces las horas de trabajo se redujeron a 48 o 40 horas semanales o menos. Obreros que iban a trabajar a pie o en bicicleta a sus fábricas podían tener hijos que viajaban en auto para cumplir la misma función una generación después. Esto fue una característica de este período. El tan mentado ascenso social.
Un empresario de los grandes surgido en EE.UU. que triunfó combinando un producto novedoso con técnicas revolucionarias de producción fue Henry Ford. El desarrolló la línea de producción que le permitió fabricar cientos de autos por día a precios accesibles.
Línea de Montaje de Ford en 1920
Para 1920 en su planta de Detroit trabajaban 100 mil obreros. Y Ford sabía que entre esos obreros podía encontrar clientes, así que pagaba sueldos dignos que le permitían conciliar un precio de venta rentable de sus vehículos con la capacidad de consumo de sus propios empleados. Aquí vemos como un industrial toma conciencia que el mejor negocio para su particular actividad no es “pagar los salarios más bajos posibles” como reza la teoría o como proponen algunos políticos sino crear las condiciones de un mercado interno saludable y con poder de compra. Él se sabía exitoso solo en un contexto como ese.
Estamos usando ejemplos casi exclusivamente de Estados Unidos porque a la larga fue el país que terminó exportando el sentido común que se propaló por el mundo durante el último siglo y por lo tanto estos ejemplos impactaron en diferentes latitudes y momentos históricos de manera similar.
Estas riquezas se crearon en un contexto de libertad de empresa, pero como mencionamos y veremos más adelante, dentro de un contexto muy relativo. Los Estados Unidos siempre fueron fiel a la idea original de Hamilton. El estado siempre mantuvo protecciones a determinados productos y apertura en otros rubros en función de sus necesidades, intereses de ciertos sectores, ventajas competitivas de algunos o vulnerabilidades de otros. Pero hay otro aspecto de la intervención estatal que disparó el veloz desarrollo del país.
Supongamos que Henry Ford, ya que lo nombramos, ganó fortunas un determinado año con su fábrica. Y llegado a fin de año decide hacer una extracción de sus beneficios, para su uso personal. Por ejemplo, quiere tomar como ganancia unos 500 millones de dólares. La legislación que estaba vigente para su época aplicaba un impuesto a las ganancias individuales que llegaba al 91% cuando el valor superaba un cierto límite. Entonces a don Henry no le convenía sacar ese dinero como utilidad porque casi todo acabaría en el fisco. El secreto para disponer de ese dinero “extra” de manera legal y que no se lo lleve el estado era el siguiente: Ford empleaba esos 500 millones para agregar un línea nueva de producción, por ejemplo. De esta manera aumentaba aun más la facturación y el valor de su empresa. Supongamos que pasaba a valer, digamos, 2000 millones de dólares más, justamente por haber aumentado su producción. Entonces don Henry iba a la bolsa de valores y vendía acciones de su empresa por valor de 500 millones, se juntaba con el mismo dinero pero sin pagar impuestos, ya que la venta de acciones no estaba ni está gravada. Este esquema. que estuvo vigente desde mediados del siglo XIX hasta 1923 y luego reimpuesto durante el gobierno de Roosevelt hasta fines de los 70 explica casi por sí solo el exponencial crecimiento de la industria norteamericana que terminó pasando por arriba la de Europa para principios del siglo XX. Además produjo una demanda sostenida de mano de obra y los sueldos más altos del mundo.
En las elecciones de 1920 el candidato Warren Harding prometía bajar esto que llamaba “impuestos distorsivos” y otros impuestos a los más ricos. También prometía el repliegue del estado en los negocios bajo el lema “more business in government and less government in business”. Aclaremos, Estados Unidos no era un país intervencionista ni de base socialista. Era un país que respetaba la libre empresa y defendía la oferta y la demanda. Pero como describí, tenía reglas de juego definidas por el estado, una particular presión impositiva que fomentaba la inversión productiva y una protección selectiva de ciertos sectores. Y a partir de fenómenos como la concentración de la producción, refinería y comercialización de combustibles por parte de Rockefeller, se redactaron leyes anti-monopolio y otras formas de intervención estatal para evitar la cartelización de ciertos mercados. La propuesta de Harding era liberalizar aun más la economía, disminuir estas intervenciones estatales y sacar la presión impositiva sobre las mayores fortunas. Ganó las elecciones y si bien murió a poco de asumir, su sucesor Coolige llevó adelante la plataforma prometida y bajó esa tasa de impuestos desde el 91% hasta el 24%. Los poseedores de grandes fortunas se vieron de la noche a la mañana con efectivo a su disposición que antes no tenían. Este dinero ahora en mano buscó medios fáciles de inversión que garantizaran rentas rápidas. Y así se empezó a alimentar un mercado de capitales y un mercado inmobiliario que creció desproporcionadamente y en poco tiempo. El dinero se volvió especulativo. Los ”locos años 20” fue una década de particular bonanza y despilfarro por parte de los más ricos. Se produjo una enorme burbuja bursátil e inmobiliaria que fue la causa que llevó finalmente al estallido de octubre de 1929 y que derivó en la mayor recesión mundial de la que se tiene registro. No fue un “ciclo económico” como se intenta explicar hoy. Fue producto de decisiones, de legislación y de comportamientos que gracias a una libertad extrema de mercado produjo lo que produjo. O sea, repasando, podemos afirmar que una economía que funcionaba de manera fabulosa y que produjo un crecimiento como pocas veces visto en la historia gracias a una combinación de políticas de libre mercado, protección aduanera selectiva y políticas fiscales agresivas que fomentaban la inversión productiva y gravaba la renta extraordinaria, al pasar a una economía de mayor libertad y menor presión impositiva, es decir, más parecida a lo que soñaba Adam Smith, el resultado fue un estallido y una pobreza generalizada que pasó largamente las fronteras de los Estados Unidos.
Cola de gente desempleada esperando un café y sopa gratis
durante la gran depresión
En 1930 la administración de Herbert Hoover no sabía como o no creía que el estado pudiera tener una intervención activa para sacar al país adelante. El pensaba, como se escucha ahora, que las cosas mejorarían en el semestre siguiente. Así la crisis se transformó en una profunda recesión que duraría años. Luego de 1934 y ya bajo la presidencia de Franklin D. Roosevelt se empezaron a aplicar políticas activas por parte del estado para intentar salir de la recesión. Influenció mucho en esto las ideas del economista británico John Maynard Keynes que proponía una activa participación del estado en estos casos a través de obra pública y distintos incentivos para estimular la recuperación, inyectando dinero público al sistema. Y durante su gestión, FDR repuso la alícuota del 91% del impuesto a las ganancias individuales. La recuperación finalmente se consolidó con el ingreso de los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial y la intervención masiva del estado en la economía, potenciando la producción de todo tipo de armamento y equipos bélicos. Los efectos de la intervención estatal perdurarían por décadas después de finalizada la guerra. FDR impuso una serie de políticas sociales que pasaron a conocerse como el Estado de Bienestar.
La idea de Estado de Bienestar de los Demócratas
continuó durante la gestión republicana de Eisenhower
Luego de los 4 mandatos de FDR más el de Truman, los demócratas llevaban 5 períodos presidenciales consecutivos. En 1952 ganó la presidencia el republicano Dwight Eisenhower que, a diferencia de lo que pedía el ala conservadora de su partido, mantuvo en vigencia las políticas sociales de los demócratas e incluso reforzó algunas. Mantuvo la alícuota en el 91% y para fines de los 70, luego de las presidencias demócratas de Kennedy y Johnson, los EEUU llegaron a los mayores índices de ocupación y bienestar que se recuerda. Tan era la opulencia y la salud fiscal que pudieron financiar simultáneamente una insana carrera armamentista producto de la Guerra Fría con la Unión Soviética, la guerra de Vietnam y un ambicioso programa espacial que llevaría al hombre a la luna en 1969. Esto mientras se invertía en infraestructura a lo largo y ancho del país.
Habíamos mencionado como el aumento de la productividad, que para esta época ya llevaba 150 años, se traducía en mayores sueldos y mejores condiciones de trabajo para la extensa clase media que ya poblaba el país.
En 1953, el intelectual conservador Russell Kirk publica una obra monumental de 6 tomos llamada “The Conservative Mind” donde plantea el pensamiento conservador de manera magistral, para los que gustan de esas ideas. Y ahí propone que los progresos sociales deben producirse muy paulatinamente y a lo largo de generaciones. El nivel de progreso social que él observa en ese período de posguerra es insostenible según su perspectiva. Si las mejoras y progreso continúan produciéndose al ritmo que llevan en poco tiempo se generaría una inestabilidad social producto de demasiado bienestar.    
La marcha en protesta a la Guerra de Vietnam
del 15 de noviembre de 1969 en Washington DC
magistralmente recreada por Zemeckis en Forrest Gump
Dentro de este período se producen grandes movilizaciones sociales y profundos cambios en la música, el arte y la estética en general. En los años 50 los afroamericanos comienzan a movilizarse por sus derechos. Los primeros grupos ambientalistas empezaron a principios de los 60 a organizar marchas en contra de Dow Chemical y Monsanto por los agroquímicos. Por otra parte los consumidores empezaron a organizarse en contra de algunas grandes empresas, en particular las automotrices. Las grandes fábricas sabían de ciertos riesgos o defectos de fabricación que podían provocar accidentes. El cálculo que hacían era exclusivamente desde un punto de vista de rentabilidad. Si mejorar un diseño en todos los autos significaba una inversión de 100 millones de dólares, se lo balanceaba con un estudio de los posibles accidentes, la cantidad de víctimas y de ellas, 1 de cada 3 que iban a juicio, cuánto costaba indemnizarlas. Si el costo era menor a los 100 millones la modificación no se hacía. Era más barato indemnizar. No importaban las víctimas, solo las ganancias. Esta filosofía de las automotrices la desnudó Ralph Nader, por entonces un joven abogado, cuando en 1965 publicó su célebre libro “Unsafe at any Speed”. El libro denunciaba que las automotrices no fabricaban vehículos más seguros para ahorrar costos y así potenciar sus beneficios. Este libro cambió la industria automotriz y al poco de publicarse ya se estaban aprobando leyes que regularían la producción estableciendo standards de seguridad que fueron en aumento hasta nuestros días. Otra industria que comenzó a sentir las protestas de consumidores fue la tabacalera. Estos movimientos en defensa de los usuarios en general tenían como contraparte las grandes empresas y corporaciones de los Estados Unidos que empezaron a sentirse acusadas de ser los malos de la película.
Lewis F. Powell Jr.

En este contexto llegamos al año 1971. Otro abogado, esta vez de Virginia, llamado Lewis Powell y que tenía entre sus defendidos a las grandes tabacaleras, decidió hablar con los poderosos empresarios para decirles que se estaba perdiendo una batalla cultural. Negros, gays, mujeres, obreros, estudiantes, ambientalistas, consumidores en general, opositores a Vietnam, todo el pueblo por un motivo u otro está movilizado y protestando. Powell sostiene que Kirk Russell tenía razón cuando anunció 20 años antes que este momento llegaría: el pueblo tiene demasiado bienestar. Y que muchos de estos activistas y movimientos surgidos en la última década estaban minando la confianza justamente en las grandes corporaciones que, en su visión, habían hecho grande al país. Su propuesta fue la de contraatacar desde una estrategia integral. Ser propietario de grandes medios ya no era suficiente. Había que producir los contenidos, editorializar, generar usinas de pensamiento, auspiciar universidades y colegios e imponer los nombres de docentes que comulguen con estas ideas y diseñar la currícula y los planes de estudio con los contenidos de su elección. Se crearon los primeros “think tanks” conservadores, entre ellos la célebre Heritage Foundation, una de las primeras, destinada a generar, difundir e intentar imponer estas ideas.
Powell a los 2 meses de presentado su "Manifesto" fue propuesto por Nixon para integrar la Corte Suprema de Justicia. Pero su gestión fue el génesis de lo que hoy es una costumbre mundial. Hay todo una infraestructura en todos los formatos imaginables destinada a promover los valores conservadores y a favor de las grandes corporaciones montadas sobre la idea de libertad de empresa y libertad económica y el repliegue del estado de sus funciones regulatorias. Hoy las grandes cadenas de información no están para informar sino para formar, crear una conciencia amigable a las corporaciones y demonizar cualquier movimiento de derechos civiles, políticas populares o intervenciones del estado en cualquiera de sus formas. Esta estrategia se ha consolidado y perfeccionado hasta nuestros días como observamos a diario.
Volvamos ahora a la carrera productividad-sueldos. Para fines de la década de 1970 esta lógica sufre un importante quiebre. A principios de esa década Nixon había separado al dólar de su patrón oro con lo que el valor del dinero dejó de estar atado a un bien tangible como el oro. También en esa época se produjo la gran crisis del petróleo que provocó grandes fortunas en pocas manos y en poco tiempo. Estos fenómenos y otros que se producirían en la década siguiente como por ejemplo el surgimiento de Bill Gates, un muchacho que con cero capital y una buena idea se convertiría en pocos años en el hombre más rico del mundo, ya no pueden explicarse con la lógica de Adam Smith de oferta y demanda y autorregulación del mercado. Sus reglas de juego "naturales" son largamente insuficientes para regular o siquiera explicar esta nueva realidad. Y esto dicho después de 200 años en donde vimos claramente que jamás se usaron los plantes de Smith tal cual fueron planteadas. Solo a partir de la actividad de estos centros de difusión y los medios de comunicación vinculados a estos centros de poder corporativo que las ideas de libre mercado y estado ausente se mantienen como una alternativa viable y deseable, sin ningún correlato en la práctica y menos como gestión exitosa en país alguno.  
Ahora volvamos a la productividad. Habíamos mencionado que el aumento paulatino y constante de la productividad en el trabajo tanto industrial como rural permitió mejoras de sueldos y condiciones laborales y esta tendencia se mantuvo desde los tiempos de la revolución industrial a finales del Siglo XVIII hasta fines de la década de 1970.
En los 60 se hicieron estudios aprovechando los ordenadores que ya tenían algunas universidades. Introduciendo los valores de los avances producidos en productividad gracias al impacto de la automatización y otras modernizaciones dentro de las fábricas y contemplando el avance correspondiente en sueldos y condiciones de trabajo del último siglo. Este estudio, solo considerando matemáticamente como sería el futuro usando los datos duros disponibles hasta ese momento, pronosticaba que para el año 2000, de seguir avanzando la productividad como lo venía haciendo durante todo el siglo XX, las condiciones de trabajo serían tales que el hombre promedio solo necesitaría trabajar muy pocas horas a la semana y ganado sueldos tan elevados que la mayor preocupación nacional sería cómo utilizar el tiempo libre. El problema sería proveer de esparcimiento suficiente. 
Pero a partir de la segunda mitad de la década de 1970 una serie de fenómenos sociales y tecnológicos hizo que ese acompañamiento lineal entre productividad y sueldos comience a desaparecer. Las empresas continuaron creciendo en productividad de manera lineal en sintonía con la historia de décadas precedentes pero a partir de ahí los sueldos dejan de progresar de igual manera, se estancan. En valores constantes o de poder adquisitivo incluso decrecen con el tiempo. El ascenso social se revierte y aparecerá por primera vez una generación con peores condiciones de vida que su predecesora.
A partir de la Crisis del Petróleo de 1973 y de los
procesos de globalización de la economía
los salarios reales empiezan a despegarse de
la productividad que continúa un ascenso lineal.
Este proceso detuvo el ascenso social y contribuyó
a la enorme concentración de la riqueza en pocas manos.
Todo el aumento del PBI a partir de 1980 solo fue a parar
al bolsillo del 1% más rico de la población. 
No hay un único motivo para esto pero si una confluencia de razones que difieren según el autor de cada estudio. Pero podemos resumir algunas causas que me parecen atendibles. La revolución en las tecnologías que llevaron a una interconexión más íntima del mundo y la globalización que sucede hizo que las grandes empresas pudieran transnacionalizar su producción, centralizar compras y ventas y globalizar sus mercados. Un trabajador calificado de EEUU se encontró de pronto con millones de operarios calificados de todo el mundo compitiendo por su misma tarea. Esto quitó fuerza negociadora a los sindicatos y por otra parte desvinculó a las compañías del medio que las rodeaba. Esa mención de Henry Ford pagando buenos sueldos porque de su plantel de trabajadores salía su clientela perdió total significado. Ahora fábricas de EEUU estaban produciendo en Singapur o Malasia los mismos productos que antes se fabricaban en sus plantas locales, muchas de las cuales cerraron. Para comienzos de los 80 ya con Ronald Reagan de presidente, esta corriente neoconservadora se anotaba su primer y más importante triunfo. Con Reagan la tasa del impuesto a las ganancias personales vuelve a bajar al 23% y la presión impositiva sobre los más ricos y sobre las corporaciones llega a un mínimo histórico. La globalización también impactó en el mercado de valores haciendo de las transacciones una industria en si misma.
Para facilitar este libre movimiento de productos, divisas y centros de producción, las grandes empresas y corporaciones presionan para que la mayor cantidad de países adopten políticas de libre mercado y con la menor injerencia posible de los gobiernos locales. Esto se exporta fronteras afuera de los centros de poder. Pero en los EEUU los actores económicos aplican fuertes presiones a través de sus lobbistas y aportes de campaña para que sus nichos de negocios no se vean afectados. De esta manera, a pesar que EEUU clama por la apertura de los mercados de sus vecinos y socios comerciales, mantiene muy protegidos ciertos sectores que considera de su interés. Esto está en total sintonía con la postura que Alexander Hamilton aplicó durante el primer gobierno hace más de 220 años. Y así seguirá siendo por mucho tiempo más. La apertura y el libre comercio es una práctica que se exporta convenientemente pero no se aplica puertas adentro. Y los países que quieren tener acceso a una porción del gran mercado norteamericano tienen que aceptar grados de liberalización de su economía que no son correspondidos por la potencia hegemónica. Un ejemplo de esta asociación es el NAFTA, con Méjico y Canadá, que ya lleva más de 20 años de vigencia. Mientras los estadounidenses no tienen problemas para ingresar a Méjico, los mejicanos no gozan de igual derecho. Esto es solo la muestra más visible de las asimetrías del tratado que mantuvieron a Méjico en igual o peor estado de pobreza que antes del tratado. Mientras tanto miles de empresas norteamericanas cruzaron sus plantas a territorio mejicano para pagar sueldos muy inferiores a los que pagaban en su país de origen. El tratado benefició a las empresas norteamericanas pero perjudicó a los trabajadores, dejándolos desocupados o con sueldos deprimidos.  
Mientras esto ocurre y la riqueza se concentra en cada vez menores manos, los medios, las academias y cuanto formato dispongan las corporaciones bombardean a diario las bondades de políticas que han demostrado ser nefastas para el grueso de la población. Y paralelamente demonizan cualquier intento de revertir o poner límites a esta fiesta para pocos que ha producido en los últimos 30 años la desigualdad más grande de la historia, peor que en las épocas de los faraones o de los feudos medievales.
Instituciones como el FMI fueron las encargadas de divulgar ideas económicas liberales por todo el mundo y presentadas como “sanas” e incuestionables. Cualquier propuesta alternativa o crítica a sus rígidos esquemas económicos se menosprecia y ridiculiza. Cuando se difundieron por el mundo los comportamientos exigidos por el FMI y fueron aplicados en países tan disímiles como Jamaica, Rusia, Argentina o Corea del Sur, los grandes capitales fluían a sus anchas por todo el globo. Hasta que absolutamente todos, uno por uno, fueron colapsando en mayor o menor medida produciendo una seguidilla de crisis entre 1998 y 2002. Para ese momento el FMI perdió credibilidad y gravitación a nivel global, pero aun así sigue imponiendo sus condiciones cada vez que un país necesita un auxilio urgente. Es el caso de Grecia en la actualidad.
Las recetas del FMI incluían la liberalización de los
mercados de capitales que produjo crisis hasta en países
con economías sanas como Corea del Sur
Latinoamérica, después de esa época de crisis que afectó a muchos de sus miembros, adoptó políticas alternativas de diversa índole y de acuerdo a las diferentes circunstancias y tuvo un notable crecimiento entre el período 2002-2010, en particular países como Brasil, Bolivia, Argentina, Ecuador y Venezuela. Dificultades que aparecieron a partir de la crisis de 2008 y la caída del precio del petróleo y los granos complicaron la situación fiscal e interna de muchos de estos países. Los medios mencionados y las grandes corporaciones de las que forman parte empezaron coordinadamente un proceso implacable de desgaste de las figuras y partidos populares en todos estos países siguiendo al pie de la letra las estrategias que se diseñaron a partir de la idea original de Lewis Powell. Esto, sumado a errores de los propios atacados, algunos groseros, han ido volcando las voluntades se sectores amplios de la población hacia alternativas que incuestionablemente le serán perjudiciales pero que se han impuesto gracias a un incesante bombardeo informativo. Ocultando estratégicamente los fines utilizaron todo medio a su alcance hasta lograr reubicarse en algunos centros de poder aun sin haber podido exhibir algún tipo de éxito ni político ni económico en el pasado que justifique semejante entusiasmo de cara al futuro.
Y otro fenómeno que estamos observando en la actualidad es una vuelta más de la misma tuerca. Ahora las corporaciones quieren y promueven meta-estructuras donde podrán moverse con mayor libertad aun por encima de gobiernos y legislaciones nacionales. Estos son los tratados del Trans-Pacífico y el nuevo Tratado del Atlántico que se han negociado a espaldas de los Congresos de cada país y con cláusulas secretas. Es el triunfo definitivo de las corporaciones por sobre el sistema político y los soberanos mismos, que son los pueblos, en las democracias actuales.
Por el momento dejo aquí este resumen de la historia del desarrollo económico de los últimos 200 años centrado en el desarrollo particular de los Estados Unidos pero que el lector fácilmente podrá extrapolar a nuestra particular realidad. Se podrá ver que los procesos históricos locales han sido un reflejo de lo que estaba ocurriendo en el gran país del norte. Queda para una segunda parte el análisis de la desregulación financiera de finales de la gestión Clinton y como eso deriva en la burbuja y el estallido de 2008. Los hechos narrados están todos referenciados y chequeados por más de una fuente. La selección y la interpretación de los mismos corre por mi cuenta y como siempre aclaro, responde a mi particular forma de ver.

Update: para entender en más profundidad el proceso y qué significó el Manifesto Powell invito a los lectores a escuchar mi podcast de 2021 sobre el tema:

Bibliografía y notas

1. Adam Smith – Nature and Causes of the Wealth of Nations – Encyclopedia Britannica Press - 1970
2. Michael E. Newton - Adam Smith and Alexander Hamilton on income and sales taxes. - November 23, 2010
3. HAWB – Blog – How Alexander Hamilton Rejected Adam Smith – 20-10-2015
4. Steven Horwitz - Hoover's Economic Policies – Concise Encyclopedia of Economics – Sept-2011
5. Kirk Russell – A Conservative Mind - Alabama Policy Institute - Oct 2005
6. Wikipedia - Warren G. Harding
7. Wikipedia – Herbert Hoover
8. Wikipedia – J.P. Morgan
9. Wikipedia – John D. Rockefeller
10. Wikipedia – Lewis F. Powell Jr.
11.Dean Baker - Behind the Gap between Productivity and Wage Growth – Center for Economic an Policy Research – Febrero 2007
12. Robert Z. Lawrence – The Growing Gap between Real Wages and Labor Productivity  – Peterson Institute For International Economics - 21-07-2015
13. Ralph Nader – Unsafe at Any Speed – Grossman Publishers - NY Oct 1965
14. US History.org – The Rise of the American Industry – First 30 Years - Independence Hall Association in Philadelphia – © 2008
15. http://mihistoriauniversal.com – La Ilustración
16. Stiglitz Joseph - El Malestar en la Globalización - Taurus © 2002
17. Montoya Roberto - El Imperio Global - Editorial El Ateneo © 2003
18. Thomas Hartmann - The Crash of 2016 - Hachette Book Group © 2013
19. Thomas Piketty - El Capital en el Siglo XXI - Capítulo IV - Primera Edición en Castellao © 2014 - Fondo de Cultura Económica Argentina S.A. 

domingo, 22 de mayo de 2016

BAJO TIERRA

Hillary Clinton era hace un año y pico un número puesto. Esto lo digo porque era por entonces sabido que nada impediría su acceso a la Casa Blanca. Era la política más popular para suceder a Obama, activa, conocida y vinculada a la gestión de Bill Clinton que muchos recuerdan como positiva. Y sigue siendo la probable próxima presidente. Pero la competencia que está recibiendo y que no era pensaba a principios del 2015 proviene de 2 personajes, Sanders dentro de su propio partido y Trump por el lado republicano. Ella va a ganar la interna pero Sanders le dio pelea. Y a nivel nacional Sanders hubiera derrotado más cómodamente a Trump. ¿Por qué se da este fenómeno? Porque tanto Trump como Sanders corren por fuera del apoyo de Wall Street y los grandes financistas que el pueblo norteamericano vinculan con la gran crisis del 2008. Sanders es un crítico ferviente de Wall Street y Trump un millonario que no los necesita para hacer campaña. Hillary en cambio financió su campaña con plata de los grandes especuladores. Y su posibilidad de ganar depende de que tal convence a los votantes que ella no será influenciada por el mundo financiero una vez presidente. Dicho esto invito a los curiosos a leer las notas de hoy de Alfredo Zaiat y Raul Dellatorre que detallan como estos grandes bancos que destruyeron gran parte del mundo con su crisis en 2008 hoy no solo gozan de buena salud sino que cooptaron por completo el gobierno argentino de la mano de Macri. Están los mayores ladrones del planeta manejando el dinero de los argentinos. Quien crea realmente que esto tendrá un final feliz no tiene memoria sobre lo que pasó y no tiene información sobre lo que está pasando. Sigamos excavando, por ahí el verdadero problema está bajo tierra, en particular, nuestras cabezas.



lunes, 16 de mayo de 2016

EN OTRAS PALABRAS

Voy a intentar dos explicaciones que irán por separado para tratar que se entiendan aspectos de la economía que la pintan demasiado técnicas. Agua va:
Rendía la final de Química, segundo año del Instituto Técnico. Llegamos desvelados como de costumbre, estudiando sobre la hora. La profesora arma la mesa de examen con una practicante joven y la jefa de trabajos prácticos de otra materia compatible, Biología. Las tres se ubican formalmente en el escritorio amplio de nuestra aula, preparan los papeles y entra el legendario mayordomo Pedro Páez, que además era eximio mozo, de esos de antes. Con su camisaco blanco y manejando con destreza la bandeja arrima tres cafés con leche y generosas medialunas y tortillas. Un espejismo para nuestros escuálidos estómagos. Comienza el examen y al rato le toca a un compañero que sucumbe al combo. Su anatomía no resiste el stress, desvelo y hambre: cuando el trío estaba por disparar el primer tema, él se acerca a la mesa pálido como un repuesto Rivadavia y alcanza a decir “…no me siento bien”. En ese momento sus ojos se ponen blancos y se desploma en dirección a la mesa. La profesora, con unos reflejos dignos del Trapito Barovero, apoya las dos manos en el pecho del desafortunado mientras sus dos asistentes muy prestas ponen los cafés y las medialunas a buen resguardo. Hecho esto la profesora suelta al desmayado alumno que rebota su humanidad contra el escritorio de madera.  
Esta anécdota totalmente verídica es ni más ni menos el famoso megacanje del 2001. Argentina vivía el 1 a 1, un peso un dólar y se encontraba en un proceso de colapso anunciado. Nada cerraba, todo se derrumbaba. Pero en el país quedaban todavía inversores especulativos que introducían sus dólares para moverlos en el circuito financiero local que pagaba tasas altas en pesos y luego los reconvertían a dólares para llevarlos de regreso de donde provinieron. Argentina tenía ya problemas para satisfacer esa demanda de dólares y hacer frente simultáneamente a su abultada deuda. El megacanje sirvió para oxigenar las cuentas externas y así permitir que estos jugadores de primera conviertan sus activos (pesos, bonos, acciones) de moneda local a dólares y llevarlos a playas más tranquilas. Pasado ese lapso, que duró algunas semanas o a lo sumo un mes, la Argentina continuó su caída libre hasta impactar de lleno en la dura realidad el 3 de diciembre de ese año.

Este gobierno logró salir del cepo con una ecuación idéntica. Libera el mercado de cambios (Prat Gay) mientras se ofrecen tasas siderales en pesos (Strutzenegger) y de esta manera llueven dólares especulativos que se convierten a pesos, se colocan a plazo fijo y en pocos meses volverán crecidos a sus países de origen. Para eso necesitaban salir del Veraz de Griesa porque con esta fórmula serán más los dólares que salgan que los que están entrando y Argentina, como con el megacanje, necesita tener desafectada la firma porque el esquema solo cierra con mayor deuda pública. Entonces, mientras el gobierno lucha para que el dólar no caiga por la sobreoferta que este suicidio anunciado provoca, encima coincidiendo con la oferta estacional del agro, la economía real que se ve en la producción de acero o cemento, entre otras cosas, no para de desplomarse. Señal clara que solo somos atractivos para los especuladores, esos que andan por Bahamas y Panamá. Nada hace sospechar un final diferente para exactamente la misma política.  Mañana seguimos con el mercado interno. 

ECONOMIA DE MERCADO: POLÉMICAS EN FACEBOOK

FALACIAS DEL LIBRE MERCADO
Esto viene bien como corolario de mi nota anterior. 
Desde hace décadas vengo sosteniendo que las políticas de libre mercado, tan defendidas y promovidas por estos pagos, no se aplican en los países centrales y fue USA la encargada de promoverlas por el mundo particularmente durante su guerra fría con la URSS a la que asociaba con cualquier tipo de idea planificadora o colectivista de la economía. Pero puertas adentro USA y en mayor medida otros países admirables y exitosos tienen un estado activo e interviniente. El solo hecho de celebrar como una gran conquista que se permita ingresar limones tucumanos al mercado norteamericano debería ser prueba suficiente que allí los procesos económicos están regulados rígidamente por normas y leyes.
Los habitués a mi muro saben de mis discusiones antológicas con Marco Diaz, un amigo que piensa en mis antípodas pero con el cual mantengo una relación de cariño y recurrimos a los fuegos de artificio para deleite de la circunstancial tribuna. Pero a esas discusiones eventualmente se suma un amigo suyo profesor de historia que arrastra una serie de subtítulos y postgrados que se cree con igual derecho a los improperios y chanzas con que nos tratamos con Marco sin percatarse que no es mi amigo y que sus calificativos no tienen por qué causarme la misma gracia que los de Marco. Pero su caso es de manual. Cree todo el discurso del libre mercado y los intercambios terminan siendo una muestra palpable de como se repite ese mensaje falaz y compró el discurso exportador completo. Los intercambios no tienen la estética ni la altura discursiva que yo busco y muchos comentarios terminan siendo de barricada, pero es didáctico resaltar el desconocimiento que debe acompañar las afirmaciones que por aquí se hacen al respecto. El hombre en cuestión cree sinceramente que USA salió de su última crisis ajustando, como recomienda a todos los demás, Brasil, Grecia, España y Argentina incluidas, por ser breve. Y habla sarcásticamente de intervenciones estatales en USA similar a los de Argentina convencido que allá eso es fantasía, cuando en realidad mucho de lo ridiculizado realmente ocurre. No da para el FB pero no pude menos que rescatar el intercambio en mi blog. Solo para muy curiosos.

Marco Díaz y su opinión sobre entrevista a Mario Vargas Llosa – 13 de mayo de 2016

Tanta sabiduría sólo es posible cuando uno se vuelve añoso, aunque la vejez no es prueba de que amerite la virtud tampoco. Amado por los que lo leemos, nos sentimos identificados con su drástico giro político, con sus anécdotas (de cuando Fidel dejó de recibirlo por sus críticas a la revolución o cuando sus ex camaradas del Boom Latinoamericano le quitaron el saludo).
Mario, un paladín de la libertad, nadie puede negarlo.

Luis Felipe Fernandez Pascual Vi casi entera esta entrevista el otro día en A Dos Voces. Un auténtico placer escuchar a un hombre tan culto e inteligente, con tanto prestigio y tan bien ganado. Quién pudiera llegar a los ochenta con semejante lucidez y encima estrenando novia.

No fue casual su estadía en el país por estas fechas. Entre otras muchas actividades, don Mario vino a presentar su última novela en la Feria del Libro, donde el público copó la totalidad de la sala destinada a tal efecto.

Qué contraste con lo vivido años atras. Pensar que se quiso evitar que hablara en la inauguración de la Feria del Libro del 2011 en razón de sus ideas políticas, justo cuando acababa de ser galardonado con el Nobel de Literatura. Y aun más cuesta creer que el impulsor de tamaño acto de censura haya sido un colega escritor, otro intelectual, otro hombre de la cultura, quien por entonces presidía nada menos que la Biblioteca Nacional. 

Este año le tocó al escritor Alberto Manguel dar el discurso inaugural de la Feria, donde sufrió un escrache por su condición de futuro director de la Biblioteca Nacional. En los carteles de la muchachada escrachadora podía leerse "La Biblioteca Nacional no es un negocio". Supongo que todos coincidimos en ello. Lástima que ninguno de estos indignados le recordó con algún cartel a Horacio Gonzáles en sus largos años al frente de la institución que "La Biblioteca Nacional no es una Unidad Básica".

Luis Octavio Corvalán solitos los dos (esto hace referencia a comentarios anteriores de terceros, todos críticos de MVLL)

Luis Felipe Fernandez Pascual Mejor solitos que mal acompañados.....

Luis Octavio Corvalán Lástima que la democracia se construye con mayorías. Breve la luna de miel.

Luis Felipe Fernandez Pascual Y la mayoría ya se expresó. A llorar a la Iglesia al menos por cuatro años.

Luis Octavio Corvalán Cierto, la derecha pide por 4 años cuando está en el poder y anhela por menos cuando es oposición, como en Brasil. ¿No era magistral el ajuste, los sabios economistas y la mar en coche? Que cosa el paso del tiempo, como deja las afirmaciones en ridículo. Que desacertada la realidad que no acompaña las teorías que con tanta soberbia defendemos.

Luis Felipe Fernandez Pascual Uy, la derecha.....usar este término ya revela la edad y los prejuicios. Y seguro que los impacientes por agarrar de nuevo el poder son sólo los "de derecha". A la semana de asumir Macri ya hablaban de "resistir con aguante" y luego un grupo de enajenados fue a Plaza de Mayo a pedirle la renuncia por los Panamá pappers. Sobre Brasil, el ajuste evidentemente no anduvo. Por eso es que las nuevas autoridades cambian de política. Se viene otro mucho mayor. Lástima que a Brasil parece que no llega Pagina 12. Pobre de ellos.

Luis Octavio Corvalán Esto ni merece comentar. El que no se le cae de la boca el "típico proge latinoamericano" no reconoce el paso del tiempo, defiende ideas del siglo XVIII y desconoce lo que ocurre en España. Gran Bretaña o USA. Hace un año me tildó de ridículo por predecir que el ajuste brasilero que él tildaba de fantástico tenía destino de fracaso y hoy nos lo cuenta como la novedad. Ahora rumbea para otro ridículo como nos tiene acostumbrado al diagnosticar la gran Broda y decir que la solución para Brasil es más ajuste aún. No escarmentaron con Grecia y se mantienen bien dentro del campo erróneo por todo el tiempo que sus inmutables caras se lo permitan. Y si, Vargas Llosa los ilumina.

Luis Octavio Corvalán Chochos porque lograron una escuálida mayoría jurando en el debate que no iban a hacer todo lo que hacen y perdiendo en 5 meses toda la credibilidad indispensable para ejercer un cargo delegado como es un ejecutivo democrático y republicano. Aleccionando que debemos soportar tal malversación por los religiosos 4 años como si la experiencia de De la Rúa fuese una novela de Hemmingway. Solo falta Landriscina gritando "mostrale el decreto". Esto es demasiado fácil.

Luis Felipe Fernandez Pascual Ya apretó el play del cassette. El señor sabe lo que pasa en España, en Gran Bretaña o en USA. Pues que nos los cuente así aprendemos. Porque allá en el Primer Mundo no deben existir los ajustes y todo debe ser un viva la pepa financiado por el Estado. Debe estar todo subsidiado, hiperregulado y sin hacer caso a los mecanismos de mercado. Y allí de las crisis presupuestarias se sale gastando más y más. Qué hay que ser........

Luis Octavio Corvalán Exactamente, eso que el historiador ridiculiza, es así. Tal cual. USA salió de su crisis no ajustando sino gastando: https://en.wikipedia.org/.../American_Recovery_and...
The American Recovery and Reinvestment Act of 2009 (ARRA) (Pub.L. 111–5), commonly referred to as the Stimulus or The Recovery Act, was a stimulus package enacted by the 111th United States Congress in February 2009 and signed into law on February 17, 2009, by President Barack Obama.
EN.WIKIPEDIA.ORG

Luis Octavio Corvalán Ya quedó en ridículo el amigo menospreciando mis opiniones sobre lo que pasa en USA y en otras partes del mundo. Debatiendo sobre colonias nos regaló hace un tiempo esta perlita: "Al largo comentario de LC sobre la situación de Puerto Rico y su explicación de por qué sus habitantes votaron como lo hicieron en el plebiscito de 2012, sólo voy a responderle con un dato. Desde 1865 los argelinos tenían la ciudadanía francesa. Se entiende el punto, no?". Todo un iluminado.

Luis Octavio Corvalán Menos mal que Marco Diaz de vez en cuando me regala estas oportunidades de entretenerme. Ya las estaba extrañando.

Luis Felipe Fernandez Pascual ¿Perdiendo toda la credibilidad indispensable?¿De qué habla este hombre? Macri luego de las duras medidas de ajuste de estos meses mantiene más de 50% de imagen positiva y su gobierno aun más, el 60. No hay peor ciego que el que no quiere ver. El señor sugiere que no deberíamos soportar religiosamente cuatro años de malversación y pone el ejemplo de De la Rúa. Qué hacemos entonces. Que lo diga sin vueltas. Así va a quedar claro que el golpismo antidemocrático no es exclusividad de "la derecha".

Luis Octavio Corvalán A De la Rúa no lo volteó nadie, huyó como rata. Y hay peores ciegos. Por más que lo diga el Pasquín/12 y no medios serios como Clarín, la imagen de Macri según Roberto Bacman, respetado en el medio, en nada se parecen a las cifras de inspiración rectal que tira el amigo, como siempre, sin referencias algunas. http://www.pagina12.com.ar/.../1-299379-2016-05-15.html


PAGINA12.COM.AR

Luis Felipe Fernandez Pascual Bacman y Página. No queda otra que rendirse ante las fuentes del caballero. Falta que lo cite a Roberto Navarro anunciando que ganó Scioli en primera vuelta. En este breve intercambio no contestó nada de mis planteos. Para variar. Que al menos diga qué hacemos para no comernos cuatro años de malversación macrista. Que se muestre tal cual es.

Luis Octavio Corvalán Ya contesté, no dice nada del ajuste yankee, falso como mucho de lo que afirma. Critica mis fuentes pero omitiendo todo documento en contrario. Falaz hasta con la falacia.

Luis Octavio Corvalán En 2015 anticipé el programa económico del macrismo detallando incluso como serían los bonos que emitirían para el pago a los buitres. Ni mis amigos acérrimos macristas pudieron señalarme el más mínimo pifie entre las 10 medidas anticipadas. Mientras, aquí el soberbio hablaba maravillas del ajuste griego y brasilero y encima hoy me quiere torear. Estamos en distintas ligas, de re onda lo digo.

Luis Felipe Fernandez Pascual ¿Qué contestó?¿Puede alguien decírmelo?¿Qué hacemos al final con Macri?¿Hay que respetar religiosamente cuatro años de malversación?¿Cómo se vive en España, Gran Bretaña o EE.UU.?¿No hay ni hubo ajustes por allá?¿Por aquellas comarcas el Estado todo lo puede y todo lo da?¿No habló el mismo Lula del ajuste que tuvo que hacer inevitablemente al comienzo de su gobierno para después gozar de los buenos tiempos?¿ Y son tan idiotas los brasileños para insistir ahora con profundizar el ajuste si como dice el señor nunca en la historia tuvo éxito ajuste alguno? Algunas preguntas puntuales que estaría bueno que el caballero conteste en lugar de perderse en tanto palabrerío al cuete.

Luis Felipe Fernandez Pascual Luis Octavio Corvalán El hombre que vio el mañana

Luis Octavio Corvalán LFFP el hombre que no ve ni el ayer

Luis Octavio Corvalán Esto ya lo sanjamos hace rato. Cualquiera que haya seguido el debate respecto de los ajustes o haya visitado mi blog donde transcribí todo en su momento lo sabe. Seguir con que no di ejemplos es cínico. Hace unos días Marco Diaz lo revivió, me pidió ejemplos en contrario ya que nunca dio el suyo y le contesté de inmediato 10 ejemplos 10 de casos en contrario. Al menos Marco de vez en cuando se anima a algún análisis en su muro de donde el amigo rapiña un comentario ya que no se le cae una idea propia para ilustrarnos a todos.

Luis Felipe Fernandez Pascual Y sigue sin responder. Miren que le di una lista de preguntas bien concretitas como para que no se pierda. Pero sigue sin responder. En lugar de ello nos cuenta de sus dotes proféticas. Que nos cuente cuándo renuncia Prat Gay y cuando damos el Argentinazo contra Macri.

Luis Octavio Corvalán Ya le digo, justo después que nos diga cual es el ajuste que hizo Obama para salir o como está saliendo de espléndido España con el soberbio programa del PP, expresiones con que nos humilló la breve entendedera. Yo me explayé en detalle sobre las consultas que me hace. Nunca anticipé la renuncia de Prat Gay pero ya que tiró el tema, le doy hasta septiembre, por revolear una fecha, total, tengo crédito pa gastar.

Luis Octavio Corvalán Aclaro que mis expresiones no se volatilizan entre las brumas del FB ya que todo se transcribe a mejores formatos, por eso puedo sacar citas textuales en tiempo real. Dejo mi pronóstico como ejercicio de puro pálpito, sin fundamento alguno. Ya veremos cuan equivocado estoy.

Luis Felipe Fernandez Pascual Lo dicho. No responde. Nunca lo hizo. En esto como en tanto otro se parece a su adorada CFK, capaz de discursear horas pero que ante cualquier pregunta concreta hace aguas por los cuatro costados.

Luis Octavio Corvalán no com o el impermeable de Macri

Luis Octavio Corvalán Marco, tu amigo es o se hace? "No responde. Nunca lo hizo." Dice. Tengo un blog desde hace 10 años donde explico mis ideas, hago propuestas concretas, analizo el pasado, presente, propongo a futuro. Mucho de esos artículos fueron levantados por los diarios. Este tipo no muestra ni una idea, no hace una propuesta, jamás le vi escribir un análisis. Vos decís que lo admirás y aprendés de él. No te llega ni a los meniscos, vos al menos vas de frente y te animás a opinar en tu muro. El proyecta. No hizo más mención ni al ajuste exitoso que dice que aplica USA cada vez que están en problemas. Y eso que no le refregué lo absurdo de su sarcasmo: USA vende el liberaslismo puertas afuera para que aspirantes a intelectuales del subdesarrollo como tu amigo repitan como loro una filosofía que nadie aplica. USA tiene trenes estatales recontrasubsidiados, tiene el agro subsidiado, tiene un sistema estatal de jubilación por reparto, tiene cuotificada las importaciones de centenares de productos y otros directamente vedados, tiene la producción petrolera planificada por el estado, planes estatales de alimento para gente necesitada (hoy llega a casi el 30% los beneficiarios) y puedo seguir bastante más. De nada de esto replica el estudioso de la fantasía. Fijate como a continuación repetirá que no contesto nada.



sábado, 14 de mayo de 2016

LA REALIDAD Y EL DOGMA

Quiero dejar en claro algo que indefectiblemente aparece cada vez que hago estos comentarios: no apoyo la inflación ni soy partidario de ella. Pero mi crítica presente y que ya expresé antes es hacia los fundamentalistas de la estabilidad que incorporan al sentido común de la población la idea de que la inflación es el peor de los pecados y que debe eliminarse a cualquier precio como condición necesaria para vaya a saber que círculo virtuoso. “La inflación es el peor de los impuestos y que lo pagan los que menos tienen” se escucha permanentemente. Debo informarles a todos que el costo de la estabilidad, si las condiciones no son las adecuadas, también lo pagan los que menos tienen. La estabilidad de la moneda es señal de salud y buen desempeño de la economía, pero como tal es una consecuencia de esta y no su causa. En cristiano: se logra la estabilidad cuando se logra una economía sana y no al revés. Planchando la moneda a priori en un contexto inadecuado de desbalances y déficit no conduce al crecimiento. ¿Lo estudié en algún tratado sesudo de economía? No, es la conclusión a la que llego de leer historia.
Este gobierno hizo un ajuste ortodoxo. Esto quiere decir: hago lo que dicen los textos (ortodoxos) de economía y espera que la realidad responda a esa teoría. El pequeño detalle consiste en que la realidad no acompaña, me atrevo a decir nunca, a esas teorías. ¿De donde saco esto? Tiro algunos ejemplos: luego del colapso de 1929, el presidente Hoover aplicó políticas de ajuste para salir del déficit fiscal que esa crisis produjo, profundizando el problema y no solucionándolo. Lo mismo puedo decir de lo aplicado en Argentina en 1975 por Celestino Rodrigo, lo aplicado durante la gestión de de la Rúa en 2000-2001, lo aplicado en Grecia en 2010 y repetido en 2015, el ajuste brasilero ortodoxo aplicado por Dilma en 2015 que no revirtió el problema sino que lo agravó. Cuando pedí ejemplos de ajustes exitosos un totalmente desinformado profesor de historia tuvo que remontarse a Carlos Pellegrini, en el siglo XIX, citando algo completamente diferente a los ajustes mencionados que podemos detallar en un futuro.
Argentina creció dentro de procesos de crisis e inestabilidad institucional y con inflación relativamente alta, por ejemplo, durante el período 1960-1974 llegando a índices de participación industrial record y a la menor desocupación de la historia y con una deuda externa insignificante. Italia llegó a ser la quinta economía mundial desplazando al Reino Unido durante la vigencia de su lira y con la inflación más alta de Europa Occidental, financiando su déficit fiscal a pura emisión. ¿Son prácticas recomendables? No necesariamente. Primero está la salud económica que debería desembocar en estabilidad. Pero anteponiendo la estabilidad no desemboca automáticamente en salud económica como quedó demostrado palpablemente en la Argentina de los 90, con una inflación cero pero con un país cayendo a pedazos hasta implosionar.

Los economistas de Macri quieren bajar la inflación de la manera ortodoxa: recortando gastos a lo pavo y subiendo la tasa de interés para que la gente se tiente a inmovilizar los fondos mediante plazos fijos. Esta obsesión por la estabilidad es clásica cuando un banquero se sienta en el Ministerio de Economía: Cavallo, Roque Fernández, Sturtenegger, Prat Gay, Melconian y otros son banqueros. Lavagna es pro industria. Estilos diferentes, concepciones distintas. El error de la actual gestión es la misma de Cavallo del 2001: tratar de cerrar los números bajando gastos sin percatar que eso lleva a bajar dramáticamente la actividad y así baja lo recaudado, quedando la meta de equilibrio cada vez más lejos. El soñado segundo o tercer semestre del año pinta no mejor sino peor y bajo todo punto de vista las variables sinceras respecto de la mentira vivida hasta 2015 lo único que muestra es la sinceridad del error de estas políticas. A mi, personalmente, lo que me indigna es que esto ya lo vivimos. No es que nos sorprende ni lo que se aplica ni sus resultados, era previsible y lo manifesté con mucha claridad. Esto que llaman “sincerar” es alinear la política económica con lo que estos dogmáticos creen que debe ser lo cierto. Lo que se venía haciendo de estimular la economía desde el estado para sostener el consumo interno dentro de un contexto global de achique, impedir la pérdida de puestos de trabajo mediante obra pública y proyectos como el Arsat y manteniendo tarifas bajas estaba generando desequilibro en las cuentas fiscales y debían corregirse, pero era lo correcto como lo demostraba la actividad económica real. Responde a otra filosofía económica y social que los ortodoxos llaman una mentira que necesitaba ser sincerada. Lo que realmente necesita ser sincerado es el error garrafal recontra demostrado en la práctica de las políticas económicas aplicadas por la actual gestión, que no conducen al equilibrio, con sus más que previsibles resultados que todos tenemos delante de nuestras narices.        

sábado, 7 de mayo de 2016

REVOLUCIÓN DEL SIGLO XXI

 Entre los artículos de 1000 palabras que me sugieren los diarios y los tweets de 140 caracteres que me niego a abordar hay una zona gris que bauticé “tamaño facebook”. Así que concentrar un concepto en ese tamaño es mi constante desafío. La monumental investigación “El Capital del Siglo XXI” del francés Thomas Piketty estudia, en sus capítulos más atrapantes, la evolución de la desigualdad en los últimos 250 años. Da un testimonio argumental, probatorio y estadístico del tema que da vueltas desde hace siglos entre los que tenemos algo de sensibilidad respecto a las luchas de clases, injusticia social, pobreza o como quiera uno plantearlo. Por otra parte los que defienden el derecho a la desigualdad y hacen un erróneo culto a la “meritocracia” (rebatida inteligentemente por mi hijo hace pocos días en su muro) lo hacen parapetados detrás del malversado concepto de “libertad”. La insistencia en que la “libertad de mercado” es el camino a la prosperidad y progreso de las naciones es la falacia que más a durado a lo largo de las décadas que yo pude analizar en tiempo real mientras comparaba conceptos y realidades. El gran faro de occidente a ese falso altar de virtudes fue Estados Unidos durante la guerra fría. Mientras sus economistas e instituciones financieras recomendaban un sistema jubilatorio de capitalización desconectando al individuo de su entorno y dejándolo a su propia suerte, sistema adoptado primero por Chile y luego por Argentina, Estados Unidos conserva puertas adentro un sistema público de reparto, tan denostado por sus teóricos. Tampoco voy a negar que entre su población hay grandes sectores que cultivan esas ideas y justamente por la polarización producida por décadas de guerra fría cualquier intento socializador es demonizado, como pueden apreciar en los debates actuales durante las internas. Aun así, el grado de desigualdad en el gran imperio ha aumentado tanto la población vulnerable que por primera vez un candidato abiertamente “socialista” es competitivo. Son las ideas económicas neoliberales, sobrevaluadas y falaces, las que han empujado a las democracias que surgieron luego de la Revolución Francesa a ir paulatinamente creando nuevamente las condiciones de desigualdad que provocaron aquel histórico estallido del siglo XVIII. La pregunta que plantea Piketty es simplemente hasta cuando o hasta qué grado de desigualdad está dispuesta a tolerar la sociedad. La actual, a diferencia de la de la Edad Moderna, tiene muchísimo acceso a la información. Y por eso la obsesión de los poderosos por poseer los medios de información porque es la manera de influir para que esa desigualdad no solo sea tolerada sino aplaudida. Para no ahondar aquí y dejar esto como introducción de un desarrollo más amplio, simplemente quiero referirme a la experiencia argentina de los últimos meses. Las elecciones de octubre y noviembre pusieron en el poder justamente a la gente que ha hecho de la desigualdad una filosofía de vida. Razón por la cual su victoria se sentó en dos pilares fundamentales: ocultar la verdadera intención con que buscaban el poder y contar con el apoyo irrestricto de los medios de comunicación. Veo por el prudente silencio de muchos amigos que defendían a tambor batiente el cambio propuesto que han aceptado al menos internamente haber sido engañados por el ardid. La realidad es que los gerentes y abogados de grandes empresas colocados en sitios estratégicos del gobierno comenzaron desde el primer día a operar en función de sus propios intereses mientras los medios bombardean con los casos de corrupción de la gestión anterior, reales o inventados, para mantener la atención en otro lado. El caso más pornográfico es el del Ministro de Energía Aranguren que desde que llegó ha operado a favor de su empleadora Shell. Estos manejos, para expresarlos lo más sencillo posible, van en el sentido de la desigualdad que mencioné, perjudicando a muchos a favor de una minúscula minoría. Es una enorme corrupción dentro de un marco legal. Y es por eso que estas expresiones políticas, en un siglo de vigencia de la Ley Sáenz Peña, jamás pudieron llegar al poder en elecciones blanqueando sus verdaderas intenciones. Cada uno saque sus propias conclusiones, o como vengo diciendo resumidamente: vo ve.