COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

lunes, 16 de mayo de 2016

EN OTRAS PALABRAS

Voy a intentar dos explicaciones que irán por separado para tratar que se entiendan aspectos de la economía que la pintan demasiado técnicas. Agua va:
Rendía la final de Química, segundo año del Instituto Técnico. Llegamos desvelados como de costumbre, estudiando sobre la hora. La profesora arma la mesa de examen con una practicante joven y la jefa de trabajos prácticos de otra materia compatible, Biología. Las tres se ubican formalmente en el escritorio amplio de nuestra aula, preparan los papeles y entra el legendario mayordomo Pedro Páez, que además era eximio mozo, de esos de antes. Con su camisaco blanco y manejando con destreza la bandeja arrima tres cafés con leche y generosas medialunas y tortillas. Un espejismo para nuestros escuálidos estómagos. Comienza el examen y al rato le toca a un compañero que sucumbe al combo. Su anatomía no resiste el stress, desvelo y hambre: cuando el trío estaba por disparar el primer tema, él se acerca a la mesa pálido como un repuesto Rivadavia y alcanza a decir “…no me siento bien”. En ese momento sus ojos se ponen blancos y se desploma en dirección a la mesa. La profesora, con unos reflejos dignos del Trapito Barovero, apoya las dos manos en el pecho del desafortunado mientras sus dos asistentes muy prestas ponen los cafés y las medialunas a buen resguardo. Hecho esto la profesora suelta al desmayado alumno que rebota su humanidad contra el escritorio de madera.  
Esta anécdota totalmente verídica es ni más ni menos el famoso megacanje del 2001. Argentina vivía el 1 a 1, un peso un dólar y se encontraba en un proceso de colapso anunciado. Nada cerraba, todo se derrumbaba. Pero en el país quedaban todavía inversores especulativos que introducían sus dólares para moverlos en el circuito financiero local que pagaba tasas altas en pesos y luego los reconvertían a dólares para llevarlos de regreso de donde provinieron. Argentina tenía ya problemas para satisfacer esa demanda de dólares y hacer frente simultáneamente a su abultada deuda. El megacanje sirvió para oxigenar las cuentas externas y así permitir que estos jugadores de primera conviertan sus activos (pesos, bonos, acciones) de moneda local a dólares y llevarlos a playas más tranquilas. Pasado ese lapso, que duró algunas semanas o a lo sumo un mes, la Argentina continuó su caída libre hasta impactar de lleno en la dura realidad el 3 de diciembre de ese año.

Este gobierno logró salir del cepo con una ecuación idéntica. Libera el mercado de cambios (Prat Gay) mientras se ofrecen tasas siderales en pesos (Strutzenegger) y de esta manera llueven dólares especulativos que se convierten a pesos, se colocan a plazo fijo y en pocos meses volverán crecidos a sus países de origen. Para eso necesitaban salir del Veraz de Griesa porque con esta fórmula serán más los dólares que salgan que los que están entrando y Argentina, como con el megacanje, necesita tener desafectada la firma porque el esquema solo cierra con mayor deuda pública. Entonces, mientras el gobierno lucha para que el dólar no caiga por la sobreoferta que este suicidio anunciado provoca, encima coincidiendo con la oferta estacional del agro, la economía real que se ve en la producción de acero o cemento, entre otras cosas, no para de desplomarse. Señal clara que solo somos atractivos para los especuladores, esos que andan por Bahamas y Panamá. Nada hace sospechar un final diferente para exactamente la misma política.  Mañana seguimos con el mercado interno. 

No hay comentarios: