COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

lunes, 9 de enero de 2017

NACIMIENTO, DESARROLLO Y DECADENCIA Capítulo II

CapItulo II

Industrialización y Desindustrialización
en Argentina


Sumario: 1. Período de posguerra hasta 1974.
2. Período 1976 a 1982.


1. Período de Posguerra hasta 1974.  La etapa del proceso de industrialización argentino que se inicia con posterioridad a la crisis de los años treinta y que se extiende hasta la asunción del gobierno militar en 1976 se ha caracterizado por el desarrollo de industrias sustitutivas de importaciones, dedicadas al mercado interno y que se desenvolvieron en un fuerte esquema proteccionista.  Sin embargo, a partir de mediados de los sesenta hubo una tendencia al aumento de las exportaciones industriales.
Sin ignorar las deficiencias y límites del proceso de industrialización argentino, los datos principales, (obtenidos en el período intercensal 1964-1974) muestran una evolución notablemente buena del sector industrial.

El año 1974 marca un punto culminante en la historia reciente de la industria argentina: culmina en él un período de once años durante el cual la producci6n manufacturera creció al ritmo más alto y sostenido de los últimos 50 años.  La tasa de crecimiento anual superó el 7% en tanto no se registra en él (período) ningún año de disminución del volumen físico de producción. [1]

Resulta interesante destacar que:
a)      La producción en el período analizado crece un 114,3%, o sea una tasa media anual del 7,9% que se sitúa en el tercer lugar comparada con los diez países más industrializados;          
b)      El empleo aumenta un 22% o sea a una tasa anual del 2%;
c)      La productividad del trabajo aumentó a una tasa anual del 5,9%, llegando en algunas ramas, como la metal-mecánica, a un incremento promedio anual de casi un 10%;
d)     Los precios relativos descendieron en función de la productividad, lo que indica que la industria transfirió ganancias de productividad al resto de la economía;
e)      Los establecimientos de más de 100 personas ocupadas aumentaron su participación en el número de establecimientos mientras aquellos de hasta 10 personas disminuyeron;
f) Los grupos industriales que más crecieron son los que más aumentaron su productividad;
g) El grupo metal-mecánico, especialmente importante en el desarrollo económico porque incluye las ramas productoras de bienes de capital, fue uno de los dos grupos industriales que más aumentó la productividad, producción y nivel de salarios y el primero en cuanto al descenso de precios relativos.
Todo esto demuestra que a pesar de las deficiencias del esquema proteccionista, el desenvolvimiento de la industria durante la última década de aplicación de este esquema revela sin duda alguna una etapa dinámica de industrialización.
2. Período de 1976 a 1982. El corte entre el período que en términos de Sourrouille "culmina" en 1974 y el que se inicia en 1976 es muy profundo.  Se procuró sentar el proceso económico sobre bases radicalmente distintas a las imperantes desde la década del treinta.  La apertura económica fue el núcleo central de la política de Martínez de Hoz produciendo una "transformación de la forma de vinculación de la economía argentina con el exterior." [2]
Algunas medidas incluidas en esta política son: reducción de aranceles y atraso cambiario, combinados con reducciones o eliminaciones de componentes no tarifarios de la protección (por ejemplo impuestos, tasas y/o contribuciones).
La caída abrupta de la protección industrial para el período 1976-1982 fue calculada en un 63% y "sólo la imperfección de los mercados permitió la supervivencia de la producción industrial nacional."[3]
El comportamiento industrial en este período es contrastante con el analizado en el punto 1:

a)      El PBI industrial se redujo un 20% al cabo de cinco años (1976-81);
b) El empleo industrial decreció un 35,3%
c) La inversión bruta en equipo durable cayó un
13,2% anual entre 1977 y 1982, pasando a ser menor que la depreciación, disminuyendo el stock de capital;
d) El salario real cayó un 40%;

La caída de la producción y la inversión, sumados a la reducción o eliminación de los departamentos de ingeniería de las firmas, producen un retroceso hacia formas de producción aún más alejadas de las de los países industrializados, agravado por el hecho de que en esos países se produjo durante la segunda mitad de la década del setenta y en lo que va de ésta un proceso de modernización tecnológica estrechamente vinculada a la difusión de los bienes y tecnologías del complejo electrónico.
La política de apertura económica en la argentina produjo la "abrupta interrupción de un proceso de industria lizaci6n que hasta entonces constituía el núcleo dinámico de la acumulación y reproducción de. capital de la economía argentina.” [4]
La capacidad tecnológica en electrónica y su relación con la forma de vinculación de la industria argentina con el exterior distingue a estos períodos de industrialización, como se demostrará en el próximo capítulo.


















[1] Este concepto pertenece a SOURROUILLE, Juan Vital, actual Ministro de Economía, Apuntes sobre la historia reciente de la industria argentina, (Bs. As. 1980. Aparece trascripto por Hugo Notcheff en la obra ya citada, pág. 23.

[2]  Ver aclaración anterior.
[3] Hugo Nochteff extrae una y otra vez fragmentos de artículos pertenecientes a varias de las actuales autoridades económicas y publicadas antes del último cambio de gobierno.  Es interesante confrontar estas ideas con los rumbos seguidos desde el Ministerio. Esta frase en particular es de CANITROT, Adolfo, Política antiinflacionaria y apertura económica en Argentina, 1976-1981, en “Revista de Desarrollo Económico” Nº 82, Vol. 21 (Bs.As. 1982).

[4] NOCHTEFF, Hugo, Desindustrialización y Retroceso Tecnológico en Argentina (1976-1982), (Bs. As., 1984). Pag. 28

NACIMIENTO, DESARROLLO Y DECADENCIA - CAPITULO I

CAPITULO I

Consideraciones Previas

Sumario: 1. El rol del Estado.
2. La electrónica y su influencia en la economía.
3. Las economías subdesarrolladas.
4. El grado de apertura.

1. El rol del Estado. En 1979 la National Academy of Sciences afirmaba que “durante el próximo cuarto de siglo el complejo electrónico será el polo principal en torno del cual se reorganizarán las estructuras productivas de las sociedades modernas".
Para lograr el dinamismo necesario en el crecimiento del complejo electrónico y para no quedar al margen de las profundas transformaciones que éste está produciendo en los países industrializados, es fundamental definir el rol del Estado.
Si bien las políticas públicas sobre esta cuestión no han sido uniformes en todos los países, debido a distintas políticas económicas entre otras cosas, vale destacar que la electrónica tal como la conocemos hoy, con su penetración en las demás actividades y su capacidad para la acumulación de capital, ha surgido como complejo tecnológico-industrial en la segunda posguerra cuando ya el capital de organización había reemplazado, como formación social dominante en los países industrializados, al capitalismo competitivo.
Por lo tanto, el comportamiento del Estado y las relaciones entre éste y las empresas están en el centro de las leyes de desarrollo del complejo electrónico.  En todos los países de industrialización avanzada el Estado ha destinado masivamente recursos (económicos e institucionales) para absorber los costos privados de investigación y desarrollo y el riesgo empresario.  El financiamiento directo del Estado para investigación y desarrollo no ha sido inferior al 50% del total de recursos invertidos en ninguno de los países líderes: Estados Unidos, Alemania Federal, Japón, Francia y el Reino Unido.

2. La electrónica y su influencia en la economía. Buena parte de los efectos principales del desarrollo del complejo electrónico en la economía pueden verse a través de los cambios en las actividades manufactureras y de servicios.  Estos efectos pueden dividirse en cuatro grupos:
a) El cambio de productos existentes -del cuál el ejemplo clásico es la industria de los relojes-, dado por la creciente posibilidad de reemplazar con componentes electrónicos una serie de elementos mecánicos, logrando un aumento de confiabilidad, precisión, menor costo, etc.
b) Los cambios en el proceso de manufactura por la introducción de dispositivos electrónicos para el movimiento controlado de materiales, productos, herramientas, etc.; el control de variables de procesos como temperatura, presión, velocidad, humedad, deformación, mezcla, etc.; ensamblaje, subensamblaje, control de calidades, organización del proceso de manufactura, stocks, mantenimiento, etc.  Es decir, efectos asociados a todo aumento de automatización.
c) La automatizaci6n del trabajo de oficina.
d) La interrelación comunicaciones-informática que produce fuerte reducción de costos: captación, procesamiento y transmisión de información cada vez más compleja. Un ejemplo típico son los cajeros automáticos bancarios.

3. Las economías subdesarrolladas. Los fenómenos que aparecen como consecuencia de la creciente diferenciación entre la capacidad de acumulación de las economías más desarrolladas y la de los países atrasados son:
a) Una creciente dependencia de las ventajas comparativas del desarrollo científico y tecnológico;
b) Disminución del peso relativo de los costos salariales, especialmente directos.  Por una parte esto afectaría sobre todo las posibilidades de desarrollo de los países de industrialización reciente, que basaron su crecimiento en las exportaciones de productos de ramas o subprocesos, con mano de obra intensiva y con bajos requerimientos de calificación de la fuerza de trabajo.  La tendencia de las empresas transnacionales a la inversión en países subdesarrolladas depende del resultado de la "competencia" entre los costos de automatizaci6n y los salarios.  Recientemente se han relocalizado plantas, retirándolas de países subdesarrollados cuyos salarios habían crecido y trasladándolas a países con salarios más bajos (por ejemplo de Corea del Sur a Malasia).  Esto refuerza las características negativas de la internacionalización del proceso productivo;
c) Transferencia acelerada de destreza desde la fuerza de trabajo a los bienes de capital.  Se produce dentro de la planta y a escala internacional, creando la necesidad de importar bienes de capital para mantener la competitividad de las demás ramas, con su efecto negativo sobre el comercio exterior;
d) Reducción del ciclo del producto, impulsada por la rapidez de las innovaciones que hacen obsoletos los bienes de consumo y capital.  Aún permaneciendo económicamente viables, deben ser reemplazados porque sus repuestos y servicios de mantenimiento desaparecen del mercado;
e) La concentración de información en los países industrializados;
f) La subutilización de bienes de capital en los países subdesarrollados, debido a la creciente brecha tecnológica y la inadecuada infraestructura para la utilización de estos bienes producidos en y para las sociedades industrializadas.  Esto incide también en el incremento del costo de uso frente al costo de adquisición del bien.
Las recomendaciones que siguen naturalmente al diagnóstico sintetizado anteriormente pueden resumirse en aumentar la capacidad local en electrónica y avanzar en el dominio de la tecnología.
La brecha entre las mayores innovaciones y las aplicaciones posibles de estas innovaciones es mucho mayor que en otras tecnologías, lo que permite a los países atrasados -bajo ciertas condiciones- crear aplicaciones sin acercarse a la frontera tecnológica en microelectrónica propiamente dicha.
Independientemente de los ciclos de sobreoferta y desabastecimiento de componentes, hay un stock tecnológico permanente creado por la industria de componentes, que la industria de equipos y sistemas subutiliza.  Debido a la dinámica inducida por la competencia monopólica, estos dos últimos segmentos del complejo electrónico producen nuevas generaciones de equipos y sistemas mucho antes de que se agoten las posibilidades estrictamente técnicas de crear nuevas aplicaciones a partir del stock tecnológico generado por el segmento de componentes.  En principio, entonces, hay una franja de oportunidades para los países subdesarrollados que puede aprovecharse sin necesidad de producir innovaciones mayores en el segmento de componentes, donde los requerimientos de infraestructura científica y de financiamiento para investigación y desarrollo están más alejados de las posibilidades de estos países.
Esta “franja de oportunidades" queda garantizada por la estructura actual del complejo electrónico de los Estados Unidos que moldea el mercado internacional.  Esta estructura se caracteriza por la independencia de la mayor parte de los innovadores y productores de componentes respecto de los productores de equipos y sistemas.

4. El grado de apertura. Para muchos autores, una condición necesaria y a la vez un complemento indispensable del aumento de la capacidad tecnológica es producir, mediante políticas públicas, un cierto grado de aislamiento parcial o selectivo de los mercados locales de los países subdesarrollados, desvinculándolos del mercado internacional.  El argumento tecnológico puede resumiese con un juicio: “la dependencia de fuentes externas de tecnología conduce al fracaso del proceso de desarrollo y uso de la capacidad local de resolver problemas, fracaso que lleva a transferir el proceso de pensamiento al exterior".[3]
Podemos sintetizar que las oportunidades de los países en desarrollo (los de “industrialización tardía” como Argentina, no los más atrasados), principalmente están vinculadas al aprovechamiento de la microelectrónica ya desarrollada por los países de avanzada, al aumento de las capacidades generadas de diseño e ingeniería en la misma industria electrónica y en otras ramas (por ejemplo la industria de bienes de capital metal-mecánicos) donde puedan aplicarse dispositivos electrónicos, producir adaptaciones tecnológicas y las “innovaciones medias”.







[3] NOTCHEFF, Hugo, Desindustrialización y Retroceso Tecnológico en Argentina  1976-1982,  (Buenos Aires, l984), pág. 21.

NACIMIENTO, DESARROLLO Y DECADENCIA - Intro



NACIMIENTO, DESARROLLO Y DECADENCIA
DE LA INDUSTRIA ELECTRONICA EN ARGENTINA

LUIS OCTAVIO CORVALAN

TUCUMAN – 1986


INTRODUCCION
Radio Noblex 7 Mares
Desarrollo argentino, única en su tipo
La revolución producida en la electrónica con la aparición de la micoroelectrónica, las tecnologías vinculadas a ella y las aplicaciones que este conjunto de tecnologías nuevas permite e impulsa, ha producido un impacto importante en la economía mundial. Las principales aplicaciones de estas nuevas tecnologías son en áreas tan vitales como la informática, la automatización industrial (robótica), militar, etcétera, que este impacto está resultando negativo para los países subdesarrollados, puesto que agranda aún más la brecha tecnológica, generando nuevas dificultades para su desarrollo y desventajas de tipo estratégicas serias.
Esto hace que sea muy importante la discusión de las políticas de desarrollo industrial y tecnológico en este campo en la Argentina. Vamos a abordar dos temas que considero fundamentales en el análisis de estas políticas, de cara al futuro.
El primero es el de las alternativas para impulsar el progreso y la autonomía tecnológica en los países subdesarrollados y el segundo es el análisis del proceso de desindustrializaci6n ocurrido en la Argentina entre los años 1976 y 1982. Estos temas se vinculan por la cuestión del grado de apertura de los mercados y su efecto sobre la industrialización y el desarrollo tecnológico.
Un ejemplo de la importancia de estos temas para un país que respeta su futuro nos lo da Rodolfo Terragno en un reciente análisis: “... las disciplinas que producirán una transformación en la sociedad del mañana serán la bioelectrónica la biogenética, la informática, la robótica, la inteligencia artificial, etc. No podemos planear un futuro sin el conocimiento y la producción en éstos campos." (1)
No es necesario alcanzar una vanguardia en la investigación y desarrollo en cada área -por otra parte significaría un esfuerzo económico e institucional excesivo para un país periférico- pero sí
una capacidad tecnológica para la aplicación de los nuevos descubrimientos, ya que éstos en sí no son un fin, sino sus aplicaciones. Ya E. F. Schumacher hace más de una década se refería a la "tecnología intermedia" como solución al atraso y subdesarrollo de los países del tercer mundo.(2)
Estas opiniones coincidentes, sumadas a la experiencia vivida en los últimos diez años, nos permite visualizar con bastante claridad un camino para seguir. Esto ha sido tenido en cuenta oficialmente a través de una iniciativa concebida por Roberto Zubieta durante su gestión como asesor del ex-Secretario de Industria Carlos Lacerca: la Resolución 44. 44C y 44T tendientes a "sentar las bases para el complejo electrónico nacional".
Sin embargo este funcionario representa sólo una de las líneas de pensamiento que existen dentro del equipo económico oficial. Como se verá en el apéndice, las últimas medidas tomadas en materia arancelaria y respondiendo a presiones del Fondo Monetario Internacional, apuntan en otro sentido.
Ente trabajo pretende resumir los antecedentes más destacados, las consecuencias de las distintas políticas aplicadas, el estado actual de la industria electrónica en la Argentina y algunas propuestas para su redimensionamiento y adecuación a las necesidades futuras.
______________________________________________________
1 TERRAGNO, Rodolfo, La Argentina del Siglo XXI (Buenos Aires, 1985) Pág. 36.

2 SCHUMACHER, E. F., Lo Pequeño es Hermoso (Hermann Blume, 1973).

sábado, 7 de enero de 2017

PARA ALEGRAR LA MAÑANA - País Inviable

Cuando faltan 10 minutos y un equipo va perdiendo por un gol los directores técnicos normalmente recurren a todo su arsenal para tratar de equilibrar el partido, reemplazando mediocampistas o defensores por atacantes y llegado el caso si se produce un corner en el último minuto es normal ver al arquero en el área rival esperando colaborar con un cabezazo milagroso. Es decir, adopta actitudes que en medio del partido serían suicidas.
Algo de esto siento cuando leo las noticias con datos sobre la gestión de este gobierno, en especial en lo económico. Mi apreciación, personal como todas, es que estos tipos llegaron para barrer con todo en el menor tiempo posible. No les interesa el mediano plazo, no les interesan las elecciones de medio término, ni le reelección. Están arrasando lo más que pueden en el menor tiempo posible y sin cuidar siquiera de las formas. Hay muchísimos ejemplos de esto. Arranquemos por uno. El tan denostado cepo impuesto por la administración anterior respondía a la necesidad de disponer de dólares para pagar deuda, cubrir las importaciones, permitir que las empresas extranjeras giren utilidades a sus casas matrices y permitir al ciudadano medio ahorrar y/o viajar al exterior. Ante la escasez de divisas, el gobierno puso una serie de limitaciones.
La actual gestión eliminó estas restricciones de inmediato. Y la falta de dólares la cubrió con emisión de deuda. Big time. Mucha. Paralelamente redujo y luego eliminó toda restricción al ingreso de dólares especulativos. También eliminó retenciones a ciertas exportaciones y si esto no fuera suficiente ahora permite que los exportadores de granos mantengan sus dólares en el exterior, sin ingresarlos al país. Las exportaciones eran la fuente de dólares con que se fondeaba el Banco Central. Un pool de soja, por ejemplo, hacía una venta al exterior y las divisas ingresaban al BCRA que le entregaba al exportador pesos al cambio oficial. Este gobierno lo que hizo fue aumentar la cotización oficial llevándolo de 9 y pico al valor de calle, del orden de los 15 pesos. Y bajando o eliminando las retenciones produjo una ganancia extraordinaria por dos puntas. Mientras aleccionaba a los ciudadanos de a pie de todo tipo de esfuerzo y sacrificio necesario para sacar al país adelante. Y ahora permite a los exportadores quedarse con los dólares, en el exterior si se les antoja y darles un plazo de 1 a 5 años para recién liquidarlos en el país. O sea, cuando se les plazca.
La pregunta que cualquiera se debería hacer es: si la Argentina con un mercado interno entonado y menor desocupación como era hasta 2015 tenía escasez de dólares para sus compromisos y necesitaba un cepo, ¿cómo harán ahora con un país en crisis, con mucho mayor deuda externa para afrontar cada año, si la presente gestión ha decidido renunciar a los ingresos en dólares de las retenciones y a la percepción de las divisas de la exportación que hoy puede quedar en manos del latifundista, tan necesitado él? Por el momento viene zafando por los ingresos del blanqueo que permitió a los fugadores e ilegales poner en regla sus dudosas fortunas. Pero eso es coyuntural y no se repetirá en el tiempo.
Aquí es donde arrancan las especulaciones. Pero basadas en la experiencia ya vivida más de una vez. El gobierno seguirá acudiendo al endeudamiento externo mientras los centros financieros y los especuladores le presten, algo que tampoco durará demasiado ya que estos gobiernos liberales fundieron al país en el pasado cercano con estas mismas estrategias. Y si bien el votante argentino medio es flojo de memoria no lo son tanto los banqueros y prestamistas internacionales. Acabada esa alternativa el gobierno recurrirá al crédito interno vaciando a los bancos de toda su capacidad de préstamo e impidiendo que una pyme o empleado acceda a algún crédito bancario porque toda la capacidad crediticia de los bancos estará destinada a financiar el agujero fiscal enorme autoinfligido por los actuales teóricos del fracaso serial. Y cuando el crédito interno a su vez quede agotado y todo siga sin cerrar porque, cruz diablo, no hay que gravar a los ricos y opulentos no sea cosa de producirles tristeza, ¿a qué recurrirán? Bingo, felicitaciones, acertó de nuevo: a los ahorros privados de todos los ciudadanos de a pie, tal cual hicieron el 3 de diciembre de 2001 en idéntica situación. ¿Quiénes? El equipo económico de entonces, cuyo número 2 era Sturzenegger, el que está manejando actualmente las divisas del país. No, no mire pal costado, ese que está ahí por su voto, señora. Ese mismo.

Esto que acabo de describir, como dije, es un solo ejemplo. Podemos seguir largo con muchas otras medidas que veremos en detalle con el correr de los días: transferencia de toda actividad estatal rentable hacia sectores privados, colocación de los fondos de los jubilados en paraísos fiscales para su manejo discrecional por buitres de ocasión(1), manejo de las utilidades del BCRA en mesas de dinero privadas también en el exterior(2), abandono de rutas de Aerolíneas en favor de privados, abandono de los satélites Arsat estatales a favor de satélites privados, privatización de las acciones del Anses de empresas privadas rentables, colocación de célebres evasores y lavadores de dinero al frente de los órganos de control del estado, etc. Toda esta rapiña obscena la realizan mientras en la vereda está de campana el diario Clarín mostrando a diario las peripecias legales de funcionarios de la gestión anterior para que nadie se detenga a ver lo que están haciendo con el Estado Argentino en la actualidad. Robo alevoso que no requiere de grandes investigaciones. Suficiente con leer a diario el Boletín Oficial para descubrir cómo se está vaciando a un país entero mientras te dicen que el segundo semestre, el segundo año y la nueva de ahora: juzgar cuando termine el mandato. Para entonces será demasiado tarde. Yo cumplo con compartir mis apreciaciones, tal como lo hice antes de las elecciones cuando sugerí votar a cualquiera menos a estos. Por exactamente estas razones.  
(1)http://l.facebook.com/l.php?u=http%3A%2F%2Fwww.perfil.com%2Fpolitica%2Fcarmona-pretenden-usar-al-fondo-de-garantia-de-sustentabilidad-para-la-timba-financiera.phtml&h=xAQH31E13
(2)http://l.facebook.com/l.php?u=http%3A%2F%2Fwww.resumenlatinoamericano.org%2F2017%2F01%2F05%2Fargentina-el-banco-central-designo-a-un-ex-hsbc-al-frente-de-la-mesa-de-dinero-de-la-entidad-monetaria%2F&h=EAQFyHX8A

       

lunes, 26 de diciembre de 2016

SE VIENE LA CRISIS (Parte 2)

...Viene de la Parte 1
Las centrales mencionadas se construyeron en su mayor parte durante el período de gran crecimiento económico, incluso a pesar de sufrir muchas crisis políticas, entre los años 1960 y 1974. Algunas continuaron y se pusieron en marcha durante los 80 porque la generación, transporte y distribución de energía era prácticamente un monopolio estatal y las grandes obras se seguían planificando, aunque la debacle económica provocada por la dictadura militar (1976-1983) frenó en gran parte el ritmo de las inversiones llegando incluso a la paralización total de algunas obras. No solo se sufrió la paralización de las obras nuevas sino que la falta de presupuesto afectó incluso los programas de mantenimiento y reparación de las usinas existentes. Esta falta de mantenimiento provocó la primera de las crisis de oferta energética durante los últimos años del gobierno de Raúl Alfonsín obligándolo a programar cortes a lo largo del país para evitar el colapso del sistema. Esta crisis pavimentó el camino equivocado que llevó a la privatización del sistema eléctrico argentino (SEA) y convertir las tres grandes empresas estatales Agua y Energía, SEGBA e Hidronor en una constelación de empresas generadoras, transportadoras y distribuidoras que no tuvieron acceso al enorme plantel de profesionales especialistas con que contaban las empresas estatales y que permitieron la elaboración del programa estratégico de largo plazo sobre el que se montó la infraestructura del SEA. Tal fue la previsión y visión de futuro de la etapa estatal de manejo del SEA que en muchas partes hasta el día de hoy se genera, transmite y distribuye utilizando la misma infraestructura de aquella época. Un lugar donde esto es evidente es en la zona correspondiente a la ex-SEGBA, el Gran Buenos Aires. Las empresas que se quedaron con la explotación de esa región, Edenor y Edesur, son las que, gracias a su escasa inversión en nueva infraestructura, provocan las recurrentes crisis energéticas cada verano. En su zona de explotación se producen los cortes recurrentes durante estos meses de gran consumo.
Durante la gestión de los Kirchner, donde a pesar de cierta imprevisión y descuido en el sector energético y donde no se intervino para nada en el esquema de explotación privada del sistema, sí se entendió parcialmente que es el Estado el que tiene que intervenir activamente en generar oferta estratégica de energía, no el sector privado. Dentro de este concepto el estado intervino en aumentar la cota de la Central Yaciretá que estaba generando solo al 70% de su capacidad de diseño, reflotar la abandonada central atómica Atucha II y por primera vez en décadas arrancar con la construcción de importantes centrales hidráulicas nuevas y nuevas centrales atómicas. Estas centrales una vez puestas en marcha permitirán un ahorro importante de combustibles fósiles no renovables. Estrategia que solo era concebible desde el estado.
Esta intervención estatal en la construcción de grandes centrales de bajo costo de explotación pero que requieren de un gran esfuerzo fiscal es una pata, importante, pero parcial dentro de un esquema donde el transporte y la distribución de la energía sigue en manos privadas. Y es en ese sector donde se seguirán produciendo los cuellos de botella porque los operadores privados se niegan a hacer inversiones que garanticen una servicio de calidad y confiable. Cuando un consumidor privado requiere conectarse a una red pública, pero cuya explotación la tiene otro privado, la distribuidora, la inversión de aquella conexión que pasará a engrosar el patrimonio de la distribuidora, la debe financiar el consumidor. Cuando se trata de una inversión importante, como la infraestructura de un barrio o el acceso de varios kilómetros desde la red existente a un establecimiento industrial, por ejemplo, la empresa distribuidora contabilizará esa obra como parte de su inversión en infraestructura comprometida cada año a pesar de ser pagada en su totalidad por el usuario o cliente. Si este último está bien asesorado y conoce la ley, esa inversión que hizo de su bolsillo la puede recuperar en el tiempo en forma de energía a consumir. Si no está asesorado la inversión la pierde, ya que la distribuidora solo repondrá el costo de la obra si se hace una serie de gestiones legales y burocráticas en ese sentido. De lo contrario es una infraestructura pagada por un tercero que las empresas pasar a poseer y hacer figurar como inversión propia sin haber desembolsado un peso. Uno de los argumentos preferidos de parte de las empresas explotadoras del SEA para no invertir era el bajo valor de las tarifas eléctricas.

En 2016 el tema más urticante fue el aumento obsceno en el monto de las tarifas, entre ellas las eléctricas. Además de este aumento brutal se les perdonó a las empresas eléctricas una cifra sideral de deuda con el estado. Y se les conservó los subsidios, cuya eliminación era uno de los argumentos para justificar los enormes aumentos. Encima de todo esto las empresas están solicitando un nuevo aumento del 75% para principios de 2017. Y aun así no hicieron las inversiones. Para el presente verano ya el presidente anunció los mismos o mayores cortes que en el verano anterior sabiendo que sobre la infraestructura no se gastó una moneda. Fin parte 2.       

SE VIENE LA CRISIS (Parte 1)

Luis O. Corvalán 
Consultor – Asesor | Generación de Energía

Central Hidráulica Chocón
En 2004 se publicó en un diario un comentario que realicé sobre la crisis energética que se estaba viviendo. (ver aqui)  A 12 años de aquella ocasión repito aquí gran parte de ese análisis que conserva una actualidad notable.
El motivo de esta renovada opinión es porque se están generando, ahora, las condiciones para una crisis grave en el futuro cercano. Y cuando llegue se buscarán los culpables en gestiones anteriores y en contextos que no existen en la actualidad, sino que se los está generando por malas medidas que se están tomando en la presente gestión.
Veamos primero como se diseña y gestiona una matriz energética pensando en el país como una unidad estratégica. Y aquí mismo, en el génesis del análisis, está el principal problema conceptual. El liberalismo económico se niega a considerar el carácter estratégico y nacional del tema energético. Su lógica es una rentabilidad y que el mercado sea el que genere la oferta y el funcionamiento de un sistema que nunca se rigió por leyes de oferta y demanda.
Veamos un poco de historia. La generación de energía eléctrica pasó a ser la razón de la explosión de desarrollo que fue una característica del siglo XX. La energía se produce en usinas por maquinarias que se conocen con el nombre de “grupos”, ya que están formadas siempre por 2 máquinas. Una máquina que impulsa y un generador. Técnicamente todos los generadores son idénticos. Cambian el tamaño, la forma de montarlo y la velocidad. Pero todos son máquinas sincrónicas. La máquina de impulso en cambio puede tener diferentes principios de funcionamiento y tomar la energía de fuentes diversas. Por estas razones las centrales se identifican por su fuente primaria de energía. Así tenemos centrales hidráulicas, térmicas, nucleares, eólicas, a gas, ciclo combinado, solares, geotérmicas, mareomotices, etc.
Qué tipo de central se va a instalar es una decisión estratégica que debe tomar un país y no el mercado. Porque el proceso de generación compromete recursos energéticos que pueden ser estratégicos, ya sea por escasos, no renovables o necesarios para otras formas de energía, por ejemplo el transporte, la industria o la calefacción.
Hay una ecuación bastante simple en esto de generar energía eléctrica: el costo de explotación es inversamente proporcional a la inversión. Traducido al cristiano quiere decir: cuanto más barata la instalación de mi usina más caro será explotarlo a lo largo de los años.
Esto que acabo de expresar es un tema fundamental a considerar si generar energía fuera algo solo regido por el mercado. Y lo que ocurrirá en estos casos es que el inversor privado hará un estudio de la inversión necesaria y el tiempo de retorno de esa inversión. No considerará para nada el carácter estratégico del recurso a emplear, su impacto ambiental o su escasez.
Solo el estado y bajo una administración lúcida y previsora puede contemplar todos estos elementos para diagramar una estrategia energética que satisfaga la demanda del país, que prevea un crecimiento de la demanda acorde al crecimiento del país mientras garantice en el tiempo la existencia de los recursos energéticos necesarios dejando una parte de los mismos disponibles para otros actores económicos y otras maneras de transformarlos.
Los ejemplos de lo que acabo de decir son muchos, claros y palpables. Las grandes usinas de la Argentina que son por un lado grandes obras civiles construidas desde el estado con el esfuerzo de todos los ciudadanos son además las centrales que aprovechan fuentes renovables o eficientes, de poca contaminación y permiten una explotación sustentable y de bajísimo costo. Esto a su vez mejora la competitividad de toda la industria. 
Requirieron grandes inversiones y por eso ningún privado a partir de la época de la desregulación del sistema eléctrico argentino montó una central de estas características. Me refiero a las grandes centrales hidráulicas, las centrales atómicas y las grandes centrales térmicas que se construyeran todas durante épocas en que el estado era un actor económico central en el esquema energético argentino. Algunas de estas son las grandes represas sobre el río Limay: Alicurá, Piedra del Águila, Chocón y otras, las centrales hidráulicas de Salto Grande, Yaciretá, Río Grande, Futaleufú, las centrales nucleares de Atucha y Embalse, las centrales térmicas de Costanera y Puerto Nuevo, las más grandes del país de su tipo en la ciudad de Buenos Aires.
La “transformación del sistema eléctrico argentino” de los 90 basada en la llamada “Ley Bastos” permitió que cualquier privado pueda montar una usina y comenzar a generar, sin exigirle una característica determinada de central. Esto hizo proliferar centrales del tipo a gas natural. Son centrales que un contratista internacional especializado puede montar en 6 meses en un predio de 4 a 10 hectáreas. Esto permite un retorno rápido de la inversión y con las utilidades convertir esa central original a gas en una de ciclo combinado, aumentando un 50 o 60% lo generado con el mismo consumo de gas. Esto permitió ir atendiendo el aumento vegetativo de la demanda eléctrica pero a costa de un aumento exponencial del consumo de gas natural, un recurso que a la Argentina le sobraba y se daba el lujo de ventear hasta el punto tal de tener que hoy importarlo. Además de haber privatizado la empresa nacional de gas lo que prácticamente hizo desaparecer la exploración de nuevos yacimientos. Fin Parte 1

sábado, 24 de diciembre de 2016

2016 - Un balance personal

Me gustan los balances, las conclusiones. Como transitar un sendero en la naturaleza y de tanto en tanto detenerse en un lugar elevado y mirar el paisaje para saber si vamos bien rumbeados.
Pero el presente no es fácil de analizar, en particular por el grado de polarización que ha calado hondo en cada argentino. La objetividad es un recuerdo lejano y por más que uno intente siempre aparecerá la voz crítica que nos colocará en uno u otro extremo del arcoíris político, sin necesidad de justificar con conceptos tamaño absolutismo.
Así que mencionaré la obviedad que siempre hago en estos casos. Lo que sigue es mi punto de vista, uno más dentro de un concierto de interpretaciones de una realidad que palpitamos como única pero que cada uno mira desde una perspectiva diferente.
Tengo información cuantiosa, de diferentes medios y autores y referidas a distintos momentos históricos de las últimas 5 décadas que me confirman, más allá de toda teoría conspirativa, disciplina que generalmente esquivo, que hay una tendencia mundial por parte de diversos centros de poder, en particular económico, de invadir los medios de comunicación para generar un sentido común que favorezca sus intereses. Eso, dicho de alguna manera. Lo podría expresar mejor si creyera que mis comentarios merecen más detenimiento de mi parte, algo que está aún por verse.
Esta lógica que puedo referenciar si me propusiera un trabajo más extenso, tiene su correlato en estas pampas y de manera grosera. Esta nota está acompañada con una imagen de la tapa de Clarín del 4 de diciembre de 2001. Hacía 24 horas todos los ahorros y dineros en cuentas corrientes de los argentinos habían sido confiscados por el gobierno y solo se les permitiría acceso a raíz de 250 pesos por semana. Un hecho económicamente catastrófico para el público y prueba de un colapso de la economía que desembocaría en pocos días en la más grave crisis de la historia argentina. Y sin embargo ahí se insinúa como la “gente” tiene dudas, asociando a esa entelequia menor la ignorancia, mientras “los mercados”, algo mucho más sofisticado e informado, están “mejor”. No importa la gravedad de la situación, siempre titula para conformar su núcleo duro de intereses. En la década liberal que precedió a ese infausto mes el diario de la cornetita creció órdenes de veces participando en todo tipo de negocios con el estado y convirtiéndose en un gran grupo de negocios capaz de influir aún más en el quehacer diario, algo que ya era una costumbre de décadas. El ejemplo sirve para mostrar, ya en la lejanía, como el medio lejos de informar a lo que se dedica es a formar. Generar sentido común. En aquel caso vender una imagen de normalidad cuando el colapso ya estaba en curso. Invito a mirar la tapa del día anterior, cuando informaba de la captura de los dineros privados por parte del gobierno y titulaba como si la medida implicaba simplemente un trámite más para acceder a los ahorros cuando en realidad era una confiscación. Hoy defender esa estrategia comunicacional sobre este tema en particular es virtualmente imposible y por eso me fui a 15 años atrás. Hoy aparecerían voces criticando mi oposición al medio como una postura prejuiciosa y cooptada por parcialidades recientes.
Mi entendimiento e imprescindible de explicitar para el presente análisis es que esta tendencia del diario, replicada ahora en la TV abierta, cable, radios y portales que son las herramientas actuales que exceden en largo al papel, ha venido horadando constantemente a la opinión pública hasta convencerla, en mayorías suficientes, que el gobierno pasado ha sido el más corrupto de la historia y que la presente gestión es llevada adelante por hombres probos preocupados por los destinos de la patria y sin nada que ocultar.
Esto a fuerza de repetición diaria trasciende los titulares y penetra los capilares de la conciencia individual. Este año he oído desde la inocente “dale tiempo” hasta construcciones algo más sofisticadas del tipo “él maneja su propio dinero en cambio Cristina hizo su fortuna con dinero del pueblo”. Afirmación que el interlocutor toma como un axioma ya que no tiene como comprobar ni una ni otra mitad de la frase. Pero le “suena” real a punto de defenderlo vehemente en cualquier discusión descartando como falaz cualquier argumentación en contrario.
La gestión actual no soportaría una semana en el poder si un buen día este medio y su sistema de satélites comenzara a poner a consideración del público la ubicación estratégica en oficinas del poder a conspicuos interesados en cada área, la seguidilla de leyes y decretos que permitieron la obscena transferencia de ingresos públicos hacia las empresas representadas por esos funcionarios, la toma indiscriminada de deuda en dólares, moneda local y otras dejando su pago en hombros de la población para que propios y asociados puedan remitir utilidades al exterior o simplemente fugar dinero, las decenas de empresas en paraísos fiscales que presidente y funcionarios poseen para escabullir impuestos, los contratos directos a amigos y parientes, la persistente negativa a cualquier política que favorezca a conjunto de la sociedad y decenas de situaciones más que extenderían aún más mi comentario. Nada de eso ocurrirá y ningún proceso judicial al respecto andaría cómodo por tribunales siendo que uno de los abogados del grupo Clarín hoy integra la Corte Suprema. Tan blindada está la presente gestión que las movilizaciones de protesta aún son actos aislados que no ponen en jaque ni al gobierno ni a la continuidad de las políticas. Así como en diciembre de 2001, a 2 semanas del estallido general, el diario seguía comentando como si se tratara de una simple medida más cuando era en realidad la chispa que provocaría la colmatación de la paciencia de todo un país, el presente que va rumbo a lo mismo no será informado en estos medios hasta el día después, cuando estemos buscando entre los escombros qué permanece de la Argentina que alguna vez conocimos.
Abocados todo el año a titular las peripecias legales de funcionarios de la gestión anterior, pocos que solo se informan por estos medios tienen una cabal dimensión del nivel de desmadre de la situación económica del país. Es cierto que parte del problema ya era visible hace un año pero los paradigmas económicos son radicalmente diferentes. Sin ponerme aquí a defender teóricamente una u otra concepción, sí puedo en cambio mostrar los resultados que dichas ideas produjeron en el pasado. Una solución al desequilibrio pueda pasar por bajar todo tipo de gasto, estrategia utilizada hasta el hartazgo en el pasado con ningún resultado exitoso que yo recuerde. El ejemplo más reciente es la política de déficit cero implementada por Cavallo en julio de 2001 que lo único que logró fue acelerar la caída. Aquel gabinete tenía muchos integrantes del actual y que hoy repiten la misma política como si mágicamente nos llevaría por diferentes resultados. Nada de esto se comenta en los grandes diarios argentinos salú. Y ya que mencionamos las peripecias judiciales podemos detenernos un poco en eso también. Por la seguidilla de titulares que vimos desde 2008 a la fecha, la sensación que todos tienen es que la simple imputación de algunos de estos llevaría de inmediato a su detención y que “se pudra en la cárcel”. Resulta que a Boudou, emblema de la corrupción K hoy algo demodé, mucho más allá que las declaraciones de una novia despechada de un supuesto testaferro, cruces telefónicos y alguna transferencia desprolija de un auto viejo, las contundentes pruebas que lo pondría años a la sombra aparentemente no aparecen, ya que con los hoy tribunales tan entusiastas sigue cual Niki Lauda, quemado pero libre y tranquilo. Báez tiene en el bolsillo el naipe de “salir de la cárcel gratis” ya que una parte importante de sus negocios turbios lo realizó a la sombra de jugadores más grandes que resultaron familiares directos del actual impoluto presidente. No creo que avancen demasiado las investigaciones por este lado. El patético comprovinciano arrojador olímpico de bolsos con complicidades de novicias rebeldes que no le será fácil zafar de tan in fraganti de su caso resultó ser un electrón libre que no se logra vincular con cómplice alguno. Esto por mencionar el caso más explícito e indefendible de corrupción hasta ahora descubierto, siempre limitándonos a la gestión anterior. Nueve palos verdes. Los casos más avanzados contra Cristina son el dólar futuro y los hoteles del sur. En el primer caso la defensa es bastante sencilla. Es un acto de gobierno que se transformó en negocio espurio gracias a medidas que tomó la actual gestión y cuyos beneficiarios fueron funcionarios actuales que el juez ya declaró inocentes. Condenar a Cristina requiere de microcirugía legal y mucha literatura fantástica. Mucho más simple sería demostrar como Aranguren favoreció a su empresa Shell en detrimento de las cuentas públicas porque todo está oficializado en decretos y medidas explícitas. Pero la justicia no le interesa porque no lo leyó en los principales medios.
Los gobiernos que de autotitulan progresistas son más culpables cuando comenten un acto de corrupción que un gobierno conservador-liberal. Esto es lo que sostengo desde hace décadas y fue el motivo de mi axioma “la honestidad de un gobierno es inversamente proporcional a su liberalismo económico”. Álvaro García Linera, vicepresidente boliviano, lo explicita formidablemente cuando exige que la gestión progresista y en defensa de lo popular vaya acompañada de integridad porque “la corrupción es una característica del capitalismo salvaje, de los regímenes liberales y antipopulares”. Es dar un gran paso atrás para dejar expuesto al corrupto. Convivir con la corrupción es torpedear la filosofía con que se llega al poder. Y por eso mi crítica al peronismo que es políticamente higroscópico, absorbe cualquier idea que se le presente y anida aventureros individualistas y corruptos en su seno. La gestión actual, en cambio, lleva la corrupción en su estructura, en el centro de su quehacer cotidiano. Basta ver la arquitectura societaria de sus funcionarios y descubrirán a simple vista que están “vestidos para delinquir”. Empezando por el presidente, el mayor de todos por su tamaño, historia y complejidad en el entramado de sociedades y andamiaje familiar para repartir cargas, responsabilidades y sellos de goma. Mi sueño es una gestión radicalmente diferente, desde la ideas como del comportamiento mafioso tan característico. Que no salga en los diarios no los hace inocentes. De la misma manera que hacer tapa todos los días no te hace culpable.
Volviendo a la gestión económica, la idea que se propala es que era inevitable, que era la única opción, que había una bomba de tiempo. El tema es que si hay opciones y hay otras maneras de hacer las cosas. Detrás del velo de corrupción con que se la quiso ocultar, hay corrientes de opinión diferentes y para colmo con ejemplos prácticos positivos. La estrategia tanto de Scioli como de Massa, explicitada por sus economistas, y que representan más del 60% de los votos emitidos, apostaba al crecimiento y al mercado interno como manera de equilibrar las cuentas fiscales. No al ajuste presente que lo único que hizo, tal como pronostiqué en noviembre de 2015, fue aumentar el déficit al punto tal de hoy dar letra a los más ortodoxos que aúllan por mayores ajustes y shocks que significan mayores penurias y garantizan fracasos más rápidos aún. Más que tropezar con la misma piedra es llevarse puesto de nuevo la camionada de ripio.
El juicio a Milagro Sala, probablemente el primero de estos en lograr la instancia de oral y público, fue una muestra cabal de lo artificial y armado de las pruebas en contra que permitió el lucimiento de la abogada defensora. Más rápido y explícito que los pesados y polvorientos expedientes, la característica de público deja a los jueces más expuestos a la hora del fallo. Algo que no sucede cuando leemos ya consumado sobreseimientos de cuanto funcionario actual que jueces redactan entre gallos y medianoches.
La finalidad de generar indignación con el latiguillo de la corrupción (Lula enfrenta media docena de juicios) no es porque se anhela gobiernos honestos e impolutos. Se anhela otra política económica. Entonces de nada sirve señalar corrupción si no se la vincula de inmediato con la gestión de la cosa pública y principalmente con la gestión económica. Aquí la razón de vincular al exministro Kiciloff con una cuenta en Delaware, totalmente inexistente. El responsable del área económica debe caer bajo el manto de corrupción, tal cual le pasó a Boudou, porque lejos de querer honestidad se quiere otra política económica. Esa es la razón de tanta insistencia. Es insostenible la idea de una gestión honesta en el actual gobierno. Una mínima investigación que vaya por fuera de los titulares descubre los fondos injustificados de la vice-presidente, las operaciones inmobiliarias de su fundación en Calafate (nada menos), los contratos directos a Majul y esposa, a la esposa de Leuco, a Niembro y los favores mencionados a Clarín, sobreseyendo a sus titulares en la escandalosa cooptación de Papel Prensa durante la dictadura y la veloz declaración de inocencia de funcionarios actuales ya mencionada. Toda la estructura mediática en función de una política económica. Tal cual sucedía en 2001, tal cual pasó en la dictadura. De las otras carteras y por fuera de los medios hay para hacer dulce.  
Molesta mi opinión, reconozco. Pero hay algo que me reconforta: se sostiene en el tiempo. Conservo mis escritos políticos desde 1985 y mis vaticinios no estuvieron tan pifiados. Especialmente si se los compara con los anuncios de nuestros ilustres funcionarios apenas un año atrás. Veo un 2017 más complicado todavía, simplemente porque se está partiendo de un escenario mucho más deprimido que hace un año pero con los mismos funcionarios y con las mismas ideas que complicaron el presente año más allá de lo necesario. Espero equivocarme, algo que no es muy frecuente lamentablemente.

Pero con estas ideas aprovecho la paciencia de los lectores para desearles a todos felices fiestas y un futuro mejor.