COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

sábado, 24 de diciembre de 2016

2016 - Un balance personal

Me gustan los balances, las conclusiones. Como transitar un sendero en la naturaleza y de tanto en tanto detenerse en un lugar elevado y mirar el paisaje para saber si vamos bien rumbeados.
Pero el presente no es fácil de analizar, en particular por el grado de polarización que ha calado hondo en cada argentino. La objetividad es un recuerdo lejano y por más que uno intente siempre aparecerá la voz crítica que nos colocará en uno u otro extremo del arcoíris político, sin necesidad de justificar con conceptos tamaño absolutismo.
Así que mencionaré la obviedad que siempre hago en estos casos. Lo que sigue es mi punto de vista, uno más dentro de un concierto de interpretaciones de una realidad que palpitamos como única pero que cada uno mira desde una perspectiva diferente.
Tengo información cuantiosa, de diferentes medios y autores y referidas a distintos momentos históricos de las últimas 5 décadas que me confirman, más allá de toda teoría conspirativa, disciplina que generalmente esquivo, que hay una tendencia mundial por parte de diversos centros de poder, en particular económico, de invadir los medios de comunicación para generar un sentido común que favorezca sus intereses. Eso, dicho de alguna manera. Lo podría expresar mejor si creyera que mis comentarios merecen más detenimiento de mi parte, algo que está aún por verse.
Esta lógica que puedo referenciar si me propusiera un trabajo más extenso, tiene su correlato en estas pampas y de manera grosera. Esta nota está acompañada con una imagen de la tapa de Clarín del 4 de diciembre de 2001. Hacía 24 horas todos los ahorros y dineros en cuentas corrientes de los argentinos habían sido confiscados por el gobierno y solo se les permitiría acceso a raíz de 250 pesos por semana. Un hecho económicamente catastrófico para el público y prueba de un colapso de la economía que desembocaría en pocos días en la más grave crisis de la historia argentina. Y sin embargo ahí se insinúa como la “gente” tiene dudas, asociando a esa entelequia menor la ignorancia, mientras “los mercados”, algo mucho más sofisticado e informado, están “mejor”. No importa la gravedad de la situación, siempre titula para conformar su núcleo duro de intereses. En la década liberal que precedió a ese infausto mes el diario de la cornetita creció órdenes de veces participando en todo tipo de negocios con el estado y convirtiéndose en un gran grupo de negocios capaz de influir aún más en el quehacer diario, algo que ya era una costumbre de décadas. El ejemplo sirve para mostrar, ya en la lejanía, como el medio lejos de informar a lo que se dedica es a formar. Generar sentido común. En aquel caso vender una imagen de normalidad cuando el colapso ya estaba en curso. Invito a mirar la tapa del día anterior, cuando informaba de la captura de los dineros privados por parte del gobierno y titulaba como si la medida implicaba simplemente un trámite más para acceder a los ahorros cuando en realidad era una confiscación. Hoy defender esa estrategia comunicacional sobre este tema en particular es virtualmente imposible y por eso me fui a 15 años atrás. Hoy aparecerían voces criticando mi oposición al medio como una postura prejuiciosa y cooptada por parcialidades recientes.
Mi entendimiento e imprescindible de explicitar para el presente análisis es que esta tendencia del diario, replicada ahora en la TV abierta, cable, radios y portales que son las herramientas actuales que exceden en largo al papel, ha venido horadando constantemente a la opinión pública hasta convencerla, en mayorías suficientes, que el gobierno pasado ha sido el más corrupto de la historia y que la presente gestión es llevada adelante por hombres probos preocupados por los destinos de la patria y sin nada que ocultar.
Esto a fuerza de repetición diaria trasciende los titulares y penetra los capilares de la conciencia individual. Este año he oído desde la inocente “dale tiempo” hasta construcciones algo más sofisticadas del tipo “él maneja su propio dinero en cambio Cristina hizo su fortuna con dinero del pueblo”. Afirmación que el interlocutor toma como un axioma ya que no tiene como comprobar ni una ni otra mitad de la frase. Pero le “suena” real a punto de defenderlo vehemente en cualquier discusión descartando como falaz cualquier argumentación en contrario.
La gestión actual no soportaría una semana en el poder si un buen día este medio y su sistema de satélites comenzara a poner a consideración del público la ubicación estratégica en oficinas del poder a conspicuos interesados en cada área, la seguidilla de leyes y decretos que permitieron la obscena transferencia de ingresos públicos hacia las empresas representadas por esos funcionarios, la toma indiscriminada de deuda en dólares, moneda local y otras dejando su pago en hombros de la población para que propios y asociados puedan remitir utilidades al exterior o simplemente fugar dinero, las decenas de empresas en paraísos fiscales que presidente y funcionarios poseen para escabullir impuestos, los contratos directos a amigos y parientes, la persistente negativa a cualquier política que favorezca a conjunto de la sociedad y decenas de situaciones más que extenderían aún más mi comentario. Nada de eso ocurrirá y ningún proceso judicial al respecto andaría cómodo por tribunales siendo que uno de los abogados del grupo Clarín hoy integra la Corte Suprema. Tan blindada está la presente gestión que las movilizaciones de protesta aún son actos aislados que no ponen en jaque ni al gobierno ni a la continuidad de las políticas. Así como en diciembre de 2001, a 2 semanas del estallido general, el diario seguía comentando como si se tratara de una simple medida más cuando era en realidad la chispa que provocaría la colmatación de la paciencia de todo un país, el presente que va rumbo a lo mismo no será informado en estos medios hasta el día después, cuando estemos buscando entre los escombros qué permanece de la Argentina que alguna vez conocimos.
Abocados todo el año a titular las peripecias legales de funcionarios de la gestión anterior, pocos que solo se informan por estos medios tienen una cabal dimensión del nivel de desmadre de la situación económica del país. Es cierto que parte del problema ya era visible hace un año pero los paradigmas económicos son radicalmente diferentes. Sin ponerme aquí a defender teóricamente una u otra concepción, sí puedo en cambio mostrar los resultados que dichas ideas produjeron en el pasado. Una solución al desequilibrio pueda pasar por bajar todo tipo de gasto, estrategia utilizada hasta el hartazgo en el pasado con ningún resultado exitoso que yo recuerde. El ejemplo más reciente es la política de déficit cero implementada por Cavallo en julio de 2001 que lo único que logró fue acelerar la caída. Aquel gabinete tenía muchos integrantes del actual y que hoy repiten la misma política como si mágicamente nos llevaría por diferentes resultados. Nada de esto se comenta en los grandes diarios argentinos salú. Y ya que mencionamos las peripecias judiciales podemos detenernos un poco en eso también. Por la seguidilla de titulares que vimos desde 2008 a la fecha, la sensación que todos tienen es que la simple imputación de algunos de estos llevaría de inmediato a su detención y que “se pudra en la cárcel”. Resulta que a Boudou, emblema de la corrupción K hoy algo demodé, mucho más allá que las declaraciones de una novia despechada de un supuesto testaferro, cruces telefónicos y alguna transferencia desprolija de un auto viejo, las contundentes pruebas que lo pondría años a la sombra aparentemente no aparecen, ya que con los hoy tribunales tan entusiastas sigue cual Niki Lauda, quemado pero libre y tranquilo. Báez tiene en el bolsillo el naipe de “salir de la cárcel gratis” ya que una parte importante de sus negocios turbios lo realizó a la sombra de jugadores más grandes que resultaron familiares directos del actual impoluto presidente. No creo que avancen demasiado las investigaciones por este lado. El patético comprovinciano arrojador olímpico de bolsos con complicidades de novicias rebeldes que no le será fácil zafar de tan in fraganti de su caso resultó ser un electrón libre que no se logra vincular con cómplice alguno. Esto por mencionar el caso más explícito e indefendible de corrupción hasta ahora descubierto, siempre limitándonos a la gestión anterior. Nueve palos verdes. Los casos más avanzados contra Cristina son el dólar futuro y los hoteles del sur. En el primer caso la defensa es bastante sencilla. Es un acto de gobierno que se transformó en negocio espurio gracias a medidas que tomó la actual gestión y cuyos beneficiarios fueron funcionarios actuales que el juez ya declaró inocentes. Condenar a Cristina requiere de microcirugía legal y mucha literatura fantástica. Mucho más simple sería demostrar como Aranguren favoreció a su empresa Shell en detrimento de las cuentas públicas porque todo está oficializado en decretos y medidas explícitas. Pero la justicia no le interesa porque no lo leyó en los principales medios.
Los gobiernos que de autotitulan progresistas son más culpables cuando comenten un acto de corrupción que un gobierno conservador-liberal. Esto es lo que sostengo desde hace décadas y fue el motivo de mi axioma “la honestidad de un gobierno es inversamente proporcional a su liberalismo económico”. Álvaro García Linera, vicepresidente boliviano, lo explicita formidablemente cuando exige que la gestión progresista y en defensa de lo popular vaya acompañada de integridad porque “la corrupción es una característica del capitalismo salvaje, de los regímenes liberales y antipopulares”. Es dar un gran paso atrás para dejar expuesto al corrupto. Convivir con la corrupción es torpedear la filosofía con que se llega al poder. Y por eso mi crítica al peronismo que es políticamente higroscópico, absorbe cualquier idea que se le presente y anida aventureros individualistas y corruptos en su seno. La gestión actual, en cambio, lleva la corrupción en su estructura, en el centro de su quehacer cotidiano. Basta ver la arquitectura societaria de sus funcionarios y descubrirán a simple vista que están “vestidos para delinquir”. Empezando por el presidente, el mayor de todos por su tamaño, historia y complejidad en el entramado de sociedades y andamiaje familiar para repartir cargas, responsabilidades y sellos de goma. Mi sueño es una gestión radicalmente diferente, desde la ideas como del comportamiento mafioso tan característico. Que no salga en los diarios no los hace inocentes. De la misma manera que hacer tapa todos los días no te hace culpable.
Volviendo a la gestión económica, la idea que se propala es que era inevitable, que era la única opción, que había una bomba de tiempo. El tema es que si hay opciones y hay otras maneras de hacer las cosas. Detrás del velo de corrupción con que se la quiso ocultar, hay corrientes de opinión diferentes y para colmo con ejemplos prácticos positivos. La estrategia tanto de Scioli como de Massa, explicitada por sus economistas, y que representan más del 60% de los votos emitidos, apostaba al crecimiento y al mercado interno como manera de equilibrar las cuentas fiscales. No al ajuste presente que lo único que hizo, tal como pronostiqué en noviembre de 2015, fue aumentar el déficit al punto tal de hoy dar letra a los más ortodoxos que aúllan por mayores ajustes y shocks que significan mayores penurias y garantizan fracasos más rápidos aún. Más que tropezar con la misma piedra es llevarse puesto de nuevo la camionada de ripio.
El juicio a Milagro Sala, probablemente el primero de estos en lograr la instancia de oral y público, fue una muestra cabal de lo artificial y armado de las pruebas en contra que permitió el lucimiento de la abogada defensora. Más rápido y explícito que los pesados y polvorientos expedientes, la característica de público deja a los jueces más expuestos a la hora del fallo. Algo que no sucede cuando leemos ya consumado sobreseimientos de cuanto funcionario actual que jueces redactan entre gallos y medianoches.
La finalidad de generar indignación con el latiguillo de la corrupción (Lula enfrenta media docena de juicios) no es porque se anhela gobiernos honestos e impolutos. Se anhela otra política económica. Entonces de nada sirve señalar corrupción si no se la vincula de inmediato con la gestión de la cosa pública y principalmente con la gestión económica. Aquí la razón de vincular al exministro Kiciloff con una cuenta en Delaware, totalmente inexistente. El responsable del área económica debe caer bajo el manto de corrupción, tal cual le pasó a Boudou, porque lejos de querer honestidad se quiere otra política económica. Esa es la razón de tanta insistencia. Es insostenible la idea de una gestión honesta en el actual gobierno. Una mínima investigación que vaya por fuera de los titulares descubre los fondos injustificados de la vice-presidente, las operaciones inmobiliarias de su fundación en Calafate (nada menos), los contratos directos a Majul y esposa, a la esposa de Leuco, a Niembro y los favores mencionados a Clarín, sobreseyendo a sus titulares en la escandalosa cooptación de Papel Prensa durante la dictadura y la veloz declaración de inocencia de funcionarios actuales ya mencionada. Toda la estructura mediática en función de una política económica. Tal cual sucedía en 2001, tal cual pasó en la dictadura. De las otras carteras y por fuera de los medios hay para hacer dulce.  
Molesta mi opinión, reconozco. Pero hay algo que me reconforta: se sostiene en el tiempo. Conservo mis escritos políticos desde 1985 y mis vaticinios no estuvieron tan pifiados. Especialmente si se los compara con los anuncios de nuestros ilustres funcionarios apenas un año atrás. Veo un 2017 más complicado todavía, simplemente porque se está partiendo de un escenario mucho más deprimido que hace un año pero con los mismos funcionarios y con las mismas ideas que complicaron el presente año más allá de lo necesario. Espero equivocarme, algo que no es muy frecuente lamentablemente.

Pero con estas ideas aprovecho la paciencia de los lectores para desearles a todos felices fiestas y un futuro mejor.                      

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