COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

lunes, 26 de diciembre de 2016

SE VIENE LA CRISIS (Parte 1)

Luis O. Corvalán 
Consultor – Asesor | Generación de Energía

Central Hidráulica Chocón
En 2004 se publicó en un diario un comentario que realicé sobre la crisis energética que se estaba viviendo. (ver aqui)  A 12 años de aquella ocasión repito aquí gran parte de ese análisis que conserva una actualidad notable.
El motivo de esta renovada opinión es porque se están generando, ahora, las condiciones para una crisis grave en el futuro cercano. Y cuando llegue se buscarán los culpables en gestiones anteriores y en contextos que no existen en la actualidad, sino que se los está generando por malas medidas que se están tomando en la presente gestión.
Veamos primero como se diseña y gestiona una matriz energética pensando en el país como una unidad estratégica. Y aquí mismo, en el génesis del análisis, está el principal problema conceptual. El liberalismo económico se niega a considerar el carácter estratégico y nacional del tema energético. Su lógica es una rentabilidad y que el mercado sea el que genere la oferta y el funcionamiento de un sistema que nunca se rigió por leyes de oferta y demanda.
Veamos un poco de historia. La generación de energía eléctrica pasó a ser la razón de la explosión de desarrollo que fue una característica del siglo XX. La energía se produce en usinas por maquinarias que se conocen con el nombre de “grupos”, ya que están formadas siempre por 2 máquinas. Una máquina que impulsa y un generador. Técnicamente todos los generadores son idénticos. Cambian el tamaño, la forma de montarlo y la velocidad. Pero todos son máquinas sincrónicas. La máquina de impulso en cambio puede tener diferentes principios de funcionamiento y tomar la energía de fuentes diversas. Por estas razones las centrales se identifican por su fuente primaria de energía. Así tenemos centrales hidráulicas, térmicas, nucleares, eólicas, a gas, ciclo combinado, solares, geotérmicas, mareomotices, etc.
Qué tipo de central se va a instalar es una decisión estratégica que debe tomar un país y no el mercado. Porque el proceso de generación compromete recursos energéticos que pueden ser estratégicos, ya sea por escasos, no renovables o necesarios para otras formas de energía, por ejemplo el transporte, la industria o la calefacción.
Hay una ecuación bastante simple en esto de generar energía eléctrica: el costo de explotación es inversamente proporcional a la inversión. Traducido al cristiano quiere decir: cuanto más barata la instalación de mi usina más caro será explotarlo a lo largo de los años.
Esto que acabo de expresar es un tema fundamental a considerar si generar energía fuera algo solo regido por el mercado. Y lo que ocurrirá en estos casos es que el inversor privado hará un estudio de la inversión necesaria y el tiempo de retorno de esa inversión. No considerará para nada el carácter estratégico del recurso a emplear, su impacto ambiental o su escasez.
Solo el estado y bajo una administración lúcida y previsora puede contemplar todos estos elementos para diagramar una estrategia energética que satisfaga la demanda del país, que prevea un crecimiento de la demanda acorde al crecimiento del país mientras garantice en el tiempo la existencia de los recursos energéticos necesarios dejando una parte de los mismos disponibles para otros actores económicos y otras maneras de transformarlos.
Los ejemplos de lo que acabo de decir son muchos, claros y palpables. Las grandes usinas de la Argentina que son por un lado grandes obras civiles construidas desde el estado con el esfuerzo de todos los ciudadanos son además las centrales que aprovechan fuentes renovables o eficientes, de poca contaminación y permiten una explotación sustentable y de bajísimo costo. Esto a su vez mejora la competitividad de toda la industria. 
Requirieron grandes inversiones y por eso ningún privado a partir de la época de la desregulación del sistema eléctrico argentino montó una central de estas características. Me refiero a las grandes centrales hidráulicas, las centrales atómicas y las grandes centrales térmicas que se construyeran todas durante épocas en que el estado era un actor económico central en el esquema energético argentino. Algunas de estas son las grandes represas sobre el río Limay: Alicurá, Piedra del Águila, Chocón y otras, las centrales hidráulicas de Salto Grande, Yaciretá, Río Grande, Futaleufú, las centrales nucleares de Atucha y Embalse, las centrales térmicas de Costanera y Puerto Nuevo, las más grandes del país de su tipo en la ciudad de Buenos Aires.
La “transformación del sistema eléctrico argentino” de los 90 basada en la llamada “Ley Bastos” permitió que cualquier privado pueda montar una usina y comenzar a generar, sin exigirle una característica determinada de central. Esto hizo proliferar centrales del tipo a gas natural. Son centrales que un contratista internacional especializado puede montar en 6 meses en un predio de 4 a 10 hectáreas. Esto permite un retorno rápido de la inversión y con las utilidades convertir esa central original a gas en una de ciclo combinado, aumentando un 50 o 60% lo generado con el mismo consumo de gas. Esto permitió ir atendiendo el aumento vegetativo de la demanda eléctrica pero a costa de un aumento exponencial del consumo de gas natural, un recurso que a la Argentina le sobraba y se daba el lujo de ventear hasta el punto tal de tener que hoy importarlo. Además de haber privatizado la empresa nacional de gas lo que prácticamente hizo desaparecer la exploración de nuevos yacimientos. Fin Parte 1

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