COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

domingo, 21 de septiembre de 2014

CORRUPCIÓN

Reflexiones Domingueras (21-09-2014)
Este es un tema ríspido que está absolutamente todos los días en las tapas de los medios de comunicación masivos, en la radio, televisión y redes sociales. Con solo visitar los muros de amigos verán alguna o muchas referencias. Yo también me indigno, pero como dije alguna vez, la mejor manera de no hacer nada para combatir la corrupción es tratar a todos de corrruptos. Veo amigos y parientes putear por esto y nombrar de corrido a Jaime, De Vido, Boudou, Kiciloff, Milagros Sala, Máximo, Florencia, Alperovich,,, en una misma bolsa y al voleo. Y no puedo evitar notar que en esa generalización, ese sentido común que estamos en manos de ladrones sin excepción, está la tarea cotidiana de los medios.
Sin expresar grados de corrupción, o emitir juicio de valor sobre personas sin las pruebas e investigación judicial que corresponda, solo quiero expresar lo que, a mi modo de ver, es el trabajo de los medios.
Algo innegable es que los medios, en particular en Argentina La Nación y Clarín, tienen una agenda política, tienen sus preferencias, y en el caso actual del gobierno K, tienen un objetivo de desgaste que lleva al menos 6 años en el caso de la cornetita y desde antes de asumir Néstor en el caso La Nación. Esto no es privativo de nuestro país. En Brasil el mayor argumento para torpedear la reelección de Dilma es batir a diario la corrupción en Petrobras, con el doble propósito de favorecer a la contrincante y lubricar el sendero hacia la privatización de la petrolera, hoy mayoritariamente estatal.
Volvamos al país. No quiero ser terminante, pero hoy por hoy las opciones parecen ser el candidato oficialista (sea quien fuere), la nueva estrella Sergio Massa, y el candidato preferido de los medios Mauricio Macri. Y esto quiero analizar brevemente. Si el mensaje obsesivo, cotidiano, central es la corrupción del gobierno, ¿qué tan honestas son las opciones? El pibe de Tigre está rodeado de personajes cercanos a Eduardo Duhalde, y con el entusiasta apoyo de Hugo Moyano, Luis Barrionuevo, un sector de la cofradía de intendentes y todo el menemismo apartado del poder en la actualidad. ¿Eso es garantía de más transparencia? Como dice la propaganda: Ai don tin so!!!
El caso Macri es peor. Está en un cargo ejecutivo desde hace años, y si nos llevamos por los medios, es la transparencia total su gestión. Veamos por qué: Macri adjudicó de manera directa la provisión de internet en las escuelas dependiente de su municipio y de netbooks a Clarín, sin licitación. Pagó en ese entonces $1700 por cada netbook cuando en ese mismo momento el gobierno nacional pagó $850 por las del programa conectar igualdad. Este negocio, del que obviamente no nos enteramos por Clarín, le permitió a Macri cubrir sus espaldas en los medios del grupo y le garantiza su presencia en los programas que se le antoje, no solo él, Sturzenegger y cualquiera de sus funcionarios que pululan sets como si fueran sus countries. Nombró a su comisario estrella el Fino Palacios al frente de la Metropolitana y como anexo aparecio Maxwell Smart pinchando teléfonos a lo pavo, entre ellos el cuñado de Macri, medio en conflicto con el resto del clan y un dirigente molesto víctima del atentado de la AMIA, al que llegó a dudar de sus intenciones, porque la fallecida "no era su esposa, era su EX-esposa". Esto tuvo su momento de impacto pero las explicaciones de Mauricio fueron más que suficientes y el tema pasó de moda, no tanto la causa. Así como todos sabemos el mangaso del gobierno nacional de 1500 palos verdes al amigo Chávez, el interés generoso del 15% anual que se pagó y los pormenores en torno a esa plata, desconocemos por completo los detalles de cómo hizo el ingeniero para endeudar la ciudad de Buenos Aires, multiplicando por 6 la deuda que recibió al asumir. Hoy hay una denuncia penal en su contra por pagar tasas de hasta 60% anual a los prestamistas, algo que hubiera sido más barato si pagaba con tarjeta. Hace un par de días, sin ir más lejos, adjudicó también de manera directa la limpieza de los bancos y carteles del Metrobus por 2,5 millones mensuales a una empresa a nombre de un compañerito de la escuela primaria. No busquen en Clarín, no está la noticia. Además del resto de su impronta: aumento exagerado de impuestos y servicios, abandono de políticas públicas, culturales y asistenciales, etc.
Con lo que quiero insistir es lo que digo siempre: agitan la corrupción para que nos indignemos de este gobierno. No porque les moleste la corrupción, les molesta este gobierno y esta manera de hacer negocios. Si triunfa Massa, las cosas seguirán exactamente de mal, incluso peor, con todo lo más cuestionable del duhaldismo y el menemismo reacomodado en cuanto cargo público exista. Si gana Macri, la cosa será bastante más grave: ni nos enteraremos de los negociados (ponele la firma que los habrá a raudales, son liberales que no creen, respetan ni les importa la cosa pública) y el nivel de endeudamiento que llevarán al país para financiar el circo para pocos. Después ya es tarde.
Por eso yo tomo con pinzas cuando hablan tanto y todos los días de corrupción. También acusaban de corrupto a Illia, probablemente la gestión más honesta que se tenga memoria, para generar el clima necesario para el golpe que lo derribó. Viendo desde mi óptica, y con todo lo que detesto la corrupción, no es el parámetro correcto para decidir el voto en 2015. En ese rubro la cosa viene parejita. Lo que puedo garantizar es que las opciones que nos venden de plausibles, no lo son. Eso nos quieren hacer creer. Y el camino deseable hacia la honestidad y la transparencia no nos será señalado por los grandes medios, nunca lo fue. Feliz domingo amigos.

martes, 26 de agosto de 2014

IMPERDONABLE

Reflexiones Domingueras

¿Qué pensaríamos si nos enteramos que en Atenas la gente se lleva pedazos del Partenón a sus casas para completar sus muros, o adornar sus galerías con los frisos? ¿O si en Egipto usaran los bloques de la gran pirámide para ahorrarse algunos ladrillos en la construcción de algún hotel 4 estrellas? ¿Y que estas maravillas estén completamente abandonadas por las autoridades, olvidadas a su suerte? Pasó en otras épocas, pero hoy nos indignaría.
Argentina no tiene estos monumentos tan antiguos. Pero tiene obras de arte majestuosas, de las que nos deberíamos sentir orgullosos, que en su momento fueron admiradas en el mundo. Costaron enormes esfuerzos a nuestros antepasados. Se hicieron con gran sacrificio, incluso de vidas, sin mencionar el esfuerzo físico, técnico y fiscal para su construcción. Y hoy permanecen abandonadas, a merced de la rapiña diaria, de la desidia, mientras que declamamos distintas formas de soberanía dándole la espalda a estas maravillas que supimos conseguir a base de sacrificio puro. Lo mínimo que se me ocurre es que es una enorme falta de respeto a las generaciones que nos precedieron.
Tuve la fortuna de conocerlas de cerca, palparlas, verlas ahí, abandonadas. Hay muchos ejemplos de esto, pero hoy me limitaré a nombrar tres, que fueron de las más magníficas y esforzadas obras de arte que hoy yacen abandonadas: son los pasos internacionales ferroviarios a Chile (2) y Bolivia.
El tren trasandino de Mendoza tardó 21 años en construirse, desde 1889 hasta 1910 y operó hasta 1984. Hoy existen planes millonarios para su modernización, pero mientras tanto, una obra que estaba funcionando, hoy está abandonada. Una maravilla por su trazado, sus puentes, túneles, terraplenes, estaciones y por su valor estratégico como vía de comunicación. Juntando herrumbre con su legado de pueblos fantasmas, desocupación y abandono, en todo sentido.
El segundo cruce a los Andes es una obra monumental, mucho más larga y que implicó la construcción de viaductos espectaculares que aun hoy maravillan al mundo y es el ramal que parte de Salta, cruza los Andes a la altura del volcán Socompa, a 4200 mts de altura, convirtiéndolo en el más alto del mundo, y llega al puerto de Antofagasta en el Pacífico. Conocido como Ramal C-14, o Ferrocarril Hauytiquina, esta maravilla recorre paisajes maravillosos y cientos de kilómetros entre los 3500 y 4000 metros de altura. Las vías se encuentran mejor conservadas y fácilmente recuperables, en una zona de creciente actividad turística y minera que obliga al transporte por camiones en rutas de ripio que van, en muchos tramos, acompañando a los rieles inactivos. El “Tren de las Nubes”, hoy mal administrado por la provincia, hace intermitentemente una parte mínima del recorrido hasta el famoso viaducto de Polvorillas, menos de la mitad del trayecto hasta Chile. A pesar que del lado chileno el ramal es explotado por una firma de transporte de carga, del lado argentino su contraparte, el Belgrano Cargas, no utiliza el maravilloso trazado para nada. Hay proyectos y carpetas dando vueltas por escritorios varios, pero la realidad muestra un abandono no muy diferente de los otros ramales. Por su extensión y trazado, el C-14 es el ramal que más esfuerzo y tiempo llevó construir, arrancando su proyecto en 1880 para finalmente ser inaugurado en 1948.
El otro ramal que mencioné es el tramo que une Jujuy con La Quiaca, recorriendo toda la Quebrada de Humahuaca de punta a punta más el tramo de puna que va de Tres Cruces hasta el límite con Bolivia. En el pasado, esto permitía viajar por tren desde Retiro hasta La Paz, Bolivia. Hoy del lado boliviano el tren sigue funcionando a diario, permitiendo un medio de transporte cómodo y económico a los bolivianos. Este ramal recorre paisajes maravillosos, que hoy podrían ser motivo de atracción turística y una manera económica de transportar las producciones de los agricultores de la zona con el resto del país, productores que quedaron aislados en muchos casos y hoy dependen del transporte de camiones, mucho más caro y contaminante. Este ramal, luego de años de estudio, se construyó bastante rápido en comparación con los ramales a Chile, inaugurándose en 1908 y funcionando hasta la década del 70. Hoy es el más deteriorado, sus durmientes adornan cuanto hotel 4 estrellas hay en la zona de Purmamarca, Tilcara, Humahuaca y alrededores.
Estos tres ejemplos son las maravillas técnicas, artísticas y de esfuerzo humano que hoy nos damos el lujo de dejar abandonados por un mal entendido de modernidad y eficiencia. Mientras Europa, Rusia, India, Japón y la mayoría de los países que valoran el esfuerzo de su pueblo en la construcción de estas magníficas obras, hoy gozan de trenes modernos y eficientes, la mayoría circulando por trazas también centenarias, aquí nos damos el lujo y el despilfarro irrespetuoso de dejar abandonadas estas maravillas que fueron motivo de orgullo en otras épocas, sin que políticos ni dirigentes se den por enterados. Yo tuve la suerte de recorrerlas, las fotos que ilustran (salvo el viaducto de Polvorillas) las saqué personalmente. Puedo dar fe del sentimiento de frustración, bronca, nostalgia e impotencia que da mirar estas maravillas olvidadas que supimos conseguir. Uno sueña con tener un mejor país, mejor infraestructura, rutas, puentes y vías de comunicación. Por ahí hay que tener paciencia porque los números no lo permiten. Por eso la indignación, esto lo tuvimos, se construyó, se pagó fortunas, funcionaba y lo abandonamos. Soñar con un futuro mejor también obliga a conservar lo bueno que ya logramos. De lo contrario estaremos demoliendo y reconstruyendo la misma pared ad infinitum. Y al final solo tendremos una pared.




domingo, 13 de julio de 2014

PUTIN, PAREDON Y DESPUES

Reflexiones Domingueras.

Los años de guerra fría representaron, para mi punto de vista, un ajedrez mundial jugado a puro tiro y violencia. Los espacios de poder se defendían u ocupaban drásticamente. Sea Hungría, Czecoslovaquia, Polonia u otro por ahí era impensable una liberación consensuada o por movilización popular. Y por otra parte, Panamá, Granada, Chile o cualquiera de esta región que intente sacar los pies del plato era aplastado a golpes de estado, asesinatos o invasiones militares. La caída del muro hizo pensar en un mundo de una sola potencia y que el liberalismo había triunfado y las ideas de Washington se esparcirían alegremente por el mundo, sin nada más que pensar, a decir de Fukuyama. El fracaso de la receta en una cantidad alarmante de pacientes hicieron volver las ideas a los lugares que no deberían haber abandonado y a transformaciones más complejas y profundas a los soñados en la capital del imperio. Siguiendo planes más adecuados a sus necesidades florecieron nuevos actores más allá del histórico primer y segundo mundo, USA y Europa. Los BRICS son hoy una potencia gravitante a nivel mundial en varios aspectos y han soportado mejor la crisis nacida en 2008 que afectó al mundo entretejido de intereses financieros dependiente del poder hegemónico de Washington. El mundo lejos de conflictos a gran escala debería ya estar inserto en un diálogo diplomático intenso y elaborado que haya reemplazado la diplomacia de los garrotes empleados durante el conflicto bipolar que significó la guerra fría, pero USA no se acostumbra ni lo hará a eso de debatir entre pares, ya que siempre se consideró más que sus contrapartes. La torpeza de movimientos ha significado la constante en las últimas décadas y lo ha llevado a perder gravitación en un mundo que cada vez menos acepta su rol de director de orquesta. Encima su economía venía haciendo agua cuando los otros grandes enrolados en el BRICS continuaban lenta pero persistentemente creciendo, acumulando reservas y acreencias importantes respecto de los yankees, como el caso de China.
Y la lógica bipolar lleva a USA a seguir cometiendo una y otra vez errores de estrategia básicos. El enemigo de mi enemigo es mi amigo (Theddy Roosevelt) demostró ser el error más caro en la peligrosa política exterior yankee, como Osama Bin Laden demostró en 2001. Lo mismo ocurrió en Ucrania. Un grupo de nazis de ultraderecha comenzó a protestar contra un gobierno democrático simpático a Moscú y no dudaron en apoyarlo de toda manera posible hasta lograr su cometido. Hoy en Ucrania esos nazis son gobierno y el país se convirtió en un polvorín con resultado incierto. Rusia, a diferencia de USA, tiene muy pocas bases fuera de su territorio. Una de esas es un puerto en Siria, desde donde la flota rusa tiene acceso directo al Mediterráneo. USA no dudó en fomentar a grupos golpistas para desestabilizar a un gobierno impresentable pero cercano a los rusos. Los gobiernos impresentables pero aliados son en cambio valorados como pocos. La oposición belicosa en Siria recibió armamento y dólares a lo pavo con tal de derrocar al gobierno, y no previeron que dentro de la oposición hay sectores fundamentalistas integrantes de Al Qaeda o sus versiones remixadas, con aceitado manejo de redes sociales y fluidos contactos con petroleros millonarios saudíes y de los alrededores que están copando a gran parte del movimiento opositor con armas y vehículos pesados provistos por USA y coordinando con su contraparte en Irak con la idea de fundar una nación islámica extremista de perfil medieval nada menos que en corazón de medio oriente. Cualquier avispado con dos dedos de frente sentado en la tribuna se da cuenta que era preferible sentarse a charlar con un díscolo pero previsible Putin que comparte mucho más con gente como uno que los islamistas fundamentales que van lenta pero paulatinamente copando los espacios que supuestamente USA va librando en nombre de la democracia, como en Libia, pero apoyándose en cualquiera que señale en dirección de un aliado ruso y diga "ese es el malo que me está molestando" como si la lógica de la guerra fría siguiera en pie.
No hace falta demasiada elaboración para recorrer latinoamérica y levantar tranquilamente la fruta esparcida por el suelo luego de que USA estuvo sacudiendo el árbol por décadas, menospreciando y faltando el respeto a su otrora patio trasero. La visita de Putin encontró a una parte importante de los países dispuestos a todo tipo de alianza estratégica y comercial con un interlocutor respetuoso y más pícaro a la hora del trato bilateral. Aquí los dinosaurios ponen el grito en el cielo sin interesarles siquiera que el mayor socio comercial de Putin es hoy la conservadora Angela Merkel, líder del mayor país de Europa que, como estadista que es, dejó atrás la obsoleta lógica de la guerra fría desde el momento que el famoso muro, que atravesaba su propio patio, cayo hace 25 años.
Hoy, además de abrir la cabeza hacia un nuevo orden mundial con criterio y estrategias integradoras, el muro alemán que debemos derrumbar es la defensa de su seleccionado de fútbol. Así que les dejo estas reflexiones, caprichosas pero mías, con toda la esperanza intacta de lograr una difícil victoria que nos haga los cuatro próximos años una espera distendida y grata. Saludos domingueros a mis buenos amigos del FB.

miércoles, 9 de julio de 2014

CELEBRANDO EL 9 DE JULIO

Discurso sobre el 200° aniversario del 9 de Julio de 1816

Hoy estamos celebrando un nuevo aniversario de la Declaración de la Independencia. El 9 de julio de 1816, hace exactamente 190 años, en esta ciudad, entonces un pequeño pueblo de 12 manzanas, delegados de la mayoría de las provincias que formaban el ya extinto Virreinato del Río de la Plata, que estaban reunidos y debatiendo desde el 24 de marzo, dieron forma a la citada declaración. Hoy nos toca rememorar y homenajear ese momento fundacional de la historia patria.
Con el correr del tiempo, nuestro presente como sociedad, y por lo tanto la percepción de la realidad, va mutando con las circunstancias, y de igual manera nuestra forma de interpretar la historia. Como dijo una vez Juan Carlos Pugliese, distinguido legislador que presidió la cámara de diputados en los años 80, cuando recuperamos definitivamente la democracia, con su particular humor entre absurdo e irónico: “la Argentina puede tener un futuro incierto, pero su pasado es imprevisible”.
Justamente estos aniversarios sirven, cada año, para revisitar los acontecimientos y analizarlos desde nuestro presente, que es una consecuencia de lo que nos ocurrió en el pasado.
Para describir brevemente el contexto en que se desarrollaron los hechos de aquel 9 de julio podemos decir que las Provincias Unidas de América del Sud - todavía no se llamaba Argentina-, y que incluían lo que hoy es Bolivia, estaban en una situación crítica. Los realistas, que habían recuperado grandes porciones del continente, el norte (actual Venezuela), el altiplano y la capitanía de Chile, amenazaban las débiles fronteras del único bastión revolucionario que quedaba. San Martín trataba de armar su Ejército de los Andes en Mendoza y en el plano político interno había grandes conflictos de intereses, en especial con las provincias del litoral y la banda oriental, que bajo la influencia de Artigas, habían convocado a otro Congreso unos meses antes y que se negaron a mandar delegados a Tucumán.
Estos conflictos, propios de esa época en que un proyecto de país estaba recién naciendo, eran sorprendentemente similares a los que aún persisten en los debates políticos actuales, y que no hacen más que confirmarnos que no hemos resuelto todavía cuestiones básicas de nuestra organización como nación.
Producida la Revolución de Mayo, en 1810, dentro de los dirigentes de esa época, incluso en la Primera Junta, había un grupo de auténticos revolucionarios que soñaban con un país moderno, participativo, con educación, ciencias, industria y comercio, inclusión, mercado interno, distribución de riquezas. Este sector estaba enfrentado con otro sector que participó de la emancipación de España, pero que había prosperado y consolidado su poder económico y político con el sistema monárquico y no estaba dispuesto a renunciar a sus privilegios. Este último sector pudo imponer su poder y desplazar a los revolucionarios que soñaban con una república moderna: a los 9 meses de aquel 25 de Mayo el cuerpo de Mariano Moreno era arrojado en alta mar, y poco tiempo después Belgrano era destinado lejos, combatiendo a los realistas sin ningún apoyo en el alto Perú.
Seis años después, en el Congreso de Tucumán, estas disputas persistían. Las autoridades de Buenos Aires querían que San Martín abandonara sus proyectos de liberación y fuera al litoral a reprimir a las fuerzas de Artigas, que promovía los ideales republicanos, una profunda reforma en la posesión de las tierras y medidas que amenazaban los intereses de los grandes terratenientes que obtuvieron su riqueza gracias a su vinculación con la Corona y al contrabando. San Martín, en su grandeza, desobedeció esas órdenes y paralelamente apuró a los Congresales para que declarasen la independencia y se definiera rápidamente la situación del país.
Para 1816, después de la profunda crisis que significó la Revolución Francesa, las monarquías se estaban restaurando por todo el continente europeo. La única república que permanecía en el mundo eran los Estados Unidos. Las discusiones entre los republicanos y monárquicos se hacían cada vez más acaloradas dentro del Congreso. Nada se había avanzado desde 1810. Y todavía faltaban casi 40 años para que se consolide la organización nacional mediante la sanción de una Constitución.
Como la mayoría de los actos políticos “consensuados”, la Declaración finalmente acordada el 9 de julio entre los congresales era lo suficientemente vaga como para conformar a todos. El acta redactada ese día hablaba de romper los violentos vínculos que la ligaban a los Reyes de España… sus sucesores y metrópoli” pero en ese momento no mencionaba nada sobre otras potencias, porque existían entre los Congresales quienes proponían pasar a depender de los portugueses, franceses o ingleses, como manera de garantizar la independencia de España.
Antes de pasar una copia de la declaración al Ejército, que estaba al mando de San Martín, de quien todos conocían sus firmes ideales independentistas y republicanos, el diputado Medrano, que presidía el Congreso, ordenó, en sesión secreta el 19 de julio, agregar las palabras “y de toda dominación extranjera” para evitar el enojo del patriota general, no tanto porque respetaban sus ideas, sino su poder de fuego.
Aunque suene absurdo, este nivel de debate aún persiste en sus formas: todavía escuchamos a varios de nuestros políticos clamar por “relaciones carnales” o alineamientos automáticos con potencias de turno, como manera de garantizar hipotéticas seguridades, inversiones y crecimientos que todavía esperamos. Estamos recién, como regresando de una enorme elipsis de 200 años, volviendo a debatir la realización, la independencia y la fundación de una gran nación latinoamericana que pueda, de una buena vez, integrar a sus pueblos, contener a sus ciudadanos, volver protagonistas a sus habitantes originarios, desplazados y saqueados por siglos. No es otra cosa que intentar realizar los sueños de nuestros más ilustres próceres, que fueron subvertidos durante demasiado tiempo, desechados, reemplazados por ideas más mezquinas.
San Martín y Belgrano, nuestros mayores próceres, fueron protagonistas también de este 9 de julio. El militar, desde su comandancia en Mendoza, estaba pendiente de las deliberaciones en Tucumán, escribiendo varias veces al diputado por Mendoza Godoy Cruz con recomendaciones y consultas. Belgrano, como sabemos, era un Congresal muy activo en Tucumán. Ambos tenían muy claro que la educación era la herramienta fundamental para hacer un país viable.
Sin artes, ciencia, agricultura y población las provincias unidas no se podrán constituir en república escribía San Martín en esos días. Belgrano ya había propuesto casi 20 años antes la educación estatal, gratuita y obligatoria. Estas ideas fueron dejadas de lado por décadas, y estos auténticos personajes murieron, uno en el exilio y el otro pobre y olvidado.
El 9 de Julio de 1816 se declaraba la independencia de España, a nivel administrativo, político y militar, pero la auténtica independencia de un pueblo, que es el país real, se logra con la educación de sus habitantes. El saber da libertad, da independencia, posibilidades de realización personal. Esa es nuestra función en este ámbito, y ahora, que estamos trabajosamente recuperando un país que fue desvastado durante décadas, es importante tomar conciencia de este presente que vivimos, donde nos volvemos a mirar a la cara con nuestros vecinos, con quienes hemos compartido este trabajoso nacer como naciones y que recién ahora estamos descubriendo que nuestros problemas y sueños son los mismos, que podemos trabajar juntos como continente, que nos podemos complementar y lograr un auténtico desarrollo, sin tutelajes, sin organismos multilaterales, sin influencias homogénicas, esa “metrópoli” de la cual nos declaramos independientes hace 200 años. Uds. alumnos, a quienes va a pertenecer el futuro, tienen la irrepetible oportunidad de vivir y consolidar, quizás por primera vez, la auténtica independencia que en esta ciudad se declaraba, en un día soleado como hoy, el 9 de julio de 1816.  
 

domingo, 22 de junio de 2014

Día de la Bandera


Luis O. Corvalán
20 de junio de 2007

Hoy nos reunimos para celebrar el "Día de la Bandera". Y no hay mejor oportunidad para reflexionar sobre los hechos que han dado lugar a su establecimiento como fecha patria. A diferencia de lo que el sentido común nos indica, el día 20 de junio no corresponde a la fecha de la creación de la bandera, sino que es el día en que fallece don Manuel Belgrano, su creador.
Conmemorar el día de su fallecimiento como "Día de la Bandera" es, de alguna manera, un acto de injusticia para con uno de los personajes más íntegros y fundacionales de nuestra nación, que la historia oficial ha dejado sin "su día".
Mencionemos brevemente que el 27 de febrero de 1812, Belgrano, que se encontraba defendiendo las costas del Paraná, en las proximidades de Rosario, de los ataques que ordenaba el gobernador español de Montevideo, hizo formar a sus tropas frente a una bandera que había cosido una vecina de Rosario llamada María Catalina Echeverría y les ordenó jurarle fidelidad con las palabras "Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será templo de la Independencia y de la Libertad."
Las autoridades de Bs. As., en particular el secretario del Triunvirato Bernardino Rivadavia, criticaron fuertemente estas manifestaciones de independencia y este último ordenó por carta guardar esa bandera y seguir usando la española, preocupado por no molestar a los británicos que ahora eran aliados de España contra Napoleón.
Los indicios de la época parecen sugerir que esta primera bandera tenía dos franjas verticales, una blanca y otra celeste, como la que usaría más adelante el Ejército de los Andes al mando de San Martín durante las campañas libertadoras.
En Buenos Aires y el Litoral, a partir de 1813 comienza a usarse la bandera con tres franjas horizontales, celeste, blanca y celeste. Estos eran los colores de la casa de Borbón, a la que pertenecía Fernando VII, el rey de España que por entonces estaba cautivo de Napoleón. Esta coincidencia con los colores adoptados por Belgrano un año antes parece finalmente haber conformado tanto al bando conciliador con las potencias extranjeras como a los más comprometidos con la total liberación del continente, cuyos máximos exponentes eran Belgrano y San Martín, entre otros. Así perdururará hasta nuestros días la bandera argentina.
Pero, como mencionamos al principio, un acto de justicia sería dedicar este día para recordar aunque sea brevemente parte de las ideas y la obra que nos dejó este auténtico héroe de nuestra historia que fue don Manuel Belgrano.
Belgrano fue uno de los más notables economistas argentinos, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional, la justicia social, ideólogo del movimiento de sublevación americano entre muchas otras cosas.
Esta semana ocurrieron hechos, como la derogación de leyes mal habidas, que nos deben recordar que en nuestro país soplan aires de cambio para bien, que es nuestra obligación como soberanos saber percibir y valorar en su justa medida. Cambios que permiten esperanzarnos con un país mejor.
Es por eso que hoy debemos rescatar al Belgrano pensador, innovador, revolucionario y profundamente coherente entre sus dichos y sus hechos. La historia nos recuerda cada año que Belgrano murió pobre, pero casi nunca menciona que nació rico y que invirtió su capital económico y humano en perseguir su ideal revolucionario. Jamás se resignó a morir en la pobreza, ya que reclamó hasta sus últimos días los sueldos atrasados que le correspondían, y que se aplicaran a los fines establecidos los 40 mil pesos oro que había donado para la construcción de escuelas, que fueron robados por las autoridades políticas de entonces, cuyas conductas lamentablemente tuvieron muchos más adeptos a lo largo de la historia que la integridad y honestidad de don Manuel Belgrano.
Belgrano nació el 3 de junio de 1770 en Bs. As. y después de recibirse en el colegio San Carlos viajó a España y estudió en las prestigiosas universidades de Valladolid y Salamanca, donde llegó a ser presidente de la Academia de Derecho Romano, Política Forense y Economía Política. En Europa tomó contacto con las obras de los grandes pensadores del siglo XVIII: Rousseau, Voltaire, Montesquieu, Adam Smith y otros.
Esta formación lo lleva a tomar conciencia que la tierra es fuente de riqueza, que la prosperidad de las naciones se logra gracias al trabajo de sus habitantes, de la importancia de la educación y la capacitación de la población en oficios: creó escuelas de dibujo técnico, de matemáticas y de náutica. Su meta era la construcción de un país mucho más justo que el heredado de la época colonial. Adelantado a la época, propuso la absoluta igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer. En 1798 escribió el primer proyecto de enseñanza estatal, gatuita y obligatoria. Tenía una profunda sensibilidad social y una extraordinaria conciencia política que dejaba muy atrás a cualquier pensador de su época. En 1801 colaboró en la fundación del primer periódico que se editó en nuestro país: el Telégrafo Mercantil  y redactó el primer proyecto constitucional del Río de la Plata.
Aparte de todos estos aspectos menos conocidos pero de enorme valor humano en Belgrano, no olvidemos sus hazañas más conocidas: su mando al frente del Ejército del Norte, el éxodo Jujeño, las gloriosas victorias en las batallas de Tucumán y Salta. 
Con todo el respeto y significado que tiene nuestra enseña patria, creo que hacemos justicia al conmemorar de una manera mucha más amplia la persona y el legado de ese formidable prócer que fue  don Manuel Belgrano, que entre tantas cosas de enorme trascendencia que realizó en su vida, además creo nuestra bandera.   
Ya que la historia oficial, con mucho retraso pero con justicia, terminó llamando a San Martín el "Padre de la Patria", para terminar este acto recordemos un comentario de Belgrano muy anterior a esta definición: "Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella".

  

lunes, 28 de abril de 2014

PERONISMO

Reflexiones Domingueras

27-04-2014
Los domingos recorro con un poco más de detenimiento los diarios, porque a diferencia de los días de semana, hay algo más de información elaborada, a diferencia del vértigo diario de asesinatos, robos, cortes de ruta y declaraciones desacertadas de políticos, vedettes o deportistas de ocasión. Leo a Horacio Verbitsky, cuyo análisis de la realidad tiene generalmente una agudeza que me agrada y sus informes demuestran siempre al menos dos elementos interesantes: muy buenas fuentes en lugares claves del entramado institucional y buen conocimiento legal. Ahora, a pesar de tener entre los amigos del FB varios que adhieren a profundas consignas del tipo "andate yegua" que al leerme me identifican como un peronista de primera hora, nunca adherí a esa corriente filosófica ni tengo intenciones de hacerlo. Me desembaracé de una pátina gorila con la que crecí gracias a las opiniones de mis padres que padecieron por distintas razones la primera etapa peronista. Por parte materna un rechazo visceral por ella identificarse con una estirpe de clase perjudicada por la indispensable redistribución de ingresos y el perjuicio directo ocasionado a mi abuelo, dueño de la proveeduría de un ingenio al que los trabajadores se veían obligados a canjear los vales con que pagaban una parte de su sueldo. Doy fe del buen corazón de mi querido abuelo y la falta de mala intención de su parte y cuyo único pecado fue ser paisano y amigo del dueño de ingenio, franceses ambos. Las autoridades de la época lo metieron preso porque su balanza tenía un error por encima de lo aceptado por norma. Inútil fue el detalle que la balanza erraba en su contra, indicando menos de lo correcto, con lo cual mi abuelo vendía de más azúcar y yerba que lo pactado con los clientes. Mi padre, en cambio, hijo de campesinos de toda la vida y sin pretensiones de tipo hematológicas, ganó una beca Fullbright en 1952 y necesitaba un pasaporte para viajar, algo que no le entregarían si previamente no se afiliaba al partido del general cuanto valés. Con los años fui aprendiendo historia argentina y comprendí la imperiosa necesidad de un drástico cambio de procederes en un país acostumbrado a ser atendido por sus dueños, minorías privilegiadas por la monarquía que nunca perdieron ni sus posesiones ni su ambición por manejar los destinos del país. La formidable obra de reparación histórica de la gestión peronista no puede ser desmerecida y menos por la falacia que históricamente gobernó el país de una manera u otra desde su propia fundación como colonia. Pero el cambio logrado no estuvo sustentado por profundos conceptos ni políticos ni filosóficos ni económicos que den un marco definido al movimiento. Verbitsky hoy analiza con pinceladas de autocrítica las profundas divisiones del movimiento que llevaron a los actos de violencia irracional de 1973 y 1974 y los muestra más o menos como errores de procedimiento y de falta de perspectiva histórica de sus protagonistas, cuando, a mi entender, no son más que las consecuencias de una estructura partidaria que insistió en tener entre sus filas corrientes de opinión absolutamente irreconciliables y manejadas con total falta de escrúpulos por el líder mismo. Y no solo sus caprichos generaron el baño de sangre que sus seguidores provocaron durante sus últimos dos años de vida, sino que las divisiones, las contradicciones ideológicas y la violencia entre sus facciones afines perduran sanitas y coleando hasta nuestros días. Su escudito y la marcha adornaron el proceso que liquidó al estado y provocó el hambre y la desintegración del país, desmantelando su aparato productivo y quitando los medios mínimos de intervención por parte de la sociedad en su destino y los mismos símbolos acompañan al proceso de intenta desesperadamente recuperar algo de equilibrio y autonomía y devolver algunos de esos instrumentos, empresas y herramientas de política económica que se rifaron alegremente durante la década anterior. Y hoy las opciones más probables que se prometen como alternativa y cambio surgen de exactamente el mismo partido, acompañado por impresentables que sabemos son afiliados de la primera hora. Y para cerrar el comentario, la oposición ahora se junta toda también bajo un mismo sello de goma. O sea que, de seguir todo como hasta aquí, en el 2015 se elegirán entre dos o tres posibles opciones que no garantizan al electorado un sesgo alguno sobre rumbos, políticas ni corrientes de pensamiento de cara al futuro. No son ni de centro, ni de derecha, ni de izquierda, sino todo lo contrario. En eso coincido con el hoy pobre análisis del querido Perro Verbitsky cuando con nostalgia rememora el último acto de su general favorito cuando expresa que el gran pueblo argentino es su único heredero. Y así nos va. Gracias a su aporte de ideas el país puede construir una formidable infraestructura de herramientas sociales y productivas para rifarlas luego, tratar de recuperarlas más adelante, y vaya a saber qué hacer de eso en los próximos años. De pensar, poco y nada.

lunes, 11 de marzo de 2013

RUMBOS - Sobre la muerte de Chávez

Semana movidita si las hubo. Las conclusiones y los análisis están por todas partes, no quiero redundar en eso. Pero sí me gustaría mencionar algo que percibo desde la distancia, desde una altura tal que podamos abarcar nuestro querido continente y alrededores. La caída del muro de Berlín se celebró anticipada y erróneamente como el triunfo de las ideas individualistas y liberales sobre los conceptos integradores y socialistas, mal sintetizados por la guerra fría entre USA y la URSS. Digo mal sintetizadas porque esa guerra la protagonizaron dos superpotencias y sus cuitas poco y nada reflejaban las peripecias y necesidades de un sinnúmero de países "de a pie", más chicos, menos militarizados, menos desarrollados. Fukuyama proclamaba el fin de las ideas que no era otra cosa que decir, "dejen de pensar, mis ideas prevalecieron." En la práctica eso se tradujo en un "Consenso de Washington" que su propio nombre es una contradicción en sí misma, sabiendo que un país como Argentina, en Washington, no puede consensuar demasiado que digamos.
A caballo de eso se montaron los UCD y los más impresentables del peronismo para liquidar un país, que a los tropezones pero aceptablemente, había contenido a su sociedad hasta la llegada de la última dictadura con su circo de asesinos físicos, sociales y económicos que lisiaron de gravedad cualquier equilibrio logrado tras generaciones de esfuerzo.
Como eran de esperar, los experimentos económicos, que no se aplicaron en ningún "país serio del mundo" terminaron devastando desde los vulnerables como Jamaica y Argentina, hasta sólidas economías como Corea del Sur y Brasil, Rusia incluida.
¿Cómo se salió de eso? Con política, con ideas, con sensibilidad y participación social. Las ideas no murieron, fueron anestesiadas para que la anti-política hiciera de las suyas. Hoy los grupos económicos son mucho más poderosos e influyentes que en la década del 70 y la gente, salvo puntuales excepciones, vive peor o con más dificultad que entonces.
Ver un continente movilizado, dolido, hermanado e intercambiando palabras de comprensión y aliento no puede ser mejor síntoma de los tiempos que corren. Estamos llenos de política, de ideas, de integración. Recuperamos el concepto de "tejido social". Yo no me salvo, o mi salvación no tendrá intensidad y sentido si mi prójimo se pierde en el camino. Es un "tejido", un entramado social donde el peor de los mensajes es una filosofía de "sálvese quien pueda" o la darwinniana de "sobrevive el más apto". Las oposiciones en general no comprendieron el cambio de época, dedicadas a denostar a los gobernantes están asombrosamente carentes de ideas, cuando es eso lo que se está demandando de ellas. Algún idea "nuestra", algo superador, algo acorde al siglo XXI. Importar experiencias de otros países, mejor fundados, con pasados más consistentes o con otro grado de desarrollo, con otras idiosincrasias no sirvieron y el votante ya sospecha de eso. El gran ejemplo Chile no pudo sacudirse de 17 años pinochetistas que los tiene todavía sin que logren diagnosticar sus males. Los grandes centros de opinión los tienen como ejemplo pero deben convivir con un obrero minero ganando 70 u 80 veces lo que gana un jubilado, empleos precarios y una educación solo accesible a los que pueden pagar. El otro ejemplo de liberalismo que sobrevive en el continente es Colombia, donde la izquierda se estigmatiza con una guerrilla tan absurda como demodé que cree que plantarse 50 años en la selva es sinónimo de movimiento o evolución social, con armas y todo. Patético, contraproducente y totalmente innecesario. Un ejemplo de lo que digo es el didáctico almuerzo con Mirtha que reapareció por los medios y que compartieron Chávez y Macri, allá por 2003. La mayor esperanza de la diestra vernácula hablando un rosario de lugares comunes sobre mirar al futuro, hacer las cosas bien y otras profundidades conceptuales mientras nuestro desaparecido bolivariano le daba una lección de contextualización histórica y de pertenencia imprescindible para cualquier proyecto político.
O el decadente análisis de Lilita que trata de convencernos que la masiva despedida a Néstor Kirchner era una puesta en escena, una obra de teatro. La bronceada candidata crónica no tiene idea de lo que pasa en la calle, o subestima al destinatario de sus locuras. Ambas posibilidades explican su desaparición política, a pesar de su permanencia mediática.
Podemos no coincidir en las ideas, en los personajes, en los métodos, pero el pueblo latinoamericano despertó de un letargo demasiado largo, hoy está de pie defendiendo lo logrado, y si a alguien no le gusta, tendrá que presentarse con algo superador, algo que lo convenza que lo ofrecido es mejor que el muy imperfecto presente que se tiene, y eso requiere pensar, elaborar y presentar IDEAS, conceptos, discursos. En una palabra, hacer POLITICA, nuevamente, como nunca se debió dejar de hacer. Desde Pericles hasta Obama, donde hay o hubo una democracia, al soberano hay que convencerlo, más aun cuando está despierto y atento.
Dije muchas veces, me felicito vivir en este continente, tan hermoso, tan injusto y tan golpeado, que tenemos mucho por hacer y es fácil y emocionante sentirse protagonista de estos cambios. Y al ser un continente inmensamente rico, los cambios se perciben rápido, no se pueden disimular o negar. Argentina era un país integrado y por ahí muchos pueden negar algún progreso, pero visitar Bolivia hoy y es un país completamente distinto a la Bolivia de los 90, por no ir demasiado atrás.
Debemos asumir nuestro rol de mandantes, se nos murió un mandatario, pero si conocemos el rumbo, no le podemos errar, somos los protagonistas, los que escribimos nuestra historia.
En estos días ejemplares, de tanto simbolismo y tanta significación, mi más emocionado saludo a los hermanos latinoamericanos.