Reflexiones Domingueras.
Los años de guerra fría representaron, para mi punto de vista, un ajedrez mundial jugado a puro tiro y violencia. Los espacios de poder se defendían u ocupaban drásticamente. Sea Hungría, Czecoslovaquia, Polonia u otro por ahí era impensable una liberación consensuada o por movilización popular. Y por otra parte, Panamá, Granada, Chile o cualquiera de esta región que intente sacar los pies del plato era aplastado a golpes de estado, asesinatos o invasiones militares. La caída del muro hizo pensar en un mundo de una sola potencia y que el liberalismo había triunfado y las ideas de Washington se esparcirían alegremente por el mundo, sin nada más que pensar, a decir de Fukuyama. El fracaso de la receta en una cantidad alarmante de pacientes hicieron volver las ideas a los lugares que no deberían haber abandonado y a transformaciones más complejas y profundas a los soñados en la capital del imperio. Siguiendo planes más adecuados a sus necesidades florecieron nuevos actores más allá del histórico primer y segundo mundo, USA y Europa. Los BRICS son hoy una potencia gravitante a nivel mundial en varios aspectos y han soportado mejor la crisis nacida en 2008 que afectó al mundo entretejido de intereses financieros dependiente del poder hegemónico de Washington. El mundo lejos de conflictos a gran escala debería ya estar inserto en un diálogo diplomático intenso y elaborado que haya reemplazado la diplomacia de los garrotes empleados durante el conflicto bipolar que significó la guerra fría, pero USA no se acostumbra ni lo hará a eso de debatir entre pares, ya que siempre se consideró más que sus contrapartes. La torpeza de movimientos ha significado la constante en las últimas décadas y lo ha llevado a perder gravitación en un mundo que cada vez menos acepta su rol de director de orquesta. Encima su economía venía haciendo agua cuando los otros grandes enrolados en el BRICS continuaban lenta pero persistentemente creciendo, acumulando reservas y acreencias importantes respecto de los yankees, como el caso de China.
Y la lógica bipolar lleva a USA a seguir cometiendo una y otra vez errores de estrategia básicos. El enemigo de mi enemigo es mi amigo (Theddy Roosevelt) demostró ser el error más caro en la peligrosa política exterior yankee, como Osama Bin Laden demostró en 2001. Lo mismo ocurrió en Ucrania. Un grupo de nazis de ultraderecha comenzó a protestar contra un gobierno democrático simpático a Moscú y no dudaron en apoyarlo de toda manera posible hasta lograr su cometido. Hoy en Ucrania esos nazis son gobierno y el país se convirtió en un polvorín con resultado incierto. Rusia, a diferencia de USA, tiene muy pocas bases fuera de su territorio. Una de esas es un puerto en Siria, desde donde la flota rusa tiene acceso directo al Mediterráneo. USA no dudó en fomentar a grupos golpistas para desestabilizar a un gobierno impresentable pero cercano a los rusos. Los gobiernos impresentables pero aliados son en cambio valorados como pocos. La oposición belicosa en Siria recibió armamento y dólares a lo pavo con tal de derrocar al gobierno, y no previeron que dentro de la oposición hay sectores fundamentalistas integrantes de Al Qaeda o sus versiones remixadas, con aceitado manejo de redes sociales y fluidos contactos con petroleros millonarios saudíes y de los alrededores que están copando a gran parte del movimiento opositor con armas y vehículos pesados provistos por USA y coordinando con su contraparte en Irak con la idea de fundar una nación islámica extremista de perfil medieval nada menos que en corazón de medio oriente. Cualquier avispado con dos dedos de frente sentado en la tribuna se da cuenta que era preferible sentarse a charlar con un díscolo pero previsible Putin que comparte mucho más con gente como uno que los islamistas fundamentales que van lenta pero paulatinamente copando los espacios que supuestamente USA va librando en nombre de la democracia, como en Libia, pero apoyándose en cualquiera que señale en dirección de un aliado ruso y diga "ese es el malo que me está molestando" como si la lógica de la guerra fría siguiera en pie.
No hace falta demasiada elaboración para recorrer latinoamérica y levantar tranquilamente la fruta esparcida por el suelo luego de que USA estuvo sacudiendo el árbol por décadas, menospreciando y faltando el respeto a su otrora patio trasero. La visita de Putin encontró a una parte importante de los países dispuestos a todo tipo de alianza estratégica y comercial con un interlocutor respetuoso y más pícaro a la hora del trato bilateral. Aquí los dinosaurios ponen el grito en el cielo sin interesarles siquiera que el mayor socio comercial de Putin es hoy la conservadora Angela Merkel, líder del mayor país de Europa que, como estadista que es, dejó atrás la obsoleta lógica de la guerra fría desde el momento que el famoso muro, que atravesaba su propio patio, cayo hace 25 años.
Hoy, además de abrir la cabeza hacia un nuevo orden mundial con criterio y estrategias integradoras, el muro alemán que debemos derrumbar es la defensa de su seleccionado de fútbol. Así que les dejo estas reflexiones, caprichosas pero mías, con toda la esperanza intacta de lograr una difícil victoria que nos haga los cuatro próximos años una espera distendida y grata. Saludos domingueros a mis buenos amigos del FB.
Y la lógica bipolar lleva a USA a seguir cometiendo una y otra vez errores de estrategia básicos. El enemigo de mi enemigo es mi amigo (Theddy Roosevelt) demostró ser el error más caro en la peligrosa política exterior yankee, como Osama Bin Laden demostró en 2001. Lo mismo ocurrió en Ucrania. Un grupo de nazis de ultraderecha comenzó a protestar contra un gobierno democrático simpático a Moscú y no dudaron en apoyarlo de toda manera posible hasta lograr su cometido. Hoy en Ucrania esos nazis son gobierno y el país se convirtió en un polvorín con resultado incierto. Rusia, a diferencia de USA, tiene muy pocas bases fuera de su territorio. Una de esas es un puerto en Siria, desde donde la flota rusa tiene acceso directo al Mediterráneo. USA no dudó en fomentar a grupos golpistas para desestabilizar a un gobierno impresentable pero cercano a los rusos. Los gobiernos impresentables pero aliados son en cambio valorados como pocos. La oposición belicosa en Siria recibió armamento y dólares a lo pavo con tal de derrocar al gobierno, y no previeron que dentro de la oposición hay sectores fundamentalistas integrantes de Al Qaeda o sus versiones remixadas, con aceitado manejo de redes sociales y fluidos contactos con petroleros millonarios saudíes y de los alrededores que están copando a gran parte del movimiento opositor con armas y vehículos pesados provistos por USA y coordinando con su contraparte en Irak con la idea de fundar una nación islámica extremista de perfil medieval nada menos que en corazón de medio oriente. Cualquier avispado con dos dedos de frente sentado en la tribuna se da cuenta que era preferible sentarse a charlar con un díscolo pero previsible Putin que comparte mucho más con gente como uno que los islamistas fundamentales que van lenta pero paulatinamente copando los espacios que supuestamente USA va librando en nombre de la democracia, como en Libia, pero apoyándose en cualquiera que señale en dirección de un aliado ruso y diga "ese es el malo que me está molestando" como si la lógica de la guerra fría siguiera en pie.
No hace falta demasiada elaboración para recorrer latinoamérica y levantar tranquilamente la fruta esparcida por el suelo luego de que USA estuvo sacudiendo el árbol por décadas, menospreciando y faltando el respeto a su otrora patio trasero. La visita de Putin encontró a una parte importante de los países dispuestos a todo tipo de alianza estratégica y comercial con un interlocutor respetuoso y más pícaro a la hora del trato bilateral. Aquí los dinosaurios ponen el grito en el cielo sin interesarles siquiera que el mayor socio comercial de Putin es hoy la conservadora Angela Merkel, líder del mayor país de Europa que, como estadista que es, dejó atrás la obsoleta lógica de la guerra fría desde el momento que el famoso muro, que atravesaba su propio patio, cayo hace 25 años.
Hoy, además de abrir la cabeza hacia un nuevo orden mundial con criterio y estrategias integradoras, el muro alemán que debemos derrumbar es la defensa de su seleccionado de fútbol. Así que les dejo estas reflexiones, caprichosas pero mías, con toda la esperanza intacta de lograr una difícil victoria que nos haga los cuatro próximos años una espera distendida y grata. Saludos domingueros a mis buenos amigos del FB.
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