Tucumán: primer productor mundial de limón |
Estamos todavía procesando la noticia del día: los limones tucumanos no entrarán a USA por el momento. Sorpresa. Lo mencioné hace un mes, entre otros detalles. La protección de la producción local fue algo mal visto y defenestrado por los economistas liberales que muestran sus teorías con un nivel de soberbia que contrasta con el escaso nivel de éxitos que estas políticas generaron en el mundo real.
USA es un buen ejemplo. Se convirtió en la principal potencia del mundo durante el siglo XX y aprovechó su posición hegemónica para imponer su moneda como efectivo a nivel mundial. Esta dilusión geográfica les permite vivir con déficit por décadas simplemente imprimiendo billetes, algo que ningún otro país puede hacer. Argentina no puede darse ese lujo y por eso necesita tener superávit en la balanza comercial para no tener una deuda externa creciente o una inflación intolerable.
Pero en un momento USA era un país que crecía legítimamente con su ahorro interno y tenía cuentas que cerraban.
Desde su fundación como país, bajo la administración de George Washington, la política aplicada era la de proteger, tarifas mediante, la producción local. Proteccionismo, en todo su esplendor. En 1791 se presentó un programa de 11 puntos y para 1793 todos los puntos fueron convertidos en ley. Tan era así que hasta Lincoln, presidente número 16, el 100% de los ingresos federales provenían de estos derechos de importación. Leyó bien, el 100%. no hacían falta otros impuestos. Entre Lincoln (Guerra Civil-1861) y la Primera guerra Mundial (1917), el 66% de los ingresos provenían de estas tarifas (derechos de importación). Entre la primera y segunda guerra el 33% de los recursos federales provenían de estos derechos. Y en ese momento USA pasó indiscutidamente a convertirse en la principal potencia y emisora de la moneda mundial. Los últimos 35 años de liberalismo económico convirtió a USA en el país más endeudado del mundo, se destruyó su industria pesada, se tercerizó su industria electrónica y convirtió a su clase media en más pobre que en 1980 mientras sus corporaciones multinacionales siguieron creciendo sostenidamente. Las medidas sobre las importaciones tomadas por Trump y que coincidían con propuestas de Bernie Sanders desde el otro extremo del angosto espectro político yankee, no convierten a USA en un enclave K o en un país bananero. Son medidas que siempre estuvieron en la política yankee durante 150 años de pleno crecimiento y desarrollo en todos los campos. Lo que aquí se critica y se grita a los 4 vientos que nos "abrimos al mundo" eliminando barreras es justamente el tipo de política que generó la crisis norteamericana que impulsó al voto antisistema que consagró a Trump. En 2016 la balanza comercial de USA tuvo un déficit (importaciones/exportaciones) de 460 mil millones de dólares. Este déficit se financió con deuda. Bonos del Tesoro que compró China. Alemania, Arabia Saudita y otros países.
Volkswagen es competencia de Toyota en todo el mundo, asegurándose en promedio un 30% del mercado. Menos en Japón, donde tiene menos del 1% del mercado. Japón, un país vendido como abierto al mundo. Son casi inexistentes los automóviles no japoneses en Japón. Casi inexistentes los autos no alemanes en Alemania. Nombro estos dos países como ejemplo de países con balanzas comerciales superavitarias. Con mercados internos dinámicos y sueldos y condiciones laborales óptimos. ¿Casualidad? Le dejo al lector las conclusiones.
Pero en un momento USA era un país que crecía legítimamente con su ahorro interno y tenía cuentas que cerraban.
Desde su fundación como país, bajo la administración de George Washington, la política aplicada era la de proteger, tarifas mediante, la producción local. Proteccionismo, en todo su esplendor. En 1791 se presentó un programa de 11 puntos y para 1793 todos los puntos fueron convertidos en ley. Tan era así que hasta Lincoln, presidente número 16, el 100% de los ingresos federales provenían de estos derechos de importación. Leyó bien, el 100%. no hacían falta otros impuestos. Entre Lincoln (Guerra Civil-1861) y la Primera guerra Mundial (1917), el 66% de los ingresos provenían de estas tarifas (derechos de importación). Entre la primera y segunda guerra el 33% de los recursos federales provenían de estos derechos. Y en ese momento USA pasó indiscutidamente a convertirse en la principal potencia y emisora de la moneda mundial. Los últimos 35 años de liberalismo económico convirtió a USA en el país más endeudado del mundo, se destruyó su industria pesada, se tercerizó su industria electrónica y convirtió a su clase media en más pobre que en 1980 mientras sus corporaciones multinacionales siguieron creciendo sostenidamente. Las medidas sobre las importaciones tomadas por Trump y que coincidían con propuestas de Bernie Sanders desde el otro extremo del angosto espectro político yankee, no convierten a USA en un enclave K o en un país bananero. Son medidas que siempre estuvieron en la política yankee durante 150 años de pleno crecimiento y desarrollo en todos los campos. Lo que aquí se critica y se grita a los 4 vientos que nos "abrimos al mundo" eliminando barreras es justamente el tipo de política que generó la crisis norteamericana que impulsó al voto antisistema que consagró a Trump. En 2016 la balanza comercial de USA tuvo un déficit (importaciones/exportaciones) de 460 mil millones de dólares. Este déficit se financió con deuda. Bonos del Tesoro que compró China. Alemania, Arabia Saudita y otros países.
Volkswagen es competencia de Toyota en todo el mundo, asegurándose en promedio un 30% del mercado. Menos en Japón, donde tiene menos del 1% del mercado. Japón, un país vendido como abierto al mundo. Son casi inexistentes los automóviles no japoneses en Japón. Casi inexistentes los autos no alemanes en Alemania. Nombro estos dos países como ejemplo de países con balanzas comerciales superavitarias. Con mercados internos dinámicos y sueldos y condiciones laborales óptimos. ¿Casualidad? Le dejo al lector las conclusiones.
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