Reflexiones Domingueras
Fabricación de la famosa heladera SIAM que comenzó en la década de 1930 |
El nombre proviene del objetivo de la comisión que consistía en coordinar los esfuerzos de grandes capitales privados de EEUU, Europa y la zona Asia-Pacífico, en particular Japón. Esta organización se dedicó a adoctrinar a la clase dominante de las zonas más influyentes del mundo para generar consensos que favorezcan la concentración de la riqueza en un grupo reducido de corporaciones. El fundador de TTC era David Rockefeller, miembro del Council of Foreign Relations[2], una ONG no partidista que desde
El
discurso de ayer de Mauricio Macri[3]
entre besos y abrazos con los dirigentes del campo, grandes beneficiarios de todas
las medidas tomadas hasta ahora por el nuevo gobierno, iba exactamente en ese
sentido. Soñar con ser el “supermercado” del mundo iba dirigido a dar valor
agregado a la producción primaria del campo, como máximo sueño
industrializador. Ninguna medida para defender la existente industria nacional
que pudo renacer luego de la década liberal de los 90 que terminó de destruir
lo que Martínez de Hoz ya hizo en su gestión de fines de los 70. Argentina
sufrió un proceso de retroceso tecnológico que no pudo remontar y recién en los
últimos años logró un desarrollo nuevo en áreas similares gracias a una nueva
generación de emprendedores y también por un fuerte impulso oficial a través
del INVAP (radares, satélites, control de calidad, investigaciones aplicadas,
etc)[4].
Todo eso puede volver a desaparecer con el discurso agro-industrial que
escuchamos ayer. Ninguna política estatal declamada o aplicada hasta ahora en
estos breves días de gobierno apunta a fortalecer lo logrado en esta área. Todo
lo contrario, la apertura indiscriminada de importaciones en un momento en que
el mundo está en plena recesión y estancamiento económico es una invitación a
que nos inunden de productos que no tienen demanda en el mundo desarrollado. No
proteger la industria nacional es condenar al país a altos niveles de desempleo
y marginación, ya que el agro absolutamente concentrado, latifundista y
rentista no alcanza ni por asomo a generar los puestos de trabajo para un país
de 42 millones largos de habitantes. Yo anticipé las medidas a tomar por el
gobierno entrante hace poco más de un mes y me ridiculizaron por lo lúgubres
que eran. Hoy, con la mayoría de las predicciones concretadas en decretos y
anuncios formales, espero que me otorguen un poco más de crédito al leer mis
comentarios sobre el tema. Una característica que los neo-liberales, como la
cofradía de economistas de Macri, tienen es la de ser sumamente previsibles.
Hice lo mejor que pude para alertar de estas políticas a los votantes que,
hartos de los estilos de CFK, pensaron que Macri era un bálsamo de buenas
costumbres y respeto republicano. No es más que un instrumento para la
concentración económica y para favorecer a sectores que tienen los recursos y
medios para hacerse pasar por líderes honestos y preocupados por el país.
Siempre en estos casos espero equivocarme, pero hasta ahora lamentablemente no
está ocurriendo. Feliz domingo a los amigos.
[4]
Nacimiento, Desarrollo y Destrucción de la Industria Electrónica en Argentina –
Luis Octavio Corvalán – Tucumán - 1986
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