COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

domingo, 22 de marzo de 2015

MIRADA DIFERENTE SOBRE EL ACUERDO PRO - UCR

Marzo 17 de 2015
Finalizada la elección de 2003 y antes de la frustrada segunda vuelta, cuando Menem huyó como rata por tirante al comprobar que de cara al ballotage no sumaría ni un voto más que el 25% que lo había votado inexplicablemente en primera vuelta, hice un análisis de la oferta electoral y de los resultados de esa contienda. En un extenso artículo que fue publicado en un diario on-line de la época comentaba que las inexistentes internas, tanto en el PJ como en la UCR, habían terminado ofreciendo un abanico de candidatos, 6 en total, que emergieron de esas dos agrupaciones políticas. Menem, Kirchner y Rodríguez Saa provenientes todos del PJ y López Murphy, Lilita Carrió y Leopoldo Moreau de la UCR. Esa fragmentación, criticable para la mayoría, a mi me resultó una refracción saludable de cada movimiento en sus colores primarios que permitió al votante definir un rumbo político que hubiera sido indefinido si se hubieran realizado internas y quedaban todos bajo un mismo sello de goma, reduciendo así las ofertas a solo dos. Las posturas de los 3 candidatos del PJ eran muy diferentes entre ellas. Al igual que las de Carrió (por entonces netamente de izquierda) y las de López Murphy, uno de los más puros liberales que produjo el partido de Alem. También mencioné hace más de dos años, en enero de 2013, un resumen de lo que consideraba las síntesis de ideales políticos que veía en el mundo. Y estas giraban en torno a las dos características inherentes al ser humano: su libertad y la igualdad. Hay ideales que ponen énfasis en uno de esas características en detrimento de la otra. Por ejemplo el liberalismo tal caul lo propone Adam Smith pone el acento en la libertad más absoluta. Si hay algún límite a la natural persecución de lucro individual por cualquier medio proviene de un indefinido "espectador neutral" que todos tenemos adentro. Una referencia elíptica a esa característica noble tan promocionada por la ilustración de la época y que Smith incorpora muy tangencialmente a su conjunto de ideas. Algo que Ronald Reagan desechará al definir a la avaricia como una virtud. Más tarde Karl Marx propondrá un ideario forzando la igualdad en detrimento de varias libertades caras al ser humano. Hoy ambos extremos están algo descartados, en mayor o menor medida, y se aplica con éxito una síntesis intermedia de ambos. Cierta libertad de mercado para productos y servicios que la competencia tonifica pero reteniendo el estado las funciones en áreas donde la iniciativa privada no puede o no le interesa estar presente. En un país extenso y despoblado como Argentina, pretender que el transporte de gente y productos quede exclusivamente en manos privadas era un despropósito y no debería haber sido puesto en práctica para su comprobación, porque en el intento desaparecieron pueblos enteros y economías regionales, producción minera y hasta la entretenida constumbre de simplemente recorrer tan maravilloso país de punta a punta por medios económicos. Sólo como un ejemplo. Hoy en Europa y en otras regiones consolidadas democráticamente, el perfil de país está más o menos acordado, y los partidos que se alternan en el poder simplemente muestran matices en uno u otro sentido que cambian sutilmente alguna legislación, política exterior o la impronta del manejo de la cosa pública en un sentido u otro. En Argentina, donde hay cuestiones elementales que hacen al perfil de país que somos todavía por definir, la alternancia entre gobiernos de un signo y otro producen convulsiones de proporciones que dejan a sectores completos mirando al sudeste, caídos del sistema y desperdiciadas décadas de formación y acumulación de capital productivo. Mientras Perón y Frondizi industrializaron el país, solo 15 años después aparece un Martínez de Hoz que destroza gran parte de la infraestructura productiva costosamente instalada. Alfonsín prometía reabrir fábricas, pero el sistema financiero le dio la espalda y encima lo jaqueaba por las deudas contraídas ilegítimamente por los militares en su proceso de destrucción, no solo de industrias. Menem completó la tarea y la llevó a niveles que ni los prepotentes militares se animaron, dejando a medio país sumido en una pobreza absoluta, un cuarto de la población activa sin trabajo y con deudas imposibles de pagar.
Hoy el acuerdo de la UCR con el PRO prácticamente redujo a dos las alternativas de cara a octubre. Vengo sosteniendo insistentemente hace rato que en lugar de revolear la media hacia todo lo presente es necesario proponer ideas de cara al futuro. Detallé que el sitio de Sergio Massa carecía de plataforma, de propuestas o simplemente de una línea rectora de lo que pretendía hacer. Y eso se paga en algún momento. No se puede tener de referente económico a Martín Redrado, una persona proclive al mundo financiero, la timba y el liberalismo y en tandem llevar a Roberto Lavagna, uno que cree en la industria nacional y relegó al papel de observadores lejanos a los organismos de crédito que tanto daño hicieron en el pasado. Imposible saber para donde rumbeará en caso de ser gobierno. Y eso quita capacidad de atracción, a la larga. El PRO es un partido (siendo generoso) que defiende abiertamente la libertad económica y relega el rol estatal a un mero proveedor de seguridad y alguna que otra minucia, cara y mal probablemente. La otra opción que permanece en pie es alguna vertiente del oficialismo que increíblemente demora en salir a la cancha, pensando que largando de boxes y con varias vueltas de retraso le alcanzará para llegar primero a la bandera a cuadros, algo que dudo bastante. Pero su propuesta se ha centrado, de alguna manera y poco profunda, en una cierta búsqueda de equilibrio en lo social y con una participación estatal importante tanto en transporte como en producción de hidrocarburos, investigación científica, educación universitaria y otros rubros mal gestionados o inexistentes en el área privada. La opción es clara. Si hay gente harta de la corrupción, la opción no es clara. El PRO gestiona hace años y entre sus filas no hay adalides de honestidad, empezando por el propio Macri. La elección se centra en ideas y la corrupción se tendrá que enfrentar con gente en la calle, sea quien fuera el nuevo gobierno. No se volverán honestos de puro buenitos. El "espectador neutral" de Adam Smith brilla por su ausencia en muchas latitudes, entre ellas la nuestra.
La cancha está marcada. La UCR tendrá que partirse en al menos sus dos corrientes irreconciliables y me parece saludable que lo haga. En este caso asumiendo su rol de simple "partenaire" de un partido que, a diferencia de ellos, nació a la derecha de su pantalla señora. Faltaría un discurso más integrador y menos paranoico del oficialismo buscando ampliar su base de sustentación captando a los desencantados de la UCR y aledaños para conformar un movimiento "transversal" como soñó alguna vez Néstor hasta que descubrió que en el fondo era solamente peronista, justo cuando logró controlar el aparato del PJ y dejar en la vereda a muchos que legítimamente se sumaron por fuera. De esa manera lograremos algo parecido a un bipartidismo de centro derecha y centro izquierda, con afluentes de expresiones más extremas, pero siempre sabiendo con los bueyes que nos tocará arar. Y así el electorado no se debería sorprender de como resultan las cosas cuando se vota simplemente a partidos tan variopintos e imprevisible como lo demostraron ser la UCR o el PJ. Que tengan un buen año electoral.

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