COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

domingo, 22 de marzo de 2015

LA AMENAZA DE U.S.A. SOBRE VENEZUELA

OBAMA RELOADED
La torpeza y pobre análisis del Departamento de Estado de Estados Unidos es célebre y atraviesa todas las administraciones. Obama pensó que la mala imagen de Maduro iba a provocar una adhesión de toda la oposición a las sanciones y amenaza a Venezuela. Pero el mensaje cayó mal en todo el país parejito. Mientras acá los gusanos locales aplauden a rabiar lo que visualizan un final de Maduro al estilo Noriega, la oposición agradeció el apoyo de USA pero rechazó la amenaza de Obama diciendo que los problemas de Venezuela se resuelven en Venezuela. Lejos de avanzar aprovechando la esperable quinta columna interna que siempre disponen los USA, esta vez el ladrido torpe y extemporáneo cayó mal hasta el los opositores a Maduro. Mientras el panorama se tensa en Medio Oriente, Ucrania y la siempre latente asociación China-Rusia, el intento de manotear petróleo cercano a casa para respaldar un hipotético conflicto a gran escala empezó con el pie izquierdo. Ambos pies izquierdos. Aparentemente no será bienvenida una intervención en Venezuela y encima logró la animadversión de casi todo el continente logrando muy poco a cambio. En lugar de avanzar, retrocedió a la casilla que ocuparon en las peores épocas de George W. y su intento de operar de taquito en el continente mientras jugaba su ofensiva fuerte en Irak y Afganistán. Obama intentó reconstruir lazos y algunos avances había logrado, en particular con su sorpresivo acercamiento a Cuba. Hoy se dispararon los botines a punto de provocar apoyos a Maduro que hasta hace 48 horas se disimulaban bastante. Latinoamérica tiene sus conflictos pero, aparentemente, está decidida a resolverlos por si sola. Las experiencias pasadas aun pesan en algunas memorias, por suerte.

MIRADA DIFERENTE SOBRE EL ACUERDO PRO - UCR

Marzo 17 de 2015
Finalizada la elección de 2003 y antes de la frustrada segunda vuelta, cuando Menem huyó como rata por tirante al comprobar que de cara al ballotage no sumaría ni un voto más que el 25% que lo había votado inexplicablemente en primera vuelta, hice un análisis de la oferta electoral y de los resultados de esa contienda. En un extenso artículo que fue publicado en un diario on-line de la época comentaba que las inexistentes internas, tanto en el PJ como en la UCR, habían terminado ofreciendo un abanico de candidatos, 6 en total, que emergieron de esas dos agrupaciones políticas. Menem, Kirchner y Rodríguez Saa provenientes todos del PJ y López Murphy, Lilita Carrió y Leopoldo Moreau de la UCR. Esa fragmentación, criticable para la mayoría, a mi me resultó una refracción saludable de cada movimiento en sus colores primarios que permitió al votante definir un rumbo político que hubiera sido indefinido si se hubieran realizado internas y quedaban todos bajo un mismo sello de goma, reduciendo así las ofertas a solo dos. Las posturas de los 3 candidatos del PJ eran muy diferentes entre ellas. Al igual que las de Carrió (por entonces netamente de izquierda) y las de López Murphy, uno de los más puros liberales que produjo el partido de Alem. También mencioné hace más de dos años, en enero de 2013, un resumen de lo que consideraba las síntesis de ideales políticos que veía en el mundo. Y estas giraban en torno a las dos características inherentes al ser humano: su libertad y la igualdad. Hay ideales que ponen énfasis en uno de esas características en detrimento de la otra. Por ejemplo el liberalismo tal caul lo propone Adam Smith pone el acento en la libertad más absoluta. Si hay algún límite a la natural persecución de lucro individual por cualquier medio proviene de un indefinido "espectador neutral" que todos tenemos adentro. Una referencia elíptica a esa característica noble tan promocionada por la ilustración de la época y que Smith incorpora muy tangencialmente a su conjunto de ideas. Algo que Ronald Reagan desechará al definir a la avaricia como una virtud. Más tarde Karl Marx propondrá un ideario forzando la igualdad en detrimento de varias libertades caras al ser humano. Hoy ambos extremos están algo descartados, en mayor o menor medida, y se aplica con éxito una síntesis intermedia de ambos. Cierta libertad de mercado para productos y servicios que la competencia tonifica pero reteniendo el estado las funciones en áreas donde la iniciativa privada no puede o no le interesa estar presente. En un país extenso y despoblado como Argentina, pretender que el transporte de gente y productos quede exclusivamente en manos privadas era un despropósito y no debería haber sido puesto en práctica para su comprobación, porque en el intento desaparecieron pueblos enteros y economías regionales, producción minera y hasta la entretenida constumbre de simplemente recorrer tan maravilloso país de punta a punta por medios económicos. Sólo como un ejemplo. Hoy en Europa y en otras regiones consolidadas democráticamente, el perfil de país está más o menos acordado, y los partidos que se alternan en el poder simplemente muestran matices en uno u otro sentido que cambian sutilmente alguna legislación, política exterior o la impronta del manejo de la cosa pública en un sentido u otro. En Argentina, donde hay cuestiones elementales que hacen al perfil de país que somos todavía por definir, la alternancia entre gobiernos de un signo y otro producen convulsiones de proporciones que dejan a sectores completos mirando al sudeste, caídos del sistema y desperdiciadas décadas de formación y acumulación de capital productivo. Mientras Perón y Frondizi industrializaron el país, solo 15 años después aparece un Martínez de Hoz que destroza gran parte de la infraestructura productiva costosamente instalada. Alfonsín prometía reabrir fábricas, pero el sistema financiero le dio la espalda y encima lo jaqueaba por las deudas contraídas ilegítimamente por los militares en su proceso de destrucción, no solo de industrias. Menem completó la tarea y la llevó a niveles que ni los prepotentes militares se animaron, dejando a medio país sumido en una pobreza absoluta, un cuarto de la población activa sin trabajo y con deudas imposibles de pagar.
Hoy el acuerdo de la UCR con el PRO prácticamente redujo a dos las alternativas de cara a octubre. Vengo sosteniendo insistentemente hace rato que en lugar de revolear la media hacia todo lo presente es necesario proponer ideas de cara al futuro. Detallé que el sitio de Sergio Massa carecía de plataforma, de propuestas o simplemente de una línea rectora de lo que pretendía hacer. Y eso se paga en algún momento. No se puede tener de referente económico a Martín Redrado, una persona proclive al mundo financiero, la timba y el liberalismo y en tandem llevar a Roberto Lavagna, uno que cree en la industria nacional y relegó al papel de observadores lejanos a los organismos de crédito que tanto daño hicieron en el pasado. Imposible saber para donde rumbeará en caso de ser gobierno. Y eso quita capacidad de atracción, a la larga. El PRO es un partido (siendo generoso) que defiende abiertamente la libertad económica y relega el rol estatal a un mero proveedor de seguridad y alguna que otra minucia, cara y mal probablemente. La otra opción que permanece en pie es alguna vertiente del oficialismo que increíblemente demora en salir a la cancha, pensando que largando de boxes y con varias vueltas de retraso le alcanzará para llegar primero a la bandera a cuadros, algo que dudo bastante. Pero su propuesta se ha centrado, de alguna manera y poco profunda, en una cierta búsqueda de equilibrio en lo social y con una participación estatal importante tanto en transporte como en producción de hidrocarburos, investigación científica, educación universitaria y otros rubros mal gestionados o inexistentes en el área privada. La opción es clara. Si hay gente harta de la corrupción, la opción no es clara. El PRO gestiona hace años y entre sus filas no hay adalides de honestidad, empezando por el propio Macri. La elección se centra en ideas y la corrupción se tendrá que enfrentar con gente en la calle, sea quien fuera el nuevo gobierno. No se volverán honestos de puro buenitos. El "espectador neutral" de Adam Smith brilla por su ausencia en muchas latitudes, entre ellas la nuestra.
La cancha está marcada. La UCR tendrá que partirse en al menos sus dos corrientes irreconciliables y me parece saludable que lo haga. En este caso asumiendo su rol de simple "partenaire" de un partido que, a diferencia de ellos, nació a la derecha de su pantalla señora. Faltaría un discurso más integrador y menos paranoico del oficialismo buscando ampliar su base de sustentación captando a los desencantados de la UCR y aledaños para conformar un movimiento "transversal" como soñó alguna vez Néstor hasta que descubrió que en el fondo era solamente peronista, justo cuando logró controlar el aparato del PJ y dejar en la vereda a muchos que legítimamente se sumaron por fuera. De esa manera lograremos algo parecido a un bipartidismo de centro derecha y centro izquierda, con afluentes de expresiones más extremas, pero siempre sabiendo con los bueyes que nos tocará arar. Y así el electorado no se debería sorprender de como resultan las cosas cuando se vota simplemente a partidos tan variopintos e imprevisible como lo demostraron ser la UCR o el PJ. Que tengan un buen año electoral.

LA TUMBA ERRONEA DE DI CAPRIO

Cuando James Cameron concibió su romántica Titanic, bautizó a su protagonista Jack Dawson. Y para ubicarlo en el gran barco sin dejar registro lo hace ganar el pasaje de tercera clase a Nueva York a escasos minutos de la partida en un juego de naipes entre apostadores compulsivos. Así se suma a una trama que culminaría en el célebre hundimiento y en su propia muerte. 
En 1912 la catástrofe del Titanic fue, como no podía ser de otra manera, una noticia de impacto mundial. Los sobrevivientes, unos 700 de una partida de más de 2200 almas, fueron rescatados por el barco Carpatia, como todos recuerdan si vieron la peli. Pero el día 18 de abril, algo más de 48 horas de producida la tragedia, y por pedido del gobierno británico, desde Halifax, capital de la provincia canadiense de Nova Scotia y ciudad más próxima al lugar de la tragedia, parten dos barcos menores al sitio del hundimiento con intención de recoger la mayor cantidad de cadáveres posibles para su correcto entierro y/o devolución a los familiares que así lo reclamen. De las más de 1500 víctimas estos dos barcos recuperaron solo 450 cadáveres. Unos 150 fueron inhumados en el mar mismo, demasiado mutilados por efecto del frío y los animales acuáticos y con la intención de evitar angustias mayores a los familiares. Los restantes, algo más de 300, fueron llevados a Halifax. Se los numeró en forma correlativa. Los que fueron reclamados por la familia se enviaron a Londres, USA y otros países. Pero 123 no fueron reclamados por su familia y aun hoy permanecen enterrados en el cementerio de Halifax. Entre las tumbas de las víctimas del Titanic hay una identificada con el número 227 y el nombre "J. Dawson". Desde el estreno de la película de Cameron esta tumba siempre tiene flores y mensajes. Durante un par de años fue todo un revuelo de fanáticas que visitaban diariamente la tumba del supuesto héroe de la historia.
El personaje realmente enterrado ahí era uno de los trabajadores del depósito de carbón, esos que trabajan paleando bajo la línea de flotación y son reclutados apenas unos días antes de zarpar, de a decenas, a tal punto que, para no demorar el trámite solo piden la inicial de su nombre antes del apellido. "J" en la tumba y en el carnet de afiliado que permitió identificar a la infortunada víctima representa "Joseph" o Joe, y no Jack, como el personaje de di Caprio. No creo que sus pesadas tareas en el barco por los míseros 7 dólares que ganaría en todo el viaje, ida y vuelta a NY desde Southampton, le hubieran permitido seducir a una decadente señorita de primera clase durante la travesía. A pesar que sus escasos 23 años coinciden con el del personaje de ficción concebido por Cameron sin saber éste que un tripulante del barco se llamaba casi igual. Realidad y ficción que efímeramente cruzan miradas generando equívocos románticos que persisten hasta hoy.

MEMORIAS DESCLASIFICADAS

Mi hijo ya cumplió sus 30 años. Ese es el tiempo que dejé transcurrir para contar esta anécdota. No me gusta mandar gente al frente, pero el tiempo, las diferentes latitudes y el hecho de ya no estar vinculado con los protagonistas me lo permiten. De todas maneras los mencionaré con nombres ficticios.
Corría mayo de 1984. Yo trabajaba en el Ingenio Bella Vista. En mi cargo tenía dos colegas. Para bajar costos entre los 3 hacíamos un pool con nuestros vehículos. Uno por semana se encargaba de llevar a los 3. Un buen día, al poco de ingresar a trabajar, a uno de mis colegas lo llaman de Tucumán, al ingenio (no existían celulares) para avisarle que a su mujer la habían internado para tener familia. Ese día habíamos ido al ingenio en mi camioneta. Mi compañero me avisa de la novedad y me dice que se va a ir de inmediato al sanatorio. Mi reacción natural fue decirle “vamos, te llevo”. No era fácil llegar de Bella Vista a Tucumán de urgencia. Hay un colectivo que pasa cada hora, hora y media. Y estábamos en mi vehículo. Acepta. Me dirijo a mi jefe Vicente López y Planes y le comunico: “Jefe, me voy a llevarlo a Lisandro de la Torre, a su mujer ya la internaron.” Mi jefe me miró atónito. Me conocía perfectamente bien. Sabía que no le estaba pidiendo permiso. Simplemente cumplía en avisarle. Me dice ”Bueno, Corvalán, yo le avisaré a don Osama”. Osama Bin Laden era el Jefe de Planta, un personaje nefasto al que todos temían y con el que yo ya había chocado en varias ocasiones. Le digo: “no le diga nada, en una hora y media estoy de vuelta, ni cuenta se va a fijar”.
Llevo a Lisandro hasta su casa a buscar no sé que cosa y de ahí al Sanatorio. Bajo con él para asegurarme que no necesita nada más y regreso al ingenio.
Como diría el Negro Álvarez: “Quiso el destino” que apenas unos meses más tarde, en diciembre, es a mí al que le sucede el episodio. A poco de ingresar me llaman por teléfono para avisarme que Patricio venía en camino. Y ese día fue mi amigo el que me llevó en su auto al trabajo. Le comenté lo sucedido. Con una enorme sonrisa y un fuerte apretón de manos Lisandro me dice “mucha suerte amigo, y que todo salga bien!!”
A media mañana ya los chicos estaban en la escuela, al igual que los maestros. Los trabajadores llegaron todos a sus puestos. Los colectivos pasan vacíos y muy raleadamente. Yo estaba solo, en la parada frente al ingenio esperando alguna unidad con destino a la capital. Y pensaba en lo que acababa de ocurrir. Y me explicaba a mi mismo las razones: yo soy temerario, no me importa arriesgar mi trabajo, no todos son así, no se animó a pedir permiso, no es problema de él. Años más tarde comprendí que ese era el instante en que estaba expuesto al virus liberal. Era el momento de decir: que se joda el prójimo, los amigos, todos. Yo cuido lo mío. Que los impuestos sirvan para pagar policías y gendarmes para que cuiden mi miserable parcela de egoísmo y bienestar y que los demás se caguen, se esfuercen, logren lo suyo.
En realidad lo que ocurrió fue muy distinto. Pensé en ese momento lo diferentes que éramos. Y reconozco que me sentí medio un boludo. Pero decidí que yo era así, y me gustaba no ser como mi amigo. A pesar del episodio, no quiero que la suerte de mi prójimo, de mi vecino, del desconocido de un poco más allá, me sea indiferente. Me gusta saber que mi bienestar o mi éxito se disfrutan viendo a mi entorno realizado, exitoso, feliz. Y por eso no soy liberal, individualista, rogando por libertades solo para que me dejen solo, con mis ingresos, mi fortuna solo para mí. No quiero eso como sistema. Quiero que una parte de lo mío vaya a un pozo común, a un administrador, y que sirva para educar, para curar, para la investigación, para sostener servicios necesarios aunque no siempre den ganancias. Y yo llevaré al vecino al sanatorio, aunque yo luego tenga que irme en taxi. No importa. Prefiero pasar por boludo. Y pasé, una y otra vez, hasta hace unos días. Y me seguirá ocurriendo. Es la idea, es el concepto, es la actitud. Me permite dormir tranquilo. Cuando escucho esas voces que defienden las parcelas, cada uno a lo suyo, criticar al estado por gastar, subsidiar, jubilar, ayudar al desocupado, incentivar, conectar, hacerse cargo del transporte, desarrollar tecnología y tantas cosas más, me da una profunda pena. No por defender personas o criticarlas. Por perderse la idea. Porque carecen de esa sensibilidad que permite sentir en carne propia el dolor ajeno, la injusticia, la marginación, la mala suerte de nacer a merced de un dios menor.
Yo me entiendo, y reniego de mí mismo. Podría ser un mejor profesional, o mejor músico. Traté de ser una buena persona, hasta donde pude. Pero hay algo muy profundo que rescato, algo que siento hasta físicamente y se manifiesta cuando agarro mi guitarra y simplemente paseo por notas al azar, sin destino definido. Siento sobre mis hombros el peso de la injusticia que el hombre ha creado, y tolera, y fomenta. Y no pienso cambiar.