Reflexiones Domingueras
Hace pocos días propuse a mis amigos escuchar una entrevista que el Ministro de Economía de Bolivia dio en Washington donde resumió 10 años de logros gracias a políticas públicas. Y los contrapuse a las expresiones de los liberales que solo pueden expresar promesas a futuro. Lejos quedó el paupérrimo segundo semestre de 2016 donde nada de lo positivo ocurrió y se cerró un año de retroceso en la economía como no ocurría en Argentina desde. Para ilustrar mi argumento nada mejor que las expresiones recientes del BCRA que promete crecimiento para los próximos 4 años. Todo hacia adelante, jamás un resultado. Literalmente idéntico a la zanahoria del burro que por más que camine 1000 kms nunca alcanzará, ya que el fin no es alimentarlo sino que camine mientras acepta su destino de hambre.
Y repito hasta el infinito: el problema no es Macri, Cristina, Massa o cualquiera que se promueve con nombre o apellido sino el modelo económico y la capacidad para analizarlo. Los medios de comunicación formatean a la opinión pública y participé hasta el cansancio de polémicas con amigos que evidencian solo saber lo que TN o los principales diarios les cuentan. Y, modestia aparte, es irritante tener que discutir de igual a igual con gente que no se toma el trabajo de informarse o formarse adecuadamente en la temática que tan vehementemente argumentan. Algunos que no pueden negar la realidad ya que sus boletas de gas, luz y agua les impiden disfrutar del delivery del viernes ni de las salidas del sábado con amigos o ver los partidos de su equipo favorito, guardan un prudente silencio. Pero todavía quedan otros que defienden su elección porque siguen convencidos que la otra alternativa nos llevaba a Venezuela y creen que los disfrutes mencionados en la oración anterior eran totalmente inmerecidos, una fantasía. Y esto es producto de la inversión de la ley Magnetto: es célebre su afirmación que con 5 tapas de Clarín voltea a un gobierno; aquí prueba que con tapas cotidianas puede también sostener a un gobierno que está haciendo aguas, incumpliendo todas las promesas de campaña y provocando un paulatino empobrecimiento que se percibe mes a mes. Con la excusa de no poder subsidiar indefinidamente la energía subió su costo hasta hacerla una de las más caras del continente y prometiendo subir aún más los precios en lo que resta del año. Pero culpa a las paritarias por la alta inflación. Mientras pretende subir todos los servicios y productos de las empresas representadas por sus gerentes en los distintos Ministerios, pretende que los sueldos suban muy por debajo de la inflación con exactamente el mismo fin: garantizar rentas extraordinarias a esas mismas grandes empresas hoy en el gobierno. Razón por la cual a las pocas horas de asumir redujo las cargas impositivas que pagaban y hoy deben cerrar escuelas, fábricas militares, despedir investigadores, jubilar docentes, parar la producción de satélites, radares, vectores, reducir los haberes y negarles remedios a los jubilados por no alcanzar el presupuesto. Y llevarnos represión y detenciones mediante a algo muy similar a la tan temida Venezuela que los atildados votantes sabiamente evitaron. Resumiendo: nos estamos convirtiendo en un país de mierda, subdesarrollado, bananero, con un poder judicial complaciente y una creciente desigualdad que no nos inserta en el siglo XXI sino nos lleva raudamente al siglo XIX, pasando hoy por una situación similar a la década del 30 del siglo pasado que quedó en la posteridad como “Década Infame”. De los supuestos 12 años de oprobio kirchneristas, durante la primera mitad se creció a tasas chinas con superávit fiscal, incluso sobreviviendo al gran colapso mundial de 2008 que impactó en las cifras del 2009 pero volviendo a crecer en 2010 a la friolera del 10,125%(1). Tal fue la mala prensa que nadie propuso estudiar lo ocurrido en esos años para perfeccionar ese esquema de crecimiento. En cambio se eligió volver al modelo fracasado de los 90 que hizo estallar al país, llenado titulares mundiales por la desnutrición en un país exportador de alimentos. Prensa mediante en ambos casos. Pereza intelectual, ignorancia o tendencia al suicidio. Elija usted. Pero a no desanimarse: nos esperan 4 años de crecimiento lo que representa nada menos que 4 segundos semestres. ¿Vieron? No hay caso: Dios es argentino!!!
Y repito hasta el infinito: el problema no es Macri, Cristina, Massa o cualquiera que se promueve con nombre o apellido sino el modelo económico y la capacidad para analizarlo. Los medios de comunicación formatean a la opinión pública y participé hasta el cansancio de polémicas con amigos que evidencian solo saber lo que TN o los principales diarios les cuentan. Y, modestia aparte, es irritante tener que discutir de igual a igual con gente que no se toma el trabajo de informarse o formarse adecuadamente en la temática que tan vehementemente argumentan. Algunos que no pueden negar la realidad ya que sus boletas de gas, luz y agua les impiden disfrutar del delivery del viernes ni de las salidas del sábado con amigos o ver los partidos de su equipo favorito, guardan un prudente silencio. Pero todavía quedan otros que defienden su elección porque siguen convencidos que la otra alternativa nos llevaba a Venezuela y creen que los disfrutes mencionados en la oración anterior eran totalmente inmerecidos, una fantasía. Y esto es producto de la inversión de la ley Magnetto: es célebre su afirmación que con 5 tapas de Clarín voltea a un gobierno; aquí prueba que con tapas cotidianas puede también sostener a un gobierno que está haciendo aguas, incumpliendo todas las promesas de campaña y provocando un paulatino empobrecimiento que se percibe mes a mes. Con la excusa de no poder subsidiar indefinidamente la energía subió su costo hasta hacerla una de las más caras del continente y prometiendo subir aún más los precios en lo que resta del año. Pero culpa a las paritarias por la alta inflación. Mientras pretende subir todos los servicios y productos de las empresas representadas por sus gerentes en los distintos Ministerios, pretende que los sueldos suban muy por debajo de la inflación con exactamente el mismo fin: garantizar rentas extraordinarias a esas mismas grandes empresas hoy en el gobierno. Razón por la cual a las pocas horas de asumir redujo las cargas impositivas que pagaban y hoy deben cerrar escuelas, fábricas militares, despedir investigadores, jubilar docentes, parar la producción de satélites, radares, vectores, reducir los haberes y negarles remedios a los jubilados por no alcanzar el presupuesto. Y llevarnos represión y detenciones mediante a algo muy similar a la tan temida Venezuela que los atildados votantes sabiamente evitaron. Resumiendo: nos estamos convirtiendo en un país de mierda, subdesarrollado, bananero, con un poder judicial complaciente y una creciente desigualdad que no nos inserta en el siglo XXI sino nos lleva raudamente al siglo XIX, pasando hoy por una situación similar a la década del 30 del siglo pasado que quedó en la posteridad como “Década Infame”. De los supuestos 12 años de oprobio kirchneristas, durante la primera mitad se creció a tasas chinas con superávit fiscal, incluso sobreviviendo al gran colapso mundial de 2008 que impactó en las cifras del 2009 pero volviendo a crecer en 2010 a la friolera del 10,125%(1). Tal fue la mala prensa que nadie propuso estudiar lo ocurrido en esos años para perfeccionar ese esquema de crecimiento. En cambio se eligió volver al modelo fracasado de los 90 que hizo estallar al país, llenado titulares mundiales por la desnutrición en un país exportador de alimentos. Prensa mediante en ambos casos. Pereza intelectual, ignorancia o tendencia al suicidio. Elija usted. Pero a no desanimarse: nos esperan 4 años de crecimiento lo que representa nada menos que 4 segundos semestres. ¿Vieron? No hay caso: Dios es argentino!!!
(1) Banco Mundial: Crecimiento PBI por países período 1960-2016
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