COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

miércoles, 22 de febrero de 2017

ABC DE LA POLITICA – Capítulo 1

Por la razón que fuere no estoy interesado en política. No estoy informado, me interesan otros temas. Todo válido.
Hay carreras universitarias dedicadas a esto. Yo no tengo esta formación. Fui autodidacta toda mi vida en historia, política y economía. Por lo tanto esto que sigue es a pura intuición, una experiencia personal compartida con la intención de hacer que cada uno saque conclusiones y se identifique como el actor político que es, por más que no lo sienta o ejercite.

Los motivos

En democracia, el soberano es el pueblo. Y si bien es natural que no a todos les interesa la política, no es mala idea tener los conceptos elementales como para defenderse. Como las matemáticas, no es algo que guste a todos pero viene útil para controlar el vuelto cuando compramos algo, o comparar si conviene más el envase de un litro o varios de 400 grs. Igual.

La Derecha y la Izquierda.

Las posturas políticas actuales nacen aproximadamente con la Era Contemporánea, a fines del Siglo XVIII. La ilustración empieza a profundizar las humanidades y se empieza a valorar al individuo de una manera diferente, pensar derechos, incluirlo como actor social. Dos características sobresalen por sobre el resto: todos los hombres son LIBRES y todos los hombres son IGUALES. Al menos eso son características que valoramos en mayor o menor medida.
Hay individuos que valoran más la libertad por sobre la igualdad. Incluso algunos que niegan esta última característica sosteniendo que no todos los hombres son iguales. Algunos son más valiosos y como tal merecen más derechos que otros.  Y ven a la libertad como el mayor de los derechos y por lo tanto buscan que los organismos de gobierno incidan lo mínimo o nada en la vida cotidiana.
Otras corrientes de opinión relegan el rol del individuo como tal y solo lo consideran parte de algo mayor, un miembro de la comunidad, o sociedad que por sí solo no significa demasiado y solo vale como actor social el grupo al que pertenece.  Esta manera de ver las cosas enfatizan la igualdad entre los seres humanos y poco les preocupa la libertad individual. La sociedad determina reglas y el individuo debe adaptarse a ellas.  
Dentro de un espectro político muy amplio y variado, me atrevo a ubicar estas dos características mencionadas en los extremos. La exacerbación del individualismo bajo la consigna de “libertad” podemos ubicar como la extrema derecha del abanico político y la imposición de una igualdad general por sobre los deseos y libertades individuales la llamaremos extrema izquierda. Entre esos dos extremos hay una infinita variedad de alternativas, combos y propuestas políticas a disposición de la dama y el caballero.

¿Dónde me ubico yo?

Si bien uno puede no haberse planteado nunca la pregunta, se me ocurre un autodiagnóstico para saber si uno está más inclinado a la derecha o hacia la izquierda.   
Imaginemos esta situación: Llega esa época del año en que nos reunimos los compañeros a celebrar el aniversario de egresados. Se decide como siempre salir a cenar. Y debemos decidir el mecanismo a emplear en la ocasión. Independientemente de lo que se decide entre todos, propongo un análisis personal al interior de cada uno. Una encuesta digamos. Y como no hay que contestarle a nadie es fácil sincerarse. ¿Cuál de estas alternativas preferimos? 1) Decidir entre todos un menú y calcular un mismo costo para todos los comensales; 2) que cada uno pida lo que quiera y al final se divide la cuenta en partes iguales entre los presentes; 3) cada uno pide lo que quiera y cada uno paga lo que consumió.
Y para agregar algo de condimento al trío imaginemos este escenario: uno de los colegas perdió el trabajo y nos avisa que no podrá atender la cena de este año porque no tiene como pagar, ¿Cuál es tu reacción? 1) proponés un brindis por el ausente deseándole una pronta recuperación para poder atender la cena del próximo año; 2) proponés a todos tus compañeros aportar algo para que el damnificado pueda asistir aún sin pagar; 3) no comentás nada a tus compañeros y de manera personal lo invitás a asistir haciéndote cargo de sus gastos sin que se enteren los demás de su desgracia.

Aquí concluyo esta primera entrega con esta consigna para que cada uno lo piense tranquilamente. Gracias por aceptar la incitación a leer y la seguiremos en unos días.