COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

lunes, 13 de julio de 2015

LA CRISIS NATURAL

Al mes de muerta María Marta García Belsunce se exhumó su cadáver y se descubrió que había recibido 5 impactos de bala en su cabeza. El certificado de muerte decía “muerte natural”. Un humorista de esa época comentó, a manera de explicación del certificado de muerte que: “si uno recibe 5 disparos en la cabeza, es ‘natural’ que uno se muera”. Dejando el humor negro de lado, esta anécdota se me viene a la memoria cuando los economistas liberales, que defienden el libre mercado y repudian toda intervención estatal en temas económico-financieros, explican que las crisis financieras son una parte “natural” del normal proceso capitalista. Las crisis más grandes y famosas que recordamos de los últimos 100 años son la de 1929 y la de 2008. Veamos cuanto de “natural” tuvieron estas 2 grandes crisis.
En la campaña presidencial de 1920, el candidato y futuro presidente republicano Warren Harding prometió bajar los impuestos a los grandes ingresos que llegaban a ser hasta el 91% para las categorías más altas. ¿Cómo hacían los grandes empresarios e industriales para retirar jugosas ganancias, con semejantes niveles impositivos? La estrategia era la siguiente: no retirar el dinero como ganancia, sino reinvertirlo en la propia empresa, hacerla crecer, aumentar la producción o incorporar más productos, más empleados, hacer crecer el valor de la empresa y luego vender una parte en forma de acciones. Ese dinero ingresado por la venta no pagaba impuestos, o impuestos mucho más reducidos. Así el empresario podía disfrutar de una “ganancia” limpia y sin impuesto que procedía de un incremento en el valor real de una empresa. En noviembre de 1921, la administración republicana produjo la primera reducción impositiva para los más ricos. Sin esa carga impositiva (bajó del 91 al 53% en 1921 y luego al 25% en 1925), el empresario se vio tentado a sacar las ganancias directamente y disponer de ese efectivo de inmediato, sin hacer “crecer” a su empresa. Una cantidad enorme de dinero quedó disponible para buscar inversiones rápidas y fáciles que produzca una renta menos problemática que ponerse a “producir” bienes concretos. Esto produjo una explosión de demanda inmobiliaria, haciendo duplicar y triplicar los valores históricos de las propiedades en pocos años. Y el otro negocio fue invertir en la bolsa, que se convirtió en un furor, haciendo disparar valor de acciones sin un correlato correspondiente de aumento de valor real de las empresas que las emitían. Lo que hoy se llama una “burbuja”. Burbuja que estalló en octubre de 1929 y produjo una depresión en USA que repercutió en todo el mundo. ¿Eso es un ciclo natural, o fue producto de una legislación? Para 1937, Roosevelt subió de nuevo el impuesto al 73% y luego a su valor de 91% durante la 2da guerra mundial. Eso siguió más o menos así hasta Ronald Reagan, que volvió a reducir los impuestos a los más ricos. A partir de ahí el poder financiero empezó a competir y pesar más en política que el productor industrial, las ganancias seguían creciendo pero la renta y aumento de productividad ya no se trasladaba a mejores sueldos en igual proporción porque los beneficios tampoco estaban vinculados al aumento correspondiente de bienes y servicios. Era dinero generando más dinero, y aumento general de endeudados (deudas externas, hipotecas, uso generalizado de tarjetas, etc.). Los ricos se hacían más ricos y los trabajadores veían estancar sus ingresos y por primera vez en la historia mundial, los hijos empezaban a vivir peor que sus padres. Hasta 1999 los bancos de inversión, que manejaban acciones y portafolios y apostaban en Wall Street y otras bolsas, no podían emitir chequeras. Y bancos comerciales que emitían chequeras para sus clientes no podían apostar en la bolsa. Ese año se permitió que cualquier banco comercial podía apostar en la bolsa y emitir bonos de inversión, y un banco de inversión podía emitir chequeras y que cualquier fondo de inversión podía fundar un banco e incorporarse al sistema financiero. Esto multiplicó enormemente el dinero dispuesto a incorporarse a inversiones especulativas. ¿Qué pasó? Ok, sorpresa!!! Se creó una burbuja inmobiliaria y una burbuja de acciones. Eso provocó la caída del sistema a partir de la quiebra de Lehman Bros., un fondo de inversión fundado en 1850 que progresó a la par del país (financiando cronológicamente algodón, ferrocarriles, petróleo, defensa, electrónica, biotecnología) hasta convertirse en banco de inversión y a partir del año 2000 dedicado a las hipotecas, sub-primas y derivados absolutamente sobrevaluadas y con una cartera de clientes sobre endeudados. El 15 de septiembre de 2008, luego que los principales inversores vendieron la mayoría de sus acciones, pidió la quiebra. Eso fue el disparador para que todo el castillo de naipes mundial cayera. Lo demás es conocido. Ahora, ¿las crisis son ciclos naturales? ¿O es un proceso natural que se produjo porque alguien le puso 5 disparos en la cabeza? Producto no de un ciclo, sino de legislación, creada por hombres e intereses.  

Los que laburamos de verdad y fabricamos, creamos bienes, producimos, educamos, curamos, comerciamos, viajamos, trabajamos en fábricas, en bancos, en empresas de servicios, transportes, etc. no debemos permitir que las reglas las fijen los especuladores que hacen dinero del dinero, jugando con el destino de todos y endeudándonos a nosotros para que ellos tengan ganancias, y utilizando el dinero público, nuestro dinero, para salvarse cuando las cosas estallan y a ellos le va mal. Es injusto, es absurdo y es perverso. Si llegaste leyendo hasta aquí, te agradezco las ganas y paciencia. Pero somos nosotros los únicos que tenemos poder para que esto cambie. Esto lo comprende Francisco cuando dice no adorar al dios dinero. Yo lo vengo siguiendo desde hace 30 años. Hoy es el momento de levantar la voz. Otro mundo es posible.       

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