COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

domingo, 11 de julio de 2021

CAMBIAR POR CAMBIAR

Reflexiones Domingueras

 Tengo muchos conocidos, entre amigos y familia, que votaron por Macri en 2015. Y los argumentos más escuchados y que respeté fueron del estilo de "el peronismo es lo peor que le pasó a la Argentina" o que "gobernaron por 70 años y así estamos" hasta los más neutros del estilo "es bueno para la democracia alternar".

Yo me pasé ese año, los anteriores y los posteriores hablando del neoliberalismo, sus errores conceptuales, su pésimo registro en términos de igualdad, de derechos y de compromiso con la democracia, etc. Y de cómo las gestiones pro libre mercado destruyeron a la Argentina. E indefectiblemente la discusión cae en el peronismo-antiperonismo y yo terminé acusado de ser K, tragarme un relato and what not. Cuando nunca hice un planteo en términos partidarios.

Y yo voy a insistir en mi postura: en los coletazos finales del capitalismo, como los años que vivimos, el poder de fuego de los que sostienen lo insostenible -hacer lo que "el mercado" quiere- tiene tanta artillería comunicacional a su disposición que es difícil reorientar a mis interlocutores hacia el razonamiento propio, sacar conclusiones de la realidad, de la historia y olvidarse de los partidos y apellidos por un rato.  En particular cuando uno termina aceptando como verdades casi axiomáticas eventos que ni siquiera ocurrieron. O creer en declaraciones hoy que los propios autores cuestionaban hace algunos años. Como los exabruptos de Patricia Bullrich sobre la quiebra del Correo, definiéndola como una persecución política cuando ella misma, antes de la quita de la concesión en 2004, denunciaba lo actuado por el grupo Macri y pidiendo la quiebra (Octubre 2001).   

Argentina es un país periférico pero de una industrialización mediana. Supo estar mucho más industrializado hace décadas, con un ferrocarril único en Sudamérica por su longitud y capacidad de carga, flota mercante, astilleros y grandes fábricas. Fueron los economistas liberales montados sobre cualquier signo político, sean militares, peronistas o radicales, los que destruyeron al país. Y por esa razón y mínimo conocimiento de la historia que referentes de otras corrientes de opinión, como Osvaldo Bayer, pedíamos a gritos que no se permita que alguien como Macri acceda a la presidencia (Si gana Macri no sé a donde va a ir a parar el país, adonde va a ir a parar la clase media, la clase trabajadora - O. Bayer 10-11-2015). Solo un canalla puede acusar a Bayer de ser K, o peronista siquiera. Pero era la idea.

A los que querían un cambio, sin tener idea de qué cambio le estaban proponiendo, les preguntaría dónde se ubican hoy, cuando sus sueldos y jubilaciones valen la mitad en dólares que antes del "cambio". Pero más me interesa saber dónde están parados cuando el mundo se va enterando que la gestión que apoyaron tuvo un rol activo en un golpe de estado que derrocó al gobierno democrático de un país vecino. Y no solo un gobierno democrático, pero el que levantó al pueblo de un abandono y pobreza de 200 años de la mano de gobiernos "como la gente". ¿Les pesa saber que votaron a esa clase de dirigentes? ¿Les da igual? Y de cara al futuro ¿lo seguirán haciendo? ¿Qué opinión tienen de las declaraciones de TODOS los miembros y candidatos de esa cofradía cuando dicen que en esta elección "se juega la república"? ¿En serio, luego de 4 años de gestión y de los descubrimientos que siguen apareciendo, creen que ellos son el resguardo de la democracia y la república?

¿O se justifican dudando de todo lo que aparece y atribuyéndolo a una "persecución política"? Repito, por enésima vez, yo no soy peronista, no soy radical, no estoy afiliado a partido alguno. Pero ante las disyuntivas históricas, voté al radicalismo, voté al peronismo y siempre con la misma consigna: votar al que menos daño haga a los sectores populares y al Estado. Y en general el electorado se comportó de esta manera y los sectores conservadores y liberales en lo económico sacaban entre 3 y 10% de los votos, medianamente en proporción a la población que representan. Solían recurrir a golpes militares para poder acceder al poder. Los medios, y sí, los grandes responsables, hicieron creer a vastos sectores populares: empleados, laburantes, autónomos, desocupados, que grandes empresarios con frondosos antecedentes con todo tipo de perjuicios al estado, Correo incluido, los iban a representar de alguna manera.  

Lo que me encantaría que muchos concluyan, luego de un análisis medianamente racional e introspectivo, es que los medios que los bombardean con la información diaria pertenecen a ese mismo colectivo y, por supuesto, relatarán acorde a sus intereses. Y, obviamente, no son los de la clase laburante, la de los empleados, los maestros, los jubilados y mucho menos los desocupados o los que trabajamos en nuestros propios y dificultosos proyectos personales.

Así, al menos, cuando alguien nos proponga un cambio, y con la arrogancia de agregarle el adjetivo "todos", incluyendo a una indefinida masa con la pomposa meta de ser algún tipo de mayoría, se nos ocurra preguntar, de mínima, de qué cambio estamos hablando.  

Cuando se inventó la democracia en los términos similares a la actual, en la Grecia de Pericles, el gran filósofo Sócrates era un crítico implacable del sistema. Sabía que mucho de los electores estaban nadando en la más absoluta de las ignorancias. Era la situación del momento. Y proponía, en cambio, una dirigencia aristocrática de filósofos para gobernar.

25 siglos después aprendimos como debe ser la sociedad para que una democracia funcione: debe estar educada. Sarmiento y Alberdi, entre otros, lo entendieron. Entonces, un criterio sencillo para saber si a un gobierno le interesa la república y la democracia podría ser, por ejemplo, ver cuantas escuelas construye, cómo trata a sus docentes, si apoya la investigación, etc. Un simple criterio, hay otros.

La otra es leer el diario a ver qué dice de tal o cual gestión. Ahí también desarrollarás un criterio. El del dueño del diario.

Perdón la falta de humor. Feliz domingo a todos.