PROPUESTAS MUY GENERALES
Ante
la falta de definiciones claras y entendibles por parte de los candidatos
(todos) se me ocurrió tirar, de onda, unas ideas muy generales para ver si
logramos algún consenso general que permita definir un rumbo, aunque más no sea
amplio, debatible, tentativo. O al menos genere una lluvia de críticas constructivas que conduzcan a algo.
El
Paciente:
Argentina
es un país muy extenso. De un concierto de aproximadamente 200 países,
Argentina es el octavo en superficie, solo superado por Rusia, China Estados
Unidos, Canadá, Brasil, India y Australia. En cuanto a tierras cultivables
supera tanto a Canadá como a Australia. Su población es de unos 42 millones de
habitantes distribuidos de manera muy asimétrica, con una enorme concentración
en la Capital Federal y el conurbano bonaerense.
Los
números: Del concierto de naciones ya
mencionado, Argentina ocupa entre el puesto 52 y 55 (según la fuente) en
ingreso por cápita, ubicándose esta en torno a los u$s16000.00 por habitante
por año.
La
idea general sería mantener en términos de valor constante el ingreso por
cápita y proponer un aumento de un 10% para un período administrativo de 4
años.
Transparencia:
Este tema está en boca de todos. En particular de la oposición. Cuando sean
gobierno se les olvidará por completo. Si realmente quieren transparencia, los
presupuestos deberían ser públicos. Las partidas de los municipios, las
comunas. Todo on-line. Que el ciudadano sepa que se hace con su dinero. Las
licitaciones deben ser abiertas. Se debe conocer las ofertas, el precio a que
se adjudica. Permitir la libre competencia. Un empresa o individuo que esté
inscripto y demuestre tener idoneidad en un rubro o ser proveedor de un
determinado producto o servicio, debería poder presentarse a licitaciones.
Bajarían los costos. Nadie te lo propondrá, ninguno queire realmente combatir
la corrupción y el mecanismo perverso del manejo de fondos públicos.
Demografía:
Deberíamos plantear una política demográfica activa con el propósito de
frenar completamente el crecimiento poblacional del conurbano bonaerense. Esto
con varios propósitos: descomprimir una región conflictiva, sobrepoblada,
insegura, colapsada dentro de un país extenso y despoblado. Para esto hay que
promover economías regionales o crear polos de desarrollo en el interior del
país, con la fundación de pueblos o localidades como vectores de desarrollo.
Dentro de esta estrategia debería incluirse el aporte de valor agregado a la
producción agraria, la producción minera, forestal, turismo, pesca, etc.
Transporte: Un
país extenso y despoblado debe estar integrado. Es natural deducir de esto que
el estado deberá poner énfasis y tener políticas activas, interviniendo en el
transporte de pasajeros y de cargas. Salvar las distancias de manera eficiente
significa tener en condiciones la soberbia red de ferrocarriles que supo tener
y que es recuperable. Las trazas en su enorme mayoría todavía están en manos del
estado. Recuperar y poner en condiciones los rieles debería ser una inversión
que permita la recuperación de la industria nacional específica. Talleres
ferroviarios, rieles, durmientes, electrónica de control y señalización,
recuperación edilicia de terminales y estaciones. Y la recuperación de un
parque rodante disperso y abandonado más la fabricación de elementos nuevos.
Esto se traducirá en demanda de mano de obra, permitiendo absorber y reubicar
trabajadores que han migrado hacia el conurbano porque sus fuentes de trabajo
originales desaparecieron. Un sistema de transporte de media y larga distancia
confiable, económica y con menor impacto ambiental es posible simplemente
recuperando y actualizando tecnológicamente algo que era existente en el país y
por lo tanto el costo de reponerlo en servicio es una fracción del costo de un
sistema nuevo. No hacerlo es un despropósito desde lo económico, político,
demográfico y social. Con el mismo criterio, es esperable que el Estado contribuya de manera activa en el transporte aéreo. En manos de iniciativa privada pueblos y provincias vistas como poco rentables se quedarían sin conexión aérea con el resto del país. En ambos casos, un subsidio, visto como pérdidas operativas injustificadas en la estrecha mente de Bernardo Neustadt, produce ingresos genuinos en diversos rubros. Esto lo tienen claro los alemanes cada vez que sale el tema del déficit operativo de sus ferrocarriles.
Minería
nacional: los enormes recursos mineros argentinos subexplotados desde
siempre son una fuente de recursos considerable y un atractivo para capitales
extranjeros. Considero que no debemos caer en la urgencia de, por captar
inversiones de corto y mediano plazo, entreguemos los recursos al capital
extranjero livianamente. Al igual que la experiencia de YPF, se sabe que el
capital orientado a lo extractivo hará su inversión en corto plazo y una
política extractiva de gran escala para agotar las fuentes en el menor tiempo
posible y retirarse. Creo que un muy buen debate sobre la creación de una
empresa estatal minera y fomentar la creación de empresas mineras de capital
nacional para la explotación de los yacimientos mediante sociedades de
participación estatal mayoritaria pero abiertas al capital privado, nacional
y/o extranjero es una fórmula más estratégicas que la simple concesión de áreas
como es en la actualidad. Esto promoverá el desarrollo de know-how y tecnología
nacional asociada a la actividad minera, el desarrollo de proveedores locales y
se contará con los recursos financieros necesarios para el refinado del
mineral, la elaboración de productos intermedios y la fabricación de productos
finales de alto valor agregado en el país, como alternativa a la exportación
del mineral en bruto o semi concentrado como es en la actualidad.
Un
complemento de este plan minero estratégico es la recuperación del sistema
ferroviario mencionado en el punto anterior.
Pesca:
Argentina posee probablemente el mar continental más rico del mundo y es sabido
que sobre el límite de las 200 millas hay una concentración obscena de
pesqueros industriales que están las 24hs del día año redondo extrayendo las
riquezas del mar. Dentro de las 200 millas Argentina debería contar con una formidable
flota pesquera de capital nacional, puertos capaces de almacenar y procesar lo
producido. Esto es un campo donde puede haber una fuerte inversión que se
recuperará con un aumento considerable de la producción. Nuevamente,
coordinando la capacidad instalada con los conocimientos ya existentes y el
manejo tecnológico que el país tiene se puede lograr los objetivos. Poner en
funcionamiento astilleros, equipando las flotas, acondicionando y ampliando la
capacidad de almacenaje, la instalación y ampliación de plantas de
procesamiento. Se trata de alimentos y con bases operativas muy próximas a la
zona de explotación, se tiene que lograr competitividad y ganar mercados con
esto. Tampoco es posible que una parte importante de nuestra riqueza termine en
manos de empresas extranjeras.
Otra
consecuencia de una mayor actividad pesquera es poder financiar la ampliación
de la flota de patrullaje tanto de la prefectura como de la marina, para
custodiar mejor la enorme extensión de plataforma submarina argentina.
Aquí
algunos ejemplos de cómo sanear legítimamente los recursos del estado
produciendo y tratando de conservar en el país la renta de estas actividades
que en la actualidad se remiten al exterior o presionan el mercado interno de
divisas.
Aquí
solo unos conceptos adicionales, pero que me parecen fundamentales, para sumar
a muchos otros que ya se están realizando como por ejemplo las plantas de
biodiesel, el desarrollo de tecnología de punta antes inimaginado, como son la
producción de satélites, radares y centrales nucleares por parte de empresas
mixtas mayoritariamente estatales, y otras de iniciativa privada como la
construcción de generadores eólicos y transformadores de potencia en el área de
generación.
Las
ideas que se me ocurren, y son solo un punto de partida, están basadas en lo
que considero ventajas naturales que hacen de Argentina un país altamente
productivo y competitivo en esas áreas. Además intenta recuperar formidables
instalaciones ociosas o abandonadas como son los ferrocarriles y sus industrias
asociadas. Permitirá poner en marcha proyectos productivos importantes, con
demanda intensa de mano de obra y generación de importantes saldos exportables
con valor agregado, impactando positivamente en las cuentas fiscales.
Y
probablemente la inversión demandada en todo esto no sea demasiado más que lo
que se pensaba invertir en la instalación del tren bala, que no hubiera
aportado ni una fracción de la creación de riquezas que estos proyectos pueden
llegar a generar.
Ideas,
tiro. Soy un ciudadano de a pie y espero decenas de este tipo de propuestas,
mejores y más estudiadas, por parte de los políticos y duchos en las materias
respectivas. Solo como ejemplo.