Las primarias
obligatorias en Argentina tienen un qué se yo, viste. Las primarias son, en
otras latitudes, ni más ni menos que las célebres internas que cada partido
resuelve según sus tiempos y costumbres. Si hay acuerdo en designar un
candidato, la interna no es necesaria. Aquí logramos hacer internas “simultáneas
y obligatorias”, algo que será, como el aguinaldo o el mate dulce, exclusivo de
estas pampas.
En realidad,
las PASO son una “carpeteada” de lo que pasará más adelante, en las generales.
Al menos esa función cumplió hasta ahora. Este año tendrá de interesante la
interna para definir el sucesor de Cristina, ya que el FpV no ha generado un
candidato indiscutido y todas las cámaras estarán apuntando a eso. El massismo,
como su nombre lo indica, tiene un candidato definido. Y el PRO sumó a la UCR
simplemente porque sabe que no puede competir seriamente en una interna, pero,
reconozcamos, la formalidad está: Macri arriesga su candidatura con el
hipercompetitivo Ernesto Sanz. Más o menos como que yo dispute con Pico Mónaco
un partido de tenis para definir quien completa la grilla de copa Davis.
Este fin de
semana fueron unas PASO provinciales en Mendoza y Santa Fe. Hace 7 días fue
Salta. En Salta ganó Urtubey, que iba solo en nombre del oficialismo nacional,
contra Romero que tenía el aval de Massa y Macri. Ganó, como sabemos Urtubey
por un margen mayor a los pronósticos. Santa Fe y Mendoza eran las plazas
fuertes opositoras y por eso habían puesto mucha energía en ellas. Y simultáneamente
el oficialismo apoyó por lo bajito, sin grandes estridencias, en estas dos
plazas donde las tenía feo. Y la noche del domingo confirmaba estos pronósticos,
con “palizas” en ambos distritos. Completado el recuento, probablemente
incorporando los votos del interior de cada provincia, lejos de los centros
urbanos, la paliza se redujo a un triunfo ajustadísimo en un caso y otro
triunfo más definido pero sin ventajas que permitan encarar las elecciones
definitivas desde la reposera.
Para las
personas que sueñan con un fin de ciclo y por coincidir con su entorno sienten
que todo el país tiene una sensación de hastío y no ve las horas de cambio,
lamento informar que las cosas no están saliendo como planeado. En Mendoza hay
posibilidades ciertas de que gane el Radicalismo, que no lleva nada interesante
a nivel nacional, pero que será mostrado a la sociedad como un triunfo de Macri
y Massa, los dos. La escasa diferencia en las provinciales no garantiza que
para las presidenciales esa diferencia se replique, justamente por no haber un
candidato que naturalmente acompañe a Cornejo a nivel nacional. Y Santa Fe la
cosa está peor. El especialista del mal gusto Miguel del Sel, que tracciona más
que el propio Macri en tierras santafesinas, ganó por una mano de pintura
contra el Frente de socialista y radicales, que actualmente es el oficialismo
en provincia y en la ciudad de Rosario. Un 20% obtuvo el representante del FpV,
Perotti, sumado a las apuradas y a último momento a la campaña. Sumados los
votos del FC y S y el FpV, superan holgadamente al PRO. Esto lo digo porque es
bastante más visible una estrategia en conjunto entre estas dos fuerzas que
entre cualquiera de ellas y el PRO. Con lo que la Tota no tiene garantizado
nada y Mauricio para las presidenciales probablemente sume menos de lo esperado
en esta su provincia estrella. Massa volando bajito como anticipamos ya por
estos lares desde diciembre.
Por experiencia
digo a los opositores furibundos, necesitan armarse de paciencia, la carrera no
está sencilla por doble partida, me animo a interpretar: las ideas liberales y
hasta conservadoras con que algunos se ilusionan, no tuvieron históricamente
buena performance electoral en Argentina. No somos Inglaterra ni USA. Menem, el
máximo exponente del liberalismo, ganó ocultando sus intenciones y mostrándose
como un peronista populista de la primera hora. Ni bien entró en la Casa Rosada
no necesitó dejar sus convicciones en la escalinata, ya que llegó sin ellas a
cuesta, probablemente porque no las encontró nunca. Confesarse liberal en lo
económico, mostrarse alegremente con economistas que la mayoría desconoce, pero
los que sí conocen saben que no son imanes electorales precisamente, hace de la
carrera electoral una cuesta arriba escarpada. Es fundamental la campaña de
desprestigio y desgaste de los medios para mantener las chances electorales de
los opositores. Ahora los medios presionan para una alianza Macri Massa de
manera de posicionar al simpático trigrense en la provincia de Buenos Aires, un
páramo electoral para el PRO. Está claro que desde hace años, muchos, los
medios de comunicación fijan agenda a la oposición, apuesta ahí sus fichas,
aporta minutos largos de aire en TV y radios, centimetraje en diarios y por lo
tanto se siente con derecho a opinar a la hora de los armados. La oferta, sin
embargo, es pobre y eso desata la furia de los mandamás que están ahí para
representar los intereses de pocos y solventarlos con votos de muchos, a mi
entender, incautos. La gimnasia electoral y un clima complicado pero lejos de
ser catastrófico, estado muy conocido por los medianamente memoriosos, hacen
que estos intentos no logren levantar vuelo como ellos esperan. Las PASO están
confirmando esto. ¿No hay alternativas al FpV? Por supuesto que hay, incluso
del lado correcto, sin caer en estas entregadas pro mercado, corporaciones y
embajadas extranjeras. Debería haber una oferta muy definida que defienda lo
logrado y profundice la agenda llevando el límite más allá. Hay mucho margen.
Si se quiere combatir a las corporaciones, como declama el actual gobierno, se
debe ir contra Monsanto, por lo menos. Se debe desarrollar una minería
nacional, o estatal. Y no entregar alegremente explotaciones mineras a
capitales extranjeros que luego presionarán contra el dólar para remitir
utilidades. Pueden ser una fuente jugosa de divisas. Basta mirar a Bolivia. Desarrollar
una industria nacional vinculada a la minería. ¿Por qué las trafiladores nacionales
de cobre que fabrican alambres y cables deben importar la materia prima y
Argentina exporta mineral base de cobre? Un absurdo. No podemos dejar esas
estrategias a la decisión de multinacionales que no les afecta ni interesa el
equilibrio de la balanza comercial. Hay miles de agendas para armar una oferta
electoral atractiva, más allá del presente alcanzado. Pero las alternativas que
hay no ofrecen más, ofrecen menos. Volver al mercado de capitales, abrir la
economía, liberar el comericio y su correlato inmediato: desequilibrios,
endeudamiento. desindustrialización, desocupación pobreza. El resultado de las
PASO será una desilusión para algunos, pero es la expresión de un pueblo que no
se traga el relato liberal-conservador por más bien que se lo pinta. Les queda
poco tiempo para revertir algo que de movida no arrancó bien. Yo creo,
personalmente, que el mensaje no es lo que el pueblo necesita oír. Los votos
obtenidos provienen de gente harta de la gestión, no tanto por el perjuicio que
sufren pero por lo insistente del mensaje que los pinta como lo peor de la
historia. Y también por el votante cautivo del liberalismo conservadurismo legítimo,
que no pasa de unos cuantos puntos porcentuales. El resto, no necesariamente
militante o activo políticamente, apoya porque no tiene certidumbre en la
oferta opositora, tiene estabilidad en su trabajo, o es un cuenta propista o
empresario pyme que recuerda perfectamente las épocas más duras y no quiere
volver a ellas. Esto solo ya garantiza, como se está notando cada vez más nítidamente,
que el ciclo del kirchnerismo está lejos de concluir, para alivio de algunos y
odio de otros. Luego seguiremos el proceso a medida que se desenvuelva.